Folleto Biblia APOCALIPSIS 1ª parte


E L   S U E Ñ O   D E L   P U E B L O   D E   L A   B I B L I A
Una  lectura  apocalíptica  de  la  Biblia  (1ª parte)

 

 

LAS  PRIMERAS  COMUNIDADES  CRISTIANAS  Y 

LOS  MOVIMIENTOS  APOCALÍPTICOS

 

“LA VIDA ES TU PALABRA”, Quito, mayo de 2006, PR.

 

CONTENIDO

1ª parte

Presentación. Puerta de entrada y clave de lectura. Introducción al Apocalipsis de Juan.

El libro del Apocalipsis es profundizado a lo largo de las siguientes 4 etapas.

Bloque 1:        Iglesia en discernimiento. Cartas católicas de Pedro y Judas.

Bloque 2:        Iglesia que se institucionaliza: Cartas Pastorales a Tito y Timoteo.

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2ª parte

Bloque 2:        Iglesia que se institucionaliza: Cartas Pastorales a Tito y Timoteo.

Bloque 3:        Iglesia que vence por el amor: Cartas de Juan.

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3ª parte

Bloque 4:        Iglesia que celebra: Cartas a los Efesios y a los Hebreos.

Anexos: 1. Unos 3 aspectos del Apocalipsis. 2. El contexto de los años 70 a 135 dC. 3. El género literario apocalíptico. 4. Índice detallado.

 

 

P R E S E N T A C I Ó N

 

                Sintiendo en la piel la situación apocalíptica del mundo de hoy, vamos a leer la historia del Pueblo de la Biblia con una mirada marcada por la obstinación de la fe en los pequeños. A pesar de ser excluidos y apartado de cualquier participación en el poder, los pobres se obstinan en continuar creyendo que Jesús conduce la historia hacia la victoria final de la justicia y del amor, ‘pues Jesucristo es el Señor del mundo y realizará nuestra esperanza’.

 

A. TELÓN DE FONDO: EL CONTEXTO DE AYER Y DE HOY

                Al escribir este 7º folleto del proyecto ‘La Vida es tu Palabra’, tuvimos presente el contexto de las Comunidades Cristianas de los años 70 al 135 después de Cristo (dC.) y el contexto de vida de las Comunidades Cristianas de hoy. En ambos casos, el ambiente está marcado por una fuerte tendencia apocalíptica.

 

  1. El contexto actual: La globalización neoliberal arrasadora

                Muchas cosas cambiaron en estos últimos años.

-          Entre 1962 y 1968, tuvieron lugar el Concilio Vaticano 2º y la 2ª Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín (Colombia). Fue una época de grandes y nuevos horizontes que, de repente, se abrieron para todos nosotros.

-          De 1968 a 1988, fue el periodo en que floreció la profecía, vivida en las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) y formulada en la Teología de la Liberación. Fue un momento profético de gran importancia y de muchos mártires cuya sangre está produciendo sus frutos. Esta época nos identifica como Iglesia Latinoamericana y abre caminos de una nueva manera de ser Iglesia mediante las CEBs: Somos, incipientemente, la ‘Iglesia de los Pobres’ que soñaba el Papa del Concilio, Juan 23.

-          De los años 1989 a nuestros días (2006), se están dando cambios significativos. El último decenio del pasado milenio estuvo presentado como el triunfo definitivo del neoliberalismo, proclamando como la Babilonia del Apocalipsis: ‘¡Siempre será señora! ¡Yo soy! ¡Fuera de mi no hay nada!’ (Isaías 47,7,10 y Apocalipsis 18,7). El horizonte eclesial no era más esperanzador, con su ambiente restaurador y olvidadizo de los pobres. Con el nuevo milenio, los pobres están nuevamente levantando cabeza, tanto para resistir y oponerse a este sistema de muerte, como para organizarse y proponer caminos de ‘otro mundo posible’. Esta situación desencadena, de parte del imperialismo, una persecución mundial, tildando de ‘terrorismo’ a todo lo que no entra en su visión y sumisión del mundo. El Pueblo de las CEBs sigue las mejores intuiciones del Concilio y de Medellín y abre espacios de esperanza desde su compromiso con las causas de los pobres y su apertura a todas las grandes religiones. Se repite la locura de Jesús, a imagen de lo que vivían las Comunidades cristianas en los años 70 al 135 dC.

 

  1. El contexto de los años 70-135 dC.: El imperio romano perseguidor y excluyente

 

a)       Los años 30 al 40 dC. fueron el periodo del anuncio de la Buena Nueva de Jesús, marcado por la fuerza radiante de la fe en la resurrección que abrió nuevos e insospechados horizontes.

b)       Los años 40 al 70 dC. fueron el periodo de la expansión de la Buena Noticia por el mundo del imperio romano, que llegó hasta su corazón, Roma. En la última década, del 60 al 70, los sucesos cambiaron el horizonte y crearon, después del 70, una nueva coyuntura. Se caracterizó como un ‘periodo difícil’, con grandes conflictos y problemas.

̵            El trauma de la destrucción de Jerusalén se vio aumentado por la trágica separación entre Judíos y Cristianos, que llegó a una ruptura total en los años 90.

̵            Doctrinas y religiones extrañas invaden el imperio y penetran también en las Comunidades cristianas, provocando confusión, nuevas tensiones y grandes conflictos.

̵            Las persecuciones, cada vez más fuertes por parte del imperio romano, hacen que muchos cristianos abandonen la fe y originen nuevos e imprevistos problemas.

      Existe una gran semejanza entre el final del primer siglo y los comienzos de este nuevo milenio. En ambos casos, el imperio neoliberal no tiene adversarios de altura para impedir sus obra devastadora. Además, las más variadas doctrinas y religiones invaden los espacios de la vida, creando confusión en muchas gentes. Movimientos, partidos y tendencias se están multiplicando en una oposición creciente, haciendo aumentar las tensiones, los conflictos y las guerras. Esto repercuta en las Comunidades cristianas y agranda los problemas.

 

B. PREOCUPACIÓN Y ORIENTACIONES DE ESTE 7º FOLLETO

                Nos hemos sentido cuestionado en nuestra manera de vivir la fe en las siguientes dimensiones.

 

  1. La situación de los Pueblos de América latina: El creciente empobrecimiento y confusión religiosa

        Las condiciones de vida de la mayoría del pueblo de los pobres son verdaderamente ‘apocalípticas’, es decir cada vez peores, como en tiempos de las Comunidades cristianas del final del primer siglo. Ya no se confía en los planes y programas de los grandes, ni de los políticos, ni de las Iglesias en general. Cada año, en América Latina, unos 3 millones de feligreses de las grandes religiones abandonan sus Iglesias para buscar refugios en las iglesias pentecostales.

 

  1. La situación de las CEBs: Resistencia y esperanza

        Las CEBs siguen vivas, aunque minoritarias, en todo el continente. Su fuerza es la Palabra de Dios, su espiritualidad, su fraternidad interna y su solidaridad con los vecinos y los movimientos populares. Son un nuevo modelo de Iglesia: la ‘Iglesia de los pobres’, cercana a la gente, fiel al evangelio, con sus celebraciones creativas, su lectura popular de la Biblia; son semillas y presencia del Reino con sus alternativas de sociedad en los distintos campos económicos, políticos, social, cultural y eclesial. Por eso que son perseguidas, tanto en la Iglesia oficial como en la sociedad. Pero se mantienen firmes en la misión que sienten ser la suya: Un ensayo del Reino de Dios.

 

  1. La situación de las Iglesias: Encerradas en su tradicionalismo

        En los últimos 20 años, han crecido en la Iglesia católica el centralismo, el tradicionalismo, la marginación de los laicos y en particular de la mujer, el clericalismo autoritario, la insistencia en la moral, la parroquia sectaria, el abandono de los sectores populares… Las religiones abrahámicas -Judaísmo, Cristianismo e Islam- están en decadencia: Dos de ellas se hacen la guerra (Judaísmo e Islam) y la 3ª -el Catolicismo- nos encerramos en el fundamentalismo. Esto ahoga las semillas de nuevas CEBs, porque no se acepta su novedad eclesial.

 

  1. La situación mundial es apocalíptica, o sea parecida al tiempo del Apocalipsis

        El imperialismo neoliberal liderado por Estados Unidos y Europa se ha hecho más agresivo y destructor. Reaparecen ideologías racistas y excluyentes. La corrupción se ha adueñado de los gobiernos, la destrucción ambiental por los químicos no para, la contaminación atmosférica no se detiene, la pandemia del sida crece sin límite… a pesar de voces y organizaciones que gritan su disconformidad y buscan abrir nuevos caminos de vida y de solidaridad.

 

  1. El Apocalipsis quiere aportar su luz y esperanza

        El Apocalipsis es un libro manoseado por los medios de comunicación las Iglesias para mantener al Pueblo en la ignorancia y el sometimiento, a pesar de que adivina en él una luz y una esperanza que no logra descifrar claramente. ‘Está cerrado con 7 llaves’ y no hay decisión para dar a entender su mensaje. Es un libro demasiado exigente y comprometedor para todas las personas, instituciones e Iglesias que buscan la tranquilidad interna y la complicidad con el sistema vigente. El Apocalipsis nos ‘desacomoda’ y nos proyecta hacia la novedad del Reino, en medio de las dificultades y persecuciones.

 

  1. El reto de este folleto: Desvelar el sentido del Apocalipsis y fortalecer la Iglesia de los Pobres

        Al final del primer siglo, se presentaba una doble opción religiosa. Por una parte, unos cristianos, temerosos del imperio romano y de las ideologías del momento, se cerraban sobre sí mismos, buscaban refugio en la institucionalización de la fe y de la doctrina. Por otra parte, una minoría más emprendedora, confiando en la presencia de Jesús y la fuerza del Espíritu, no se intimidaron por los embates del imperio y decidieron enfrentarlo desde su creatividad y su valentía. Encontraron en la literatura apocalíptica su fuente de espiritualidad y su fuerza para abrirse a los desafíos de la fe y de su incidencia en la sociedad. Ya se daban las 2 líneas que se enfrentan en la Iglesia: la institución y la misión profética. El Apocalipsis nos enseña que las 2 son necesarias, pero que la institución debe estar al servicio de la misión y de la profecía.

 

                Hoy las CEBs son esta Iglesia misionera y profética que necesita de mayor estructuración y reconocimiento eclesial. El Concilio Vaticano 2º y las Conferencias de Medellín y Puebla abrieron el camino de la Iglesia de los Pobres en América Latina, con la pujanza de las CEBs. Hoy se debe confirmar y fortalecer este camino eclesial. Este folleto quiere ser un apoyo claro y decidido a este gran reto: Hacer de toda la Iglesia una profecía que ilumine, no sólo a los pobres, sino a toda la humanidad.

 

 

PUERTA  DE  ENTRADA  Y  CLAVE  DE  LECTURA

 

A. CONTENIDO

En este folleto vamos a mirar más de cerca los libros del Nuevo Testamento que fueron escritos entre los años 70 y 135 dC., que son los siguientes:

-          Las ‘Cartas Apostólicas’ de Juan, Pedro y Judas (la carta de Santiago fue tratada en el folleto anterior),

-          Las ‘Cartas Pastorales’ a Tito y Timoteo,

-          Las Cartas a los Efesios y a los Hebreos, y

-          Sobre todo, el Apocalipsis.

En esa misma época se hizo la redacción final de los Evangelios de Mateo, Lucas y Marcos, y los Hechos de los Apóstoles (también todos estos libros fueron estudiados en el folleto anterior).

 

B. DIVISIÓN

                Este folleto tiene 4 bloques. Cada bloque trata de un determinado número de libros con una breve introducción. Esta sitúa estos libros en el contexto de su época y de la vida de la Iglesia. A su vez, cada libro tiene una breve presentación con algunas claves de lectura. La división de los libros en bloques se hizo de acuerdo con las diferentes visiones de Iglesia que aparecen en los libros escritos en este período (70-135).

  1. Iglesia en discernimiento
  2. Iglesia que se institucionaliza
  3. Iglesia que vence por el amor
  4. Iglesia que celebra

 

C. EL EJE Y EL OBJETIVO QUE UNEN ENTRE SÍ A LOS VARIOS BLOQUES

                El hilo que une entre sí a los 4 bloques y les da unidad es el Apocalipsis de Juan. El Apocalipsis no es sólo un libro. Es también la expresión de una manera de pensar, de relacionarse con Dios y con los demás, de leer los hechos de la historia. Como ya vimos, este modo de pensar de los apocalípticos dejó huellas en casi todos los escritos de este período. Era la manera propia de los pobres y excluidos de situarse en el mundo frente a los poderosos del imperio de turno y de releer la historia de su propio pasado. Cuando, humanamente hablando, ya no existe horizonte de mejores días para los pobres, ellos saben encontrar nuevas ventanas de esperanza y nuevas puertas de salidas.

                En este folleto queremos alcanzar la fuente de la esperanza de los pobres y, así, ‘beber del propio pozo’. Queremos encontrar una luz orientadora en estos tiempos llamados ‘apocalípticos’, aprender de los pobres cómo ser fieles a nuestra misión profética hoy en América Latina. Queremos conocer nuevas pistas para situarnos en este conflicto entre ‘carisma y poder’, entre fidelidad al pasado y creatividad para el presente.

 

D. CUADRO HISTÓRICO

 

LAS  PRIMERAS  COMUNIDADES  CRISTIANAS  (54 - 135 dC.)
En el imperio romano
Jesús y las Primeras Comunidades
En Palestina
59-68: Nerón emperador (= 666)
 
 
69: Guerra civil romana
69-79: Vespasiano emperador
 
 
 
 
79-81: Tito emperador
 
 
81-96: Domiciano emperador
Se intensifica el culto al emperador
90: Decreto contra los cristianos cuya religión es declarada ‘ilícita’
 
 
 
98-117: Trajano emperador
 
 
117-138: Adriano emperador
64-65: Persecución de Nerón, y
martirio de Pedro y Pablo en Roma
69: Evangelio de Marcos
 
 
70: Ruptura entre Judíos (la Sinagoga) y los Cristianos, y
1ª Carta de Pedro
 
80: Evangelios de Mateo y Lucas, y Hechos de los Apóstoles
 
 
90: Carta a los Efesios, a Tito y 1ª y 2ª carta a Timoteo.
 
95-96: Persecuciones contra los cristianos y Apocalipsis
 
100: Evangelio y cartas de Juan
Cartas de Judas y 2ª de Pedro
 
 
66-73: Revuelta judía contra los Romanos
 
 
70: El general romano Tito destruye Jerusalén
73: Caída de la fortaleza judía de Massada
 
 
85-90: Sínodo judío de Jamnia donde se establece el canon judío de los libros bíblicos
 
 
 
 
 
 
 
 
135: Revuelta del judío Bar Kochba, invasión romana y dispersión de los Judíos fuera de Palestina

 

 

INTRODUCCIÓN  AL  APOCALIPSIS  DE  JUAN

 

A. TRATANDO DE VER CLARO: Visión general de la problemática sobre el Apocalipsis de Juan

 

  1. Problemas del Pueblo

        El libro del Apocalipsis es uno de los libros de la Biblia al que más se acude. También se abusa de su uso y se lo tergiversa mucho. En muchos casos, no se entiende su sentido, pero produce una fuerte atracción, una curiosidad particular. Una mujer decía: ‘Entender lo del Apocalipsis: No entiendo. Pero me gusta mucho. Me da consuelo y valor en la lucha’. De hecho no es necesario de entender de música para poder sentir la paz y la felicidad que comunica una sinfonía. En el caso del Apocalipsis, imágenes y visiones pueden, por sí mismas, comunicar ‘consuelo y valor’. De todo modo, entender puede orientar mejor el sentido de este ‘consuelo y valor’.

        Por otra parte, muchas personas buscan entender mejor el Apocalipsis, conocer el rumbo, participar de su dinámica, actualizar su sentido… Es lo que vamos a intentar en este folleto, sin la pretensión de explicarlo todo. Por eso, en las reuniones, es muy importante escucharse mucho y también no quererlo explicarlo todo…

 

  1. La diversidad de tendencias en la interpretación del Apocalipsis

 

a).   El Apocalipsis predeciría el desarrollo de la historia

San Agustín consideraba que el Apocalipsis era una profecía de la historia, que anunciaba las etapas del Plan de Dios, desde el comienzo hasta el fin. Los que se orientan por esta teoría, interpretan las visiones como anticipación de los grandes acontecimientos de la historia de la Iglesia y de la humanidad. Esto fue lo que provocó a Mostráramos a escribir sus ‘profecías’… ¿Será muy importante saber lo que va a pasar o decir que tales acontecimientos ya habían sido ‘profetizados’? ¿O usaremos el Apocalipsis sólo por cuestiones de ‘curiosidad’?...

 

b).   El Apocalipsis hablaría del fin del mundo

Para otros, el Apocalipsis habla de lo que sucederá al fin de los tiempos, como es el caso de los grupos ‘pentecostales’. Y se dedican a profetizar cuando va a suceder… Ya ¡cuántas veces ciertos grupos anunciaron el fin del mundo! Y hasta se suicidaron por él… ¿No será una manera no tan buena de cultivar el miedo? ¿Esto ayuda a vivir y afrontar los problemas?...

 

c).   El Apocalipsis sacaría una radiografía de la vida humana

Otros dicen que el Apocalipsis trata de revelar una dimensión más profunda de la vida humana. Ayuda a los lectores a no detenerse en la superficie de los hechos, sino a mirarlo todo por dentro y descubrir la acción de Dios en todo lo que sucede. Claro está que la Palabra de Dios no es sólo para entender el pasado, sino también el presente, y el Espíritu nos da a cada uno luces para entender el presente, en particular mediante el Apocalipsis. Tal vez hay que comenzar entendiendo lo que quería lograr el autor en la situación de su época, sino podemos perdernos en conjeturas que nos pueden desorientar…

 

d).   El objetivo del autor del Apocalipsis

Al analizar el Apocalipsis, se descubre que el autor no buscaba predecir las etapas del plan de Dios ni el fin de la historia, sino iluminar la situación difícil por la que pasaban las primeras comunidades cristianas. Quería ayudarlas a entender lo que sucedía: las persecuciones externas y los problemas internos. Así lograba reanimar su fe, su esperanza, su amor y su fidelidad valiente. Hoy muchas Comunidades cristianas, en particular las Comunidades Eclesiales de Base, siguen experimentando esa ayuda al leer el Apocalipsis. Dejémonos guiar por esta intuición y esa práctica.

                En este folleto, optamos por esta última tendencia. Nuestra convicción es que el Apocalipsis fue escrito para animar a las Comunidades cristianas de Asia Menor (hoy Turquía) perseguidas al final del 1º siglo.

                Estas diversas interpretaciones nos hacen ver que una obra de arte -y es el caso del Apocalipsis- es más grande que lo que quería su autor. Y hay que decir todavía que el Apocalipsis es mayor que todas las teorías que lo interpretan. A lo mejor tiene, para cada época, un mensaje distinto. Haremos obra de humildad al avanzar por nuestro camino de interpretación.

 

Vamos a profundizar 3 aspectos: Ver Anexo 1.

1.       El ‘rostro’ del texto, es decir, la forma literaria y la historia de su composición.

2.       Los ‘pies’ del texto, es decir, el contexto histórico en que fue escrito y los problemas de las Comunidades, para los que trata de ser una luz o una respuesta.

3.       El ‘corazón’ del texto, es decir, el mensaje que el autor quiere transmitir y la esperanza que quiere animar.

 

 

B L O Q U E   1  :   I G L E S I A   E N   D I S C E R N I M I E N T O
Apocalipsis 2 y 3. Cartas Católicas: Pedro y Judas

 

 

PRESENTACIÓN

 

  1. Objetivos

-          Percibir cómo el cambio de coyuntura en los años 70 dC. coloca a la Comunidades cristianas frente a nuevos desafíos,

-          Descubrir con qué criterios las Comunidades disciernen cuál es el camino a tomar para ser fieles a Dios y al Pueblo.

 

  1. Contenido

-          Este bloque tiene 5 temas con sus comentarios: Dos tratan del Apocalipsis y 3 de las llamadas ‘Cartas Apostólicas’: Las de Pedro y la de Judas.

-          Los acontecimientos de los años 60 al 70 dC. provocaron grandes cambios en la vida de las Comunidades e hicieron crecer en ellas una nueva preocupación con aspectos fundamentales de la vida cristiana: La seguridad básica de las personas y Comunidades (tema 1), la forma en que se acogía a los excluidos (2), el discernimiento y la norma segura de doctrina (3 y 4), la difícil situación de las Comunidades.

 

 

 LAS  CARTAS  CATÓLICAS.

 

 

                Durante los años 70 a 135, una serie de acontecimientos perturbaron la vida y las personas de las Comunidades cristianas. Estos acontecimientos provocaron un cambio en la coyuntura interna y externa de las Comunidades, exigiendo de ellas una toma de posición y una corrección de rumbo. El momento que pasaban, exigía discernimiento.

                Aquellos acontecimientos eran los siguientes: la reorganización del judaísmo después de la destrucción de Jerusalén, las persecuciones violentas promovidas por el imperio romano, las nuevas y extrañas religiones y doctrinas que invadían las ciudades, el conflicto interno entre el impulso carismático y la exigencia de mayor organización, la desaparición de los grandes líderes… Como un barco en medio de la tempestad, las Comunidades buscaban como enrumbar su testimonio del Resucitado.

                Esta búsqueda de un nuevo rumbo exigía hacer una lectura crítica y positiva de los acontecimientos. La revisión del camino recorrido y la relectura de las palabras y los gestos de Jesús dan nacimiento a grandes escritos llamados ‘Cartas Apostólicas’ que vamos a estudiar en este 1º bloque. Son cartas dirigidas tan sólo a una Comunidad específica, como la de Pablo a los Romanos, por ejemplo. De hecho fueron una luz para todas las Comunidades. Por lo tanto son cartas ‘universales o católicas’ en el sentido original de la palabra, es decir dirigidas a todas las Iglesias cristianas. En su conjunto, estas cartas muestran que las Comunidades son el Pueblo de Dios, herederas de la Antigua Alianza y continuadoras del camino que se inició con el éxodo de Moisés.

-          La 1ª carta de Pedro está dirigida a cristianos marginados por la estructura social del imperio romano. Son cristianos que provienen del paganismo y que encuentran en la Comunidad un hogar y una identidad.

-          La carta de Judas y la 2ª de Pedro son escritos dirigidos a los cristianos provenientes del judaísmo que están sufriendo todo el doloroso proceso de separación entre comunidades cristianas y religión judía.

-          Como en todos los bloque de este folleto, estos escritos están insertados en medio de unos capítulos del Apocalipsis.

 

 

Tema  1 :  LO  QUE  DA  SEGURIDAD  CUANDO  APARECE  EL  MIEDO

 

‘No tengas miedo. Yo soy el viviente. Estuve muerto, pero estoy viva para siempre’ (Apocalipsis 1,17).

 

Mensaje: La seguridad que nos da la fe proviene de la persona de Jesús: Sus palabras, su vida, su muerte y su resurrección.

 

                La enfermedad más tratada en la actualidad es la actualidad es el ‘síndrome del pánico’… Ese es el nombre que unos médicos dan a un conjunto de síntomas que aparecen en la persona y la dejan totalmente insegura, y sin causa aparente. El individuo, perdido en medio de un mundo sin rumbo, amenazado de muchas partes y sintiéndose incapaz de poder hacer algo para controlar la situación y mucho menos para cambiarla, es invadido por el pánico y ya no se encuentra consigo mismo, ni con los otros, ni con Dios. ¿Será esto una situación apocalíptica? Más bien frente a esta situación, surgió la literatura apocalíptica para confirmar a los cristianos sobre el camino a seguir, que es el de Jesús.

                El texto que vamos a compartir nos trae la introducción al libro del Apocalipsis: Presentación del contenido, saludo trinitario y visión inaugural de Jesús resucitado. Estos 3 puntos nos dan la clave para interpretar todo el libro, sobre todo la visión centrada en la persona de Jesús, vivo y presente en la comunidad. Analizaremos cada uno de estos 3 puntos.

                La visión inaugural de Jesús resucitado es el grandioso panel de entrada del Apocalipsis. En él, Juan transmite la experiencia que el mismo tuvo de la experiencia de Jesús. Es el resumen del mensaje que pretende comunicar a las comunidades perseguidas y a  todos nosotros.

 

Bienvenida. Canto. Acogida y motivación. Breve oración al Espíritu Santo.

Nuestra realidad: Inseguridad y fe

  1. ¿Por qué razones nos sentimos a veces inseguros?
  2. ¿En qué nos ayuda nuestra fe?

Palabra de Dios. Apocalipsis 1,1-20: El objetivo del Apocalipsis.

  1. ¿Cómo entendemos las imágenes y los símbolos utilizados en esta lectura?
  2. ¿Cómo es presentado la figura de Jesús?

Hoy nosotros: Vencer el miedo gracias al Resucitado

  1. ¿Cómo podía ayudar esta lectura a las primeras comunidades cristianas?
  2. Frente a nuestras inseguridades y nuestros miedos, ¿cómo nos ayuda a nosotros esta primera lectura del Apocalipsis?

Oraciones comunitarias. Poner un símbolo en medio de nosotros. Salmo 27 (coraje de la fe y deseo de Dios). Canto. Bendición final.

 

Preparación del próximo encuentro

-          Traer un símbolo acorde al tema de la próxima reunión.

-          Leer la presentación de la 1ª carta de Pedro.

-          Leer también en la 1ª carta de Pedro 1,22-2,25, el texto de apoyo Efesios 4,17-5,20 y el comentario correspondiente.

 

 

Comentario 1: LA SEGURIDAD QUE NACE DE LA FE EN JESÚS (Entrada al libro del Apocalipsis)

 

El Apocalipsis de Juan tiene 3 puertas de entrada, cada una con su función propia.

  1. La presentación (1,1-3) proporciona el resumen y el objetivo del libro. Fue hecha por el editor del libro que juntó y acomodó los escritos de Juan. Define el libro como ‘apocalipsis’, es decir ‘revelación’.
  2. El saludo (1,4-8) presenta el libro como una carta amiga. Crea el ambiente comunitario de fe, esperanza y celebración, dentro de lo cual el libro debe ser leído e interpretado.
  3. La visión inaugural de Jesús (1,9-20) transmite una experiencia que hace percibir el alcance de la fe en la resurrección para la vida de las comunidades. Es un resumen del mensaje del libro. Aquí es donde Juan recibe la orden de escribir todo para las 7 comunidades.

        En la presentación, llamamos a la puerta. En el saludo, Juan nos viene a abrir y nos invita a entrar. En la visión inaugural, él nos lleva hacia dentro y nos pone en contacto directo con Jesús, el Dueño de la Casa.

 

1ª PUERTA: PRESENTACIÓN (1,1-3)

Este resumen inicial tiene como objetivo informar sobre el libro que vamos a leer y sobre el compromiso que vamos a asumir. En unas pocas palabras, son muchas las informaciones.

  1. Origen. El libro viene de Dios que lo reveló a Jesús, quien lo transmitió al ángel, quien lo transmitió a Juan, quien lo transmite a las comunidades (los siervos) las cuales serán testigas de la Buena Noticia.
  2. Naturaleza o valor. No es un libro cualquier, sino que es ‘Revelación’, ‘Palabra de Dios’, ‘Testimonio de Jesucristo’ y ‘Profecía’.
  3. Contenido. Tratan de las ‘cosas que han de suceder de aquí a poco’.
  4. Exigencia. No basta leer y escuchar el mensaje del libro; hay que cumplir son su observancia.
  5. Urgencia. El lector debe estar preparado y listo porque queda poco tiempo.
  6. Manera de leer. Uno lee, los otros escuchan. Debe ser leído en comunidad.
  7. Recompensa. ‘¡Felices los que lo practican!’. Es la felicidad mesiánica.

 

2ª PUERTA: EL SALUDO (1,4-8)

                Juan comienza el saludo deseando gracia y paz a las 7 ‘comunidades’. Hablamos de ‘comunidades’ en vez de ‘Iglesias’ porque la Iglesia evoca para nosotros la institución jerárquica. Juan se dirigía a pequeñas comunidades cristianas dispersas por Asia Menor, ubicadas en grandes ciudades del imperio romano. Era una situación bastante semejante a la de las Comunidades Eclesiales de Base actuales. Originalmente, la palabra ‘iglesia’ significaba pequeñas ‘asambleas populares’ en donde la gente discutía sus problemas y buscaba resolverlos. La mayoría de los cristianos, por no ser ciudadano romanos, no podían participar de estas asambleas. Usaron ese mismo nombre para manifestar que ‘el Camino de Jesús’ era también una manera de vivir en comunidad.

                Juan desea ‘gracia y paz’. La ‘paz romana’ del imperio, de la que gozaba la élite libre, era exaltada por los poetas como un don de los dioses. Juan tiene el valor de criticarla porque desea a las comunidades una paz diferente. Las comunidades sufrían y eran perseguidas en nombre de esta ‘paz romana’, implantada por la fuerza de las armas y manteniendo en la esclavitud a la mayoría de la población. Juan desea la paz que viene la ‘santísima Trinidad’.

                Para Juan, la fuente de donde nace todo y el mar adonde todo converge, es la Trinidad santa. Nosotros hablamos de la comunidad del ‘Padre, del hijo y del Espíritu Santo’. El Apocalipsis dice: ‘El que era, es y será’, ‘los 7 Espíritus’, ‘Jesucristo el Testigo fiel…’. Con esto, Juan decía lo que pensaba y esperaba del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es una teología más suelta y concreta, menos doctrinal.

 

  1. ‘El que era, es y será’ (1,4,8). Juan no habla de un Dios distante, sino el que camina junto a su pueblo desde el comienzo hasta el fin. Tiene pasado, presente y futuro. Su nombre evoca el nombre liberador revelado a Moisés: ‘Yahvé’, es decir ‘yo soy el que estoy’ con ustedes, los pobres, para que se liberen. Es presencia amiga y liberadora: ‘Emmanuel’, Dios con nosotros (Éxodo 3,16).

 

  1. Los 7 Espíritus. Representan la plenitud de la acción de Dios en el mundo. Están ante el trono, lugar simbólico de Dios, siempre listos para cualquier obra del Padre. El Espíritu es del Padre y también de Jesús, pues los 7 Espíritus son los ‘7 ojos del Cordero’ (5,6). Basta que el Cordero mire y donde él mira, allí el Espíritu de Dios se hace presente.

 

  1. Jesucristo. Recibe 3 títulos:

-          ‘Testigo fiel’. Jesús tuvo el valor de profesar su fe en el Dios de la vida. Fue fiel. Su testimonio hasta la muerte, o martirio, tuvo como respuesta de Dios la resurrección.

-          ‘Primogénito de entre los muertos’. Este título expresa la esperanza de los cristianos que, como Jesús, estaban perseguidos y muertos por su fidelidad al nombre de Jesús y a la Palabra de Dios. Jesús es el Primogénito: Lo que le sucedió a él, ha de suceder con todos sus seguidores.

-          ‘Príncipe de los reyes de la tierra’. Creer en la resurrección implica un acto de rebeldía contra el imperio romano que adora al emperador como el primero y el mayor de los reyes de la tierra. La certeza de esta afirmación proviene de la fe en la victoria de Jesús y la nuestra.

        Estos 3 títulos provienen del Salmo 89 en el que el Mesías es llamado ‘Testigo fiel’ (v. 38), ‘Primogénito’ (v. 28) y ‘Altísimo sobre los reyes de la tierra’ (v. 28). La fe en Jesús se fundamenta en el Antiguo Testamento y desvela su sentido verdadero.

                El final del saludo trinitario revela la esperanza de los cristianos: ‘Jesús vendrá sobre las nubes; todos los ojos lo verán; todos se golpearán el pecho’ (1,17). En realidad Jesús, en vez de aparecer en las nubes a la vista de todos, era un gran desconocido en el mundo romano. Su nombre era prohibido y perseguido. Los que creían en él eran igualmente perseguidos. Al decir que ‘todos se golpearán el pecho’, Juan quería comunicar que ‘la situación en que nos encontramos, cambiara radicalmente’. Por eso las comunidades pueden responder con gusto: ‘¡Sí, amén!’ (1,7). Era necesario tener mucho valor y mucha fe para pensar y esperarlo así.

 

3ª PUERTA: LA VISIÓN INAUGURAL (1,9-20)

                Aquí Juan utiliza los símbolos para presentarnos a Jesús, presentación solemne con mucha majestad. Sugiere quién es Jesús y qué puede significar para nosotros. Lo que Juan dice por medio de la visión, podría traducirse de la manera siguiente: ‘Jesús es el Hijo de Dios, Mesías, Sacerdote, Juez, Señor de la historia, presente en la comunidad, vivo para siempre’. Juan no usó fórmulas sino una visión, género literario más sugestivo para la gente de las comunidades. En nuestra frase, Jesús aparece estático; en la visión es activo. La frase traduce un relato, la visión expresa un cuadro vivo. La frase apela a la inteligencia y expresa una gran verdad; la visión estimula el valor y anuncia un Buena Noticia…

                Al meditar la visión que tuvo Juan, tal vez no entendamos el significado de todos los detalles: túnica larga, cinta de oro, cabellos blancos, ojos de fuego, pies de bronce incandescente, voz parecida al estruendo de cataratas de agua, siete estrellas… Pero, aún sin entender bien, sentimos y adivinamos que se trata de algo grande y de mucha importancia para la vida. Esta visión, ubicada al comienzo del libro, es como una obra de arte a la entrada de una capilla. Cada vez que uno entra, puede mirar y meditar, hasta que penetre en uno y le comunique su mensaje.

                El mensaje de los símbolos es un lenguaje cuyo valor y significado no está tanto en lo que se dice, sino mucho más en lo que sugiere y evoca. No es un lenguaje doctrinal de conceptos bien definidos, de cálculos y conocimientos exactos. El lenguaje simbólico conduce a la fuente de donde nace la verdad. El lenguaje doctrinal expresa las definiciones de las autoridades; el lenguaje simbólico expresa la vivencia de la fe de los pobres, brota del silencio y conduce al silencio. Pero el lenguaje profético: Invita a la denuncia, la resistencia y la lucha. Tal vez el pueblo de los pobres no sabe leer y expresarse lógicamente, pero sí sabe de poesía y de sabiduría, de contemplación y de mística, de celebración  y de amor. Conviene leer el Apocalipsis como se contempla una pintura, una obra de música clásica, un conjunto escultural, una larga y bella celebración creativa.

                Lo primero que Juan ve, es la luz: ‘Vi 7 candelabros de oro’ que son las 7 comunidades (1,12,20). Experimenta a las comunidades como luces, ‘la luz de los pueblos’ (Isaías 42,6 y 49,6). En medio de los candelabros ve a ‘alguien semejante a un Hijo de Hombre’ (1,13). Partiendo de las comunidades, Juan hace la experiencia de un Cristo vivo. Los cristianos perseguidos que pensaban estar en la nada y en la oscuridad, descubren que están siendo luz por la presencia de Jesús en medio de ellos. Al final, la visión termina como comenzó: En la luz de las 7 estrellas y en la luz del rostro de Jesús.

                La 1ª reacción de Juan es el miedo y la angustia (1,17). Es la reacción natural ante la presencia de Dios (Éxodo 3,6: 1 Reyes 19,13; Isaías 6,5). Pero no es sólo eso. Refleja también la actitud de las comunidades: Amenazadas de muerte por el imperio, estaban postradas en la oscuridad y el miedo. No sabían que, aún así, eran luz: Necesitaban de alguien que se lo dijera para despertarlas y animarlas. El objetivo de la visión inaugural es hacer que las comunidades sientan la mano de Jesús sobre su hombro y que oigan su voz: ‘No tengan miedo. Soy Yo, el Primero y el Último, el que vive. Estuve muerto pero estoy vivo para siempre. Tengo las llaves de la muerte y de la morada de los muertos’ (1,17-18). Este es el resumen central que se desparrama por las páginas del Apocalipsis.

 

 

   CARTA  DE  PEDRO.

 

 

                Existe en nuestras ciudades y nuestros campos una multitud de desamparados, desprotegidos, excluidos, con permanentes necesidades, que son un verdadero desafío urgente para construir una sociedad justa y fraterna en que nadie quede fuera. El tema central de la 1ª carta de Pedro son las consideraciones sobre las Comunidades de los excluidos dentro de la comunidad. Son exhortaciones dirigidas a los cristianos marginados, invitándoles a formar una Comunidad, una casa para los desamparados.

 

A. ¿PARA QUIÉN Y POR QUÉ FUE ESCRITA ESTA CARTA?

                Siguiendo el esquema habitual de las cartas del Nuevo Testamento, la 1ª carta de Pedro comienza con una fórmula de destino y un saludo. En ella el autor ofrece el retrato de sus destinatarios (1,1): Viven dispersos con extranjeros en las regiones de Asia Menor (hoy Turquía). Son ‘peregrinos’, ‘forasteros’, ‘esclavos’, que vivían fuera de la patria, o sea de sus aldeas de origen y no disfrutaban del derecho pleno de ciudadanía ni de la acogida fraterna de parte de la población local. Son, por tanto, el blanco de humillaciones, calumnias y persecuciones por no ser ciudadanos. El hecho de ser cristianos con una práctica opuesta a la de la sociedad excluyente (4,12-19), aumenta la humillación y marginación.

                A estos cristianos, el auto les dirige su mensaje de solidaridad y ánimo para que formen juntos ‘la casa de Dios’ y la transformen en un hogar cuyo cimiento es la piedra que es Cristo (2,4-7). Por eso la carta trata de infundir alegría y esperanza en los lectores y exalta en ellos la práctica del amor fraterno, con pasión y misericordia.

 

B. QUIÉN ESCRIBIÓ LA CARTA, DÓNDE Y CUÁNDO

                Existe cierta polémica con relación al autor, la fecha y el lugar de composición de la 1ª carta de Pedro. Según la misma carta, el autor es ‘Pedro, apóstol de Jesucristo’ (1,1), ‘presbítero’, ‘testigo de los sufrimientos de Cristo’ (5,1), que escribió su carta ‘por medio de Silvano’ (5,12), en ‘Babilonia’ (5,13) que es el sobrenombre que se les daba a Roma (Apocalipsis 14,8 y 17,5). Pero, de acuerdo con las investigaciones de los estudiosos, existen dudas y dificultades sobre la autenticidad petrina de dicha carta.

-          El nombre de Pedro aparece solamente como título, pero el conjunto de la carta no hace referencia a su vida personal no su actuación como compañero y testigo de la vida de Jesús.

-          Las Comunidades de Asia Menor habían sido fundadas y evangelizadas por Pablo, no por Pedro quien no había trabajado en estas regiones.

-          Las ideas y la teología de la carta, inclusive su forma de expresarse, tienen muchas semejanzas con la Escuela paulina, como en Efesios, Tito y Hebreos.

-          En fin, las alusiones a las persecuciones generalizadas contra los cristianos en las regiones del Asia Menor nos lleva a la época de Domiciano (entre 90 y 100) y no la de Nerón (64 dC.), cuya persecución fue limitada tan sólo a los cristianos de Roma.

                Por estos argumentos, nos parece razonable fecha esta carta en los años 90-100. Uno de los presbíteros, en Roma, habría retomado las ideas y la catequesis común de la Iglesia de los primeros cristianos para exhortar a los cristianos de Asia Menor a permanecer firmes durante las represiones y persecuciones.

                Por otras cartas, como la a Tito y las a Timoteo, sabemos que en aquella época el escritor, para dar autoridad a su escrito, tomaba el nombre de una gran personalidad de la comunidad. Es un práctica llamada ‘pseudónima’ (de seudónimo), muy común para conseguir mayor aceptación para su escrito y rendir homenaje a líderes desaparecidos. Al final del siglo 1º, la autoridad de Pedro, uno de los mayores apóstoles, martirizado en Roma, era bien aceptada y reconocida en la Iglesia en general, y su nombre habría sido puesto como patrono de nuestra carta.

 

C. ESQUEMA DE LA CARTA

                No siempre es fácil descubrir los añadidos y los colores de un texto. Una primera lectura de la carta deja perplejos a los lectores: Las exhortaciones dirigidas a las Comunidades son continuamente interrumpidas por cambiar de tema. Aun así, mirando más de cerca el agrupamiento y las secuencias de las exhortaciones, se descubre el siguiente esquema:

-          A quien se dirige y saludo (1,1-2).

-          Acción de gracias por la revelación del Plan de Dios (1,3-12).

-          1ª serie de exhortaciones: El código cristiano de santidad para orientar las relaciones internas de la Comunidad (1,13-2,10).

-          2ª serie de exhortaciones: Integración consiente y responsable de los cristianos en las instituciones humanas (2,11-3,12).

-          3ª serie de exhortaciones: Ante los sufrimientos, llamado a la resistencia y a la confianza según el ejemplo de la muerte de Jesús (3,13-4,11).

-          4ª serie de exhortaciones: La fidelidad al modo de proceder de Jesús en las persecuciones (4,12-5,11).

-          Saludos finales (5,12-14).

 

D. CLAVES DE LECTURA

                La 1ª carta de Pedro es muy actual para nosotros hoy. Fue escrita para orientar y animar a las personas que, además de ser pobres y miserables, eran en su mayoría excluidas de los derechos civiles, gente sin identidad. Era una situación bastante semejante a la que mucha gente vive hoy. En este contexto, la carta nos ofrece importantes claves de lectura.

 

  1. La casa que acoge y no excluye

        Los cristianos que son ‘piedras vivas’ (2,5), forman un edificio espiritual que es ‘la casa de Dios’ en la que están presentes el amor fraterno, la igualdad, la compasión, la misericordia, la humildad, la hospitalidad… convirtiéndose entonces en la casa en que se acoge a quiénes ni tiene raíces ni identidad.

  1. Nuevo Pueblo de Dios

        Al ser excluidos, los extranjeros ganan una nueva casa, una nueva identidad y un nuevo Pueblo a la luz de la Palabra de Dios.

  1. Integrarse sin entregarse

        La expresión ‘someterse’ (2,3) no indica una subordinación servil y acrítica de los cristianos al sistema social imperante. Esta expresión que puede ser traducida por ‘integrarse’, quiere animar a los cristianos a tener una presencia actuante en las instituciones humanas en base a la libertad responsable y consiente, alimentada por la fe en Dios que es absoluto (2,11-3,12). De este modo la carta desacraliza al emperador romano (2,13).

  1. Sufrimiento y liberación

        El sufrimiento es presentado conforme a la vida de Jesús (1,19) como una consecuencia de la práctica del bien en una sociedad injusta. Proclama la liberación de Dios y adelanta la llegada de su Reino (4,17-19 y 5,9-11).

  1. Expectativa apocalíptica

        Otro mensaje fuerte es la invitación a la esperanza. Esta provoca y alimenta la firme resistencia de aquellos que son humillados, excluidos y perseguidos por la práctica de la solidaridad y el amor (4,1-19).

                Con estas claves de lectura podemos leer e interpretar esta carta como un proyecto de construir una sociedad democrática más justa y abierta a los más desamparados.

 

 

Tema  2 :   EL  PUEBLO  DE  DIOS  EN  CRISTO

 

‘Amados, ustedes los peregrinos y forasteros…’ (1 Pedro 2,11).

 

Mensaje: Las Comunidades son el nuevo Pueblo de Dios que acoge a los marginados del imperio y dan seguridad a los que no tienen nada.

 

                En nuestra sociedad percibimos muchos signos de exclusión que marginan y oprimen la mayor parte de la población. Al mismo tiempo, reconocemos también signos de resistencia y solidaridad. Estos signos esperanzadores, sobre todo si provienen de la organización de los mismos excluidos, comienzan a transformar la vida, las personas y la misma sociedad. Las Comunidades, con sus reuniones en casa, motivan para esta organización y estos cambios desde la fe.

                En tiempos de la 1ª carta de Pedro, la mayor parte de la población del Asia Menor vivía en la injusticia, marginada y explotada por el sistema de esclavitud en que se sustentaba el imperio romano. Vivían en condiciones miserables, olvidados y negados en su humanidad.

                El texto que vamos a estudiar relata una práctica de los cristianos en respuesta a sus necesidades y la de sus vecinos. Formaban comunidades donde estén presentes el amor fraterno y la hospitalidad. Esta práctica que es experimentada y defendida a lo largo de la historia del Antiguo Testamento, transforma la comunidad en una ‘casa para los excluidos’. En el texto, el autor orienta y anima a los cristianos marginados y perseguidos tanto en las relaciones internas como en las relaciones con la sociedad.

 

Bienvenida. Canto. Acogida y motivación. Se pone a la vista de todos los símbolos traídos. Breve oración al Espíritu Santo.

Nuestra realidad: Organización y resistencia.

  1. Contémonos la experiencia de algún grupo de vecinos que se organiza para enfrentar mejor sus necesidades.
  2. ¿Qué hacemos los cristianos frente a tantas necesidades?

Palabra de Dios. 1 Pedro 1,22-2,25: Continuar la tradición fraternal del Antiguo Testamento.

  1. ¿Qué clases de marginación están sugeridas en esta lectura?
  2. ¿Qué orientación ofrece Pedro a los miembros de esa comunidad cristiana?

Hoy nosotros: Seamos creativos frente a nuestras necesidades

  1. ¿Qué orientaciones nos da también a nosotros esta lectura?
  2. ¿Qué acción sencilla vamos a emprender a nivel personal y de nuestro grupo?

Oraciones comunitarias. Dar el sentido de los símbolos que están medio de nosotros. Salmo 127. Canto. Bendición final.

 

Preparación del próximo encuentro

-          Traer un símbolo acorde al tema de la próxima reunión.

-          Leer la presentación de la carta de Judas.

-          Leer la carta de Judas, también en la 2ª carta de Pedro 1,1-11 y el comentario correspondiente.

 

 

Comentario 2: LA COMUNIDAD, POR SU SOLIDARIDAD, ES CASA DE LOS DESAMPARADOS

 

                La 1ª carta de Pedro se dirigía a las comunidades dispersas por las 5 provincias de Asia Menor, en la parte norte y noroeste de la Turquía actual. En ellas, los cristianos venían siendo insultados, marginados, amenazados y perseguidos por ser ‘extranjeros’ y por su estilo de vida comunitario al ejemplo de Cristo. Profundicemos esto.

 

A. SITUÁNDONOS EN LA HISTORIA

                Las regiones citadas al comienzo de la 1ª carta de Pedro, a pesar de estar realmente integradas al imperio romano, se distinguen por la diversidad de sus tierras, pueblos, historias y culturas. La región cercana al mar Egeo – frente a Grecia – fue la 1ª en ser dominada y urbanizada por los romanos a partir del año 133 antes de Cristo, como por ejemplo las grandes ciudades de ‘Éfeso y Pérgamo. Pero el interior del país seguía siendo casi totalmente rural, con pequeñas aldeas campesinas. Allí las diferencias locales de razas, lenguas, costumbres y religión permanecían muy marcadas. El latín – lengua de los romanos – y el griego – lengua del país vecino que los dominó antes de los romanos – eran idiomas extraños en medio de los dialectos regionales. Aún hoy en Turquía, cohabitan varias culturas con sus idiomas propios.

                Pero todas las regiones de Asia Menor experimentaban el mismo fenómeno social: Había una gran migración de gentes que venían de muchas otras partes. Se daba la concentración de tierra en manos de unos pocos propietarios y los pequeños agricultores estaban desapareciendo. Los campesinos pasaban a ser esclavos, mendigos, empleados… o iban a aumentar los suburbios de las grandes ciudades. Las intervenciones militares eran permanentes para controlar este flujo humano. Muchos eran o se sentían ‘extranjeros’ (2,11) porque iban y venían sin descanso. En la carta, Pedro habla a la comunidad cristiana formadas de estos ‘extranjeros’ que buscaban ayudarse a la luz de Cristo Jesús.

 

B. LA SITUACIÓN DE LOS ‘EXTRANJEROS’ CRISTIANOS

                En 1 Pedro 1,17, se dice: ‘Compórtense con temor mientras están fuera de la patria’. En cuanto a la condición de miembros de las comunidades, la carta se refiere a 3 tipos de ‘extranjeros’ separados de la patria, pero socialmente reconocidos.

 

  1. Los peregrinos (2,11). Esta expresión tiene el significado de ‘extranjeros residentes’. Eran arrendatarios y trabajaban en lo que encontraban y artesanos locales. Tenían el derecho de fijar residencia en el país y el deber de pagar tributo y cuotas de producción. Pero no disfrutaban de los derechos plenos de ciudadanía: No tenían derecho al voto, ni a la posesión de la tierra, ni ser herederos, ni a casarse con una mujer de la región…
  2. Los forasteros (2,11). Esta expresión se aplicaba a los ‘extranjeros en tránsito’, que no poseían ningún derecho de ciudadanía, ni siquiera podían permanecer en el país. Eran visitantes, inmigrantes, trabajadores clandestinos…
  3. Los esclavos (2,18-20). Estos eran el último grupo de la comunidad a que hace referencia la carta. Eran originarios de otro país y se encontraban fuera de su patria. La referencia de 2,18 sugiere que son esclavos domésticos, posiblemente comprados, y que vivían con los dueños de casa.

 

                Estas 3 clases de personas miembros de las comunidades nos permite descubrir a quienes las conformaban. Pero había también otras gentes, de condición pobre, como son los siguientes.

-          El primer grupo -peregrino, forasteros y esclavos- constituían la clase trabajadora, o sea ‘la fuerza económica’ del imperio romano. Aunque diariamente cumplían trabajos forzados, exigidos por la élite rural y urbana, en tiempos de crisis política, guerra y calamidades eran las víctimas de una mayor explotación y marginación.

-          Comunidades de marginados. Al analizar la 1ª carta de Pedro, podemos decir que la mayoría de los cristianos vivían en áreas rurales o pequeños poblados. Sufrían de fuertes prejuicios sociales, discriminación y persecución, tanto por parte de la población local con los judíos establecidos en los mismos lugares. La persecución aumentaba en la medida en que los cristianos vivían más fuertemente su práctica comunitaria y religiosa. Se los perseguía por extranjeros y cristianos.

-          Los judíos convertidos al cristianismo. Las persecuciones a los cristianos eran permanentes, porque todo ciudadanos debía entrar en las reglas del sistema imperial, cuyo control y esclavitud eran leyes. Esta persecución había aumentado drásticamente después de que los cristianos habían sido expulsados de las sinagogas judías, en los años 85. Además los judíos los denunciaban como cristianos ante las autoridades (Hechos 13,45-52).

Todo esto no ayuda a comprender la propuesta de la carta: La comunidad cristiana debe ser un hogar para quien no tiene casa.

 

C. LA COMUNIDAD ES LA CASA DE LOS EXCLUIDOS

                Todos estos ‘extranjeros’ habían dejado su patria y su raíces, su familias y amigos, y trabajaban en una tierra que no les pertenecía no les daba acogida ni calor. Sufrían por estas falencias y no tenían un lugar seguro ni física ni afectivamente. Para atender y acoger a todas estas gentes, el autor de la carta dirige su exhortación a la comunidad: ‘Practiquen la hospitalidad… Colóquense al servicio de los demás…’ (4,7-10). La práctica del amor se refiere a las costumbres heredadas del Antiguo Testamento: la defensa de los pobres (Deuteronomio 15) y la hospitalidad (Génesis 18). No se trata de una propuesta meramente asistencialista como dar comida y cama a los que no las tienen. Es más bien hacer de la comunidad cristiana un hogar para todos los desamparados: La comunidad es ‘casa de Dios’ (4,17), muy diferente de la ‘casa de los Cesares’ (o emperadores). El ‘Cesar’ era proclamado ‘padre de la patria’ porque ejercía el monopolio de la autoridad y de la sujeción absoluta de ‘sus hijos’. En una casa, en que Dios era ‘Padre bueno y generoso’, la situación era muy diferente: No había ni dueño ni opresor, sino una vivencia de hermandad e igualdad. El rito bautismal de inmersión en el agua, era la entrada en esa casa y el compromiso de ayuda mutua (1 Pedro 3,20-21). Se trataba de comenzar un nuevo éxodo, ni más ni menos.

                Por estas razones, el autor recalca la distribución igualitaria del poder entre los miembros de la comunidad: Todos son ‘administradores de la casa de Dios’ (4,10). La comunidad y su pertenencias son administradas conforme a las fuerzas que Dios les da (4,11). En esa casa, los ‘extranjeros’ adquieren pleno derechos de ser ciudadanos delante de Dios. Llegamos así a la propuesta central de la carta: La Comunidad cristiana es un hogar para quienes no tienen casa propia. Antes los numerosos desamparados y excluidos, la carta les propone de transformarse en verdadera comunidad donde reine la práctica del amor fraterno mediante la igualdad y la solidaridad. Esta propuesta es un gran desafío: El testimonio de la comunidad pasaba a ser, por una parte, un signo eficaz del amor liberador de Dios y, por otra, una denuncia contra el sistema excluyente del imperio romano. A largo plazo, los cristianos eran una amenaza desestabilizadora para el imperio. Por eso las persecuciones fueron violentas y destructoras.

                La 1ª carta de Pedro nos plantea el mismo desafío: ¿Son nuestras comunidades cristianas casa-hogar de los desamparados? ¿Cómo ser un testimonio profético de denuncia y liberador, creando un nuevo modelo de sociedad, frente a todos los excluidos de hoy?

 

 

 LA  CARTA  DE  JUDAS.

 

 

                La carta de Judas es en realidad un corto mensaje de tan sólo un capítulo. Este mensaje es atribuido a uno de los ‘hermanos del Señor’ llamado Judas. Su objetivo es bien fácil de ver. Es una llamado de alerta hecho a una Comunidad, previniendo a los fieles del peligro de algunos ‘falsos doctores’. El autor quiere llamar la atención de la Comunidad sobre el comportamiento de algunos de sus miembros, enfocando problemas muy diferentes de los de nuestra actualidad. Tal vez por esta razón la carta de Judas es uno de los escritos menos conocidos del Nuevo Testamento. El asunto que en ella se trata no parece decir algo para nuestros días.

                Los temas tratados y el uso de libros de la tradición popular apocalíptica judía indican que el mensaje está dirigido a una Comunidad de judeo-cristianos cuyos miembros son presentados como ‘los que fueron llamados, animados por Dios y guardados en Jesucristo’ (1). Eso vale para cualquier Comunidad, y también para nosotros. Por eso conviene que conozcamos esta breve carta de más cerca.

 

A. AUTOR Y DESTINATARIOS

                El autor señalado es ‘Judas, siervo de Jesús y hermano de Santiago’. El nombre de ‘Judas’ era muy común en la época de Jesús: Significa ‘Judío’, miembro de la tribu de Judá, y su femenino es ‘Judith’. Como es un nombre común, aparecen muchos ‘Judas’ en el Nuevo Testamento; pero solamente 3 tienen más relevancia.

-          Judas Iscariote, uno de los Doce Apóstoles, que traicionó a Jesús (Marcos 3,19).

-          Judas, hijo de Santiago, también del grupo de los Doce (Lucas 6,16; Hechos 1,13 y Juan 14,11). Sería el mismo Tadeo que aparece en el Evangelio de Marcos (3,18).

-          Judas, hermano de Santiago, que aparece en la lista de los hermanos de Jesús (Marcos 6,3 y Mateo 13,35).

                El ‘Judas’ de nuestra carta, es el 3º de esta lista, uno de los ‘hermanos del Señor’. Ya sabemos que ‘Santiago, el hermano del Señor’ (Gálatas 1,19), fue líder de la Comunidad de Jerusalén hasta su muerte, alrededor del año 62. El autor de la carta se presenta como ‘siervo de Jesús y hermano de Santiago’. Él sería entonces el sustituto de Santiago en la coordinación de la Comunidad de Jerusalén, o al menos el heredero de la autoridad de Santiago. Los historiadores nos cuentan que la Comunidad de Jerusalén, que se autodenominaba ‘de los pobres’, fue conducido por gente del grupo de Jesús de Nazaret hasta la destrucción final de Jerusalén con la dispersión de sus habitantes después de la revuelta de Bar Kokeba en el año 135.

                Por lo tanto, el mensaje de esta carta proviene de este Judas, una autoridad de la Comunidad judeo-cristiana de Jerusalén. No podemos afirmar que él sea el autor del mensaje. Es escrito en griego bastante bueno, que presenta un vocabulario de palabras raras. Los asuntos que trata, nos remiten a una época más reciente que la actividad de Santiago-Judas. Es probable que los verdaderos autores, cuando escribieron este mensaje, hayan recurrido a la autoridad de Judas para divulgar y fundamentar sus ideas.

 

B. DIVISIÓN DE LA CARTA

El mensaje de la carta tiene una estructura muy simple. Como tiene solamente un capítulo, las indicaciones que siguen se refieren a los versículos.

-          Destinatario de la carta (1-2).

-          Objetivo: Hay gente peligrosa dentro de la Comunidad que debe ser combatida (3-4).

-          Argumentos que presenta el autor:

                1. Los 3 castigos del Antiguo Testamento (5-7).

                2. Quienes ponen en riesgo la Comunidad merecen ser castigados (8-16).

                3. Exhortación a la Comunidad (17-23).

-        Glorificación final.

 

C. CLAVES DE LECTURA

 

  1. La vida comunitaria: División y unidad

        Muchos escritos del Nuevo Testamento, especialmente los Hechos de los Apóstoles, idealizan la vida comunitaria. La carta de Judas demuestra que no es un cielo en la tierra. Cualquier Comunidad es un espejo de las debilidades de todas las personas que participan de ella. En una Comunidad siempre hay divisiones causadas por las disputas por los cargos y los puestos de poder, por la conducción y las ambiciones, por el egoísmo y las opiniones, por las limitaciones también… En toda Comunidad, ayer como hoy, se tiene que luchar continuamente por alcanzar la perfección pedida por Jesús a los suyos (Mateo 5,48): ‘Sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en los cielos’.

        La carta de Judas muestra que algunos son capaces de dividir la Comunidad, pensando más en sí y en sus ideas que en el bien común y en la participación de los dones de todos. Ciertos comportamientos dividen, enflaquecen y hasta acaban con la Comunidad. Tenemos que admitir las debilidades de la Comunidad para vivir mejor el testimonio personal y colectivo.

 

  1. Releyendo la Escritura

        La carta de Judas hace un paralelo entre la situación de las Comunidades y la marcha del Pueblo de Dios presente en el Antiguo Testamento, ‘después que el Señor liberó a su Pueblo de la tierra de Egipto’ (5). Así como Dios intervino en la marcha del pueblo castigando a los culpables por divisiones, del mismo modo va a intervenir en la comunidad castigando a los responsables de las discordias (8).

        Para los que causan división, la carta recuerda que están recorriendo el camino de Caín, participan de los disparates de Balaán y crean resulta como la de Coré en el libro de los Números. Para ellos vendrán castigos. La carta apunta a 3 castigos de Dios para los que buscan dividir:

-          Serán destruidos como los incrédulos que niegan la presencia de Dios en el éxodo,

-          Serán como los ángeles caídos,

-          Tendrán el mismo destino que Sodoma y Gomorra (7).

Esta relectura demuestra que la Comunidad tenía conciencia de ser los herederos de la misma marcha del pueblo del Antiguo Testamento. La marcha del éxodo continúa en la marcha de la vida en la Comunidad de los seguidores de Jesús.

 

  1. Asumir la religiosidad popular

        Llama la atención en la carta de Judas el uso libre de otros libros piadosos que no constan en la lista de los libros del Antiguo Testamento. Cita asuntos y pasajes de estos libros que hoy son llamados ‘apócrifos’: Libro de Henoc (6,12-16), la Asunción de Moisés (9) y el Testamento de los 12 Patriarcas (6-7). Todos son libros apocalípticos.

        La presencia de estas citas muestra que estamos dentro de una comunidad de Judíos seguidores de Jesús de Nazaret. Estos libros eran muy apreciados en las Comunidades. Aunque no hayan entrado en el Canon bíblico, eran muy populares y leídos y meditados en las reuniones y celebraciones de las Comunidades. El autor de la carta de Judas, con mucha libertad, usa estos libros en su mensaje, lo que muestra que eran usados también por sus destinatarios. Vale la pena hacer notar que las informaciones contenidas en estos libros apócrifos poseen la misma autoridad que las otras imágenes sacadas del Antiguo Testamento. Corren paralelas la contribución bíblica y la piedad popular apocalíptica, en una amplia mezcla de creencias y doctrinas.

 

  1. Fe, amor y esperanza

        El mensaje de la carta revela una fe trinitaria. Muestra que el camino que ayude a la Comunidad a superar a sus desafíos hacia la unidad, está en la vivencia de la fe, el amor y la esperanza (20-21). Pide que todos se guarden en el ‘amor de Dios’. Esto se hace por medio de la edificación en la fe, de la oración en el Espíritu Santo, poniendo la esperanza en la misericordia del Señor Jesucristo.

        De este modo, la carta muestra también que ya al final del siglo 1º las Comunidades habían desarrollado una doctrina trinitaria. Las virtudes ‘fe, amor y esperanza’ corresponden a la revelación de que Dios es ‘Padre-Hijo-Espíritu Santo.

 

 

Tema  3 :  PERSEVERAR  EN  EL  AMOR  DE  DIOS

 

‘Permanezcan en el amor de Dios. Pongan su expectativa en nuestros Señor Jesucristo’ (Judas 21).

 

Mensaje: Frente a las discusiones y divisiones que siempre surgen en nuestras comunidades, la breve carta de Judas nos da pistas para enfrentarlas y superarlas positivamente.

 

                En nuestra vida concreta, en nuestras acciones cotidianas siempre hay distancia entre la intención y la realización. Es muy difícil transformar en gestos concretos lo que la boca pronuncia. Era una angustia que atormentaba al mismo Pablo. Como él, muchas veces dejamos de hacer el bien que queremos y hacemos el mal que no queremos (Cf. Romanos 7,19-20). Esto mismo se refleja también en nuestras comunidades: Muchas palabras y poca acción; pequeñas discusiones y grandes conflictos…

                La carta de Judas nos alerta ante estas mismas constataciones porque era el caso de la comunidad cristiana a la que escribía: ¡Cuidado, hay comportamientos que causan divisiones! El problema que enfrenta la comunidad de Judas es la división entre sus miembros. El autor llama a los adversarios con varios calificativos muy duros (11-12): Son un grupo de participantes en la vida comunitaria que se portan como adversarios a la comunidad. Continúa el autor diciendo que las divisiones terminan reflejándose en las celebraciones que ya no son fraternas (12). Como alternativa, Judas termina su carta con la presentación de las 3 personas de la Trinidad.

 

Bienvenida. Canto. Poner los símbolos frente a todos. Acogida y motivación. Breve oración al Espíritu Santo.

Nuestra realidad: Las divisiones y sus causas

1.       ¿Qué clase de divisiones surgen en nuestra comunidad?

2.       ¿Dónde encontramos el origen de estas divisiones?

Palabra de Dios. Toda la carta de Judas: ‘Construyan su vida sobre la fe’.

3.       Según esta breve carta, ¿cuáles son los causantes de las divisiones en la comunidad y por qué motivos?

  1. ¿Qué orientaciones da el autor para superar las divisiones?

Hoy nosotros: Enfrentar siempre las divisiones para superarlas pronto.

  1. ¿En qué nos ayuda esta carta para una mejor unión en nuestra comunidad?
  2. ¿Con quién de nuestra comunidad podemos pedir perdón o hacer las paces?

Oraciones comunitarias. Rezar a partir del símbolo. Salmo 15. Canto. Bendición final.

 

Preparación del próximo encuentro

-          Traer un símbolo acorde al tema de la próxima reunión.

-          Leer la presentación de la 2ª carta de Pedro.

-          Leer en esta 2ª carta 3,1-18, también Isaías 65,17-25 y el comentario correspondiente.

 

 

Comentario 3: LOS LIBROS APÓCRIFOS

 

                La cara de Judas hace referencia a varios libros usados en las comunidades, que no están en la Biblia. Nos habla de los libros de Enoc, del Testamento de los 12 Patriarcas y de la Asunción de Moisés, que llamamos ahora ‘apócrifos’. Profundicemos sobre aquello.

 

A. QUÉ ES ‘APÓCRIFO’

                Tenemos que pensar que todo lo que el Pueblo de Dios leía y escribía, se encontrará reportado en lo que llamamos el Antiguo Testamento. De la misma manera, debemos pensar de todo lo que las distintas comunidades cristianas primitivas dejaron por escrito está presentado en los 27 libritos del Nuevo Testamento. A lo largo del tiempo, las diferentes Iglesias elaboraron una lista (Canon) de libros que consideraban ‘sagrados’ o sea importante para la clarificación de la fe y de la organización de las comunidades. El resultado es la Biblia. A lado de ella, existen libros escritos en esas épocas y que no pertenecen a ella. Estos libros, interesantes en ciertos aspectos, no son considerados como ‘inspirados’ o sea ‘normativos’ para la vida y organización de la Iglesia. Son llamados ‘apócrifos’.

                La palabra ‘apócrifo’, de origen griega, significa ‘oculto’, es decir que no se lee públicamente en todas las comunidades. Su uso es restringido, particular; están ‘al lado’ de los libros considerados como ‘normativos’ para toda la Iglesia. Eran usados como lectura individual de los fieles o lectura pública de ciertas comunidades. Su existencia testifica del gran pluralismo que se vivía en las primeras comunidades cristianas. Posteriormente llegaron a ser prohibidos por las autoridades eclesiales porque podían confundir a los fieles. A veces, la palabra ‘apócrifo’ tiene una connotación de ‘secretismo o herejía’, pero esa no fue lo que originalmente significaba.

 

B. LOS LIBROS APÓCRIFOS

                Vamos a enumerar unos libros apócrifos y presentar brevemente su contenido, ordenándolos de 2 maneras: Los del Antiguo Testamento y los del Nuevo Testamento.

 

  1. Los ‘apócrifos’ del Antiguo Testamento

        Nos relatan las diferentes doctrinas judías de los últimos siglos antes de Cristo. Casi todos pertenecen a la literatura apocalíptica. Estos libros surgieron a raíz del prolongado conflicto entre la religión judía y la cultura helenista (griega), es decir a partir de la imposición de una política helenizante del general griego Antíoco 4º (176-165 aC.). La Biblia guarda de esta época el libro de Daniel. Pero encontramos estos otros libros:

-          El libro de los Jubileos (por 150 aC.). Era llamado también ‘Pequeño Génesis’ o ‘Apocalipsis de Moisés’. Presenta la historia del Pueblo del Antiguo Testamento desde la creación hasta el éxodo de Egipto, dividiéndola en etapas de 49 años, sabiendo que los ‘jubileos’ se celebran cada 50 años.

-          El 3º libro de Esdras (por 100 aC.). Es una colección de textos bíblicos tomados de los libros bíblicos. Cuentan la historia del templo de Jerusalén desde la época del rey Josías hasta el sacerdote Esdras.

-          Los Salmos de Salomón (por 70 aC.). Reúne 18 cánticos que describen los atributos del Mesías. El libro retrata la piedad diaria de un fariseo.

Otros apócrifos son el Tercer libro de los Macabeos (por 20 aC.) que narra la salvación milagrosa de la comunidad judía de Alejandría, la Asunción de Isaías (principio de la era cristiana) y el Testamento de los 12 Patriarcas. Los 70 sabios judíos que, en Egipto, hicieron la traducción al griego de los libros del Antiguo Testamento, - llamada ‘de los Setenta’, incluyeron algunos de estos apócrifos. Los libros citados por la carta de Judas hacen referencia a estos libros.

        Los apócrifos del Antiguo Testamento son importantes para conocer la mentalidad, la doctrina y la sociedad de aquella época que los bíblicos llaman ‘Intertestamento’ o sea entre los 2 Testamentos. Este período se extiende desde que apareció el último libro del Antiguo Testamento, que se piensa ser la Sabiduría (por 50 aC.), hasta el surgimiento del Nuevo Testamento con la 1ª carta a los Tesalonicenses (por 55 dC.). Por estos escritos, podemos conocer las varias doctrinas con sus grupos religiosos, que transitaban en el judaísmo de la época que envuelve el tiempo de la vida de Jesús. Los escritos - recién descubiertos a mediados del siglo 20 - de los Esenios, comunidades estables retiradas en el desierto al este de Jordán, nos dan muchas informaciones al propósito.

 

  1. Los apócrifos del Nuevo Testamento

        Su número es mucho mayor a los anteriores. Las comunidades cristianas dispersa por todo el imperio romano, en una época en que los viajes eran largos, costosos y peligrosos, sintieron la necesidad de escribir su fe, su organización, sus recuerdos. Dejaron muchos escritos de sus diferentes maneras de vivir las enseñanzas de Jesús y de su búsqueda de identidad cristiana. Muchos se han perdido y otros no fueron reconocido como ‘normativos’ para todas las Iglesias. Así, tenemos un gran número de Evangelios, Hechos de algún Apóstol, Cartas y Apocalipsis, que no podemos enumerar aquí. Recordemos sólo algunos.

-          De la Iglesia judeo-cristiana de Jerusalén. Sabemos que esta Iglesia de Palestina era dirigida por el apóstol Santiago. No dejó el Evangelio de los Hebreos y el Evangelio de los Ebonitas. En estos evangelios, se nos dice que Jesús apareció primero a Santiago… Son del final de 1º siglo, contemporáneos de los escritos del Nuevo Testamento. Posteriormente se mezclaron con doctrinas gnósticas.

-          El Evangelio de Tomás. Es bastante conocido y estudiado, porque consta de una colección de sentencias o frases presentadas como de Jesús. Este evangelio, de una iglesia gnóstica, fue redactado por el año 150 dC.

-          El evangelio de la Cruz. Sería uno de los más antiguos testimonios de la pasión de Jesús, escrito entre los años 45 y 50 aC.

 

C. APÓCRIFOS E HISTORIA REAL

                Las autoridades eclesiales siempre vieron a los apócrifos con desconfianza, por las posibles desviaciones doctrinales que podían provocar. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, fueron preservados hasta hoy. No se puede negar el valor que representan.

                Los apócrifos se originan por las diversas corrientes que coexistían en las Iglesias primitivas. Son importantes testimonios de la diversidad teológica del cristianismo naciente, fruto de la diversidad existentes en las primeras comunidades. Son también importantes porque permitan aclarar puntos polémicos en la historia de la fijación de los dogmas, de la teología y de la organización eclesial. Con el pasar del tiempo, estas corrientes tomaron caminos propios que no compaginaron con el pensar general de las Iglesias, pero el origen de todas estas corrientes son las palabras y los hechos de Jesús de Nazaret.

                Hay que notar también que los apócrifos están muy presentes en las manifestaciones artísticas, en detalles litúrgicos y en las historias de la piedad popular de la tradición cristiana. Nos dan la posibilidad de sumergirnos en el mundo simbólico e imaginario de las pequeños comunidades, sentir sus miedos, conocer su manera de inventar caminos… No todo en los apócrifos es histórico, a pesar de recordar hechos históricos: Igual hizo la familia franciscana al recordar las ‘Fioretti’ de San Francisco de Asís, que nos cuentan variedades de historias sobre su santo. Al leer los apócrifos, no perdamos de vista que estamos en un mundo simbólico y que los símbolos y las referencias de ayer no son las nuestras hoy.

                Por ejemplo, con estos apócrifos sabemos los nombres de muchas personas del tiempo de Jesús: los padres de María son Ana y Joaquín, unos 3 magos eran Gaspar, Melchor y Baltasar, el soldado que traspasó a Jesús fue Petronio, los ladrones crucificados con Jesús fueron Dimas y Gesto, la mujer de Pilato era Sabina, quien limpió el rostro de Jesús era Verónica… No debemos temer a este tipo de escritos, a pesar de que ciertas películas quieren hacer pasar por histórico lo que no lo es. Lo importante es saber discernir lo que más no sirve para entender y seguir a Jesús en la construcción de su Reino.

 

 

 SEGUNDA  CARTA  DE  PEDRO.

 

 

                De todos los libros del Nuevo Testamento, ningún otro tuvo tanta dificultad para ser aceptado en la listas de los libros inspirados como la 2ª carta de Pedro. La razón estaba en las diferencias de lenguaje y el vocabulario entre las 2 cartas, que de hecho es bastante grande. Las 2 cartas no podían haber salido de la misma mano. Sin embargo, si comparamos la 2ª de Pedro con la de Judas, vemos que son muy semejantes. Los estudiosos concluyen que la 2ª de Pedro es la carta de Judas ampliada y censurada.

 

A. AUTOR Y DESTINATARIOS

                El autor de la carta se presenta como Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, testigo ocular de la transfiguración de Jesús (1,16-18). Esta persona que da testimonio de Jesús dice anciano y presbítero. Está llegando al final de sus vida y quiere legar a la Comunidad exhortaciones y recomendaciones sobre el tiempo que está por llegar (1,13-15).

                Según esto, quedaría claro para todos que, de hecho, el autor es Pedro, el apóstol. En 3,1, dice que es la 2ª vez que escribe una carta, por eso muchos se refieren a la 1ª de Pedro. Pero hoy, no podemos considerar este criterio como válido. Jerónimo, cuando estaba traduciendo esta carta al latín encontró dificultades. Dice que el estilo literario de una es muy diferente al de la otra. Nada tienen en común.

                El estilo literario de la 2ª carta es el del Testamento de los 12 Patriarca. Este estilo aparece muchas veces en el Antiguo Testamento, como para Moisés en el Deuteronomio y Josué en Jueces 24. Igual que Jacob (Génesis 48-49) llama a sus hijos para las despedidas, vemos aquí a un anciano que se identifica con el apóstol Pedro, convocando a sus amigos y compañeros para las palabras de despedida. La carta tiene el estilo llamado ‘de despedida’. En esa época, el ‘Testamento de los 12 Patriarcas’ era leído y meditado en las Comunidades. Encontramos trozos de este estilo en el discurso de despedida de Pablo a los ancianos de Éfeso (Hechos 20,17-38), en la 2ª carta a Timoteo y en el mismo discurso de despedida de Jesús (Juan 13-17).

                Este anciano era preocupado con la vida de la Comunidad. En el momento en que escribe, la Comunidad sufre por divisiones internas. No sabemos a qué Comunidad tiene en mente, pero se dirige a compañeros y compañeras de marcha que comparten su misma fe, lo que hace válida la carta para innumerables iglesias. Como la Iglesia de Alejandría de Egipto la que siempre defendió este escrito, se piensa que la carta se originó allí y para ellos.

 

B. DIVISIÓN DE LA CARTA

Esta carta tiene un esquema muy simple.

  1. Destinatarios y saluda (1,1-2).
  2. Cuerpo de la carta (1,3-3,13).

-          La vocación cristiana (1,3-11).

-          Testimonio de fidelidad a la Palabra (3,12-21).

-          Alerta contra los falsos maestros (2,1-22).

-          Vigilancia porque el ‘Día del Señor’ no tarda (3,1-13).

  1. Exhortaciones finales  (3,14-18).

 

C. CLAVES DE LECTURA

 

  1. Surgen el Magisterio y el Canon

        Una de las maneras que la carta propone para la superación de las divisiones internas en la Comunidad, es el estudio intenso de la Palabra de Dios. La carta dice que todos deben dedicarse con diligencia al conocimiento de la Palabra, principalmente de la Palabra de los profetas (1,9) y las cartas de Pablo (3,15).Estas palabras contenidas en la Escritura son como una luz que ilumina el camino de la Comunidad (1,19). Por eso mismo, en esta carta, percibimos una preocupación que podríamos llamar ‘canónica’. Las citas de los libros apócrifos que encontramos en la carta de Judas fueron censurados y no aparece en la 2ª carta de Pedro.

        De la misma manera la carta tiene una preocupación por limitar el concepto de profecía, recordando que ninguna profecía proviene de una iniciativa particular (1,20), y en controlar la interpretación de otros escritos (3,16). . Vemos también que las cartas de Pablo deben ser leídas e interpretadas con mucho cuidado, partiendo de las enseñanzas oficiales. Se nota aquí el comienzo de un ‘magisterio’, es decir una enseñanza oficial que regula la vida de las Comunidades en la práctica de la fe auténtica.

 

  1. Los falsos doctores

        El problema relacionado con los falsos doctores aparece en muchos escritos de esta época. Este tema es tratado en la carta de Judas, en la 2ª carta de Pedro y en las Cartas Pastorales (1 y 2 Timoteo, y Tito). ¿Quiénes son estos falsos doctores que tantos problemas están causando?

        Según parece, la 2ª carta de Pedro considera como ‘falsos’ a todos los que promueven divisiones dentro de la vida comunitaria (2,2-3). Estas divisiones pueden haber sido causadas por interpretaciones divergentes respecto a la venida definitiva de Jesús. Esto ya no indica la gran variedad de doctrina y enseñanzas que existían en las distintas Iglesias que formaban el cristianismo primitivo. Al mismo tiempo muestra que existe un movimiento dirigida hacia la unificación de la doctrina, anulando estas interpretaciones divergentes, considerándolas ‘heréticas’ o equivocadas. Aquí percibimos cómo el movimiento apocalíptico popular está sido combatido por la jerarquía de la época.

 

  1. La ‘Gran disciplina’

        Una manera de combatir a los que promueven las divisiones, es cuestionar comportamientos considerados más libres. La carta acusa a estas personas de que están utilizando a la Comunidad para satisfacer deseos de enriquecimiento y de lucro, demostrando ambiciones por cargos y comportándose licenciosamente.

        Lo que lleva a llamar a alguien ‘falso doctor’ (3,34) es más el tipo de comportamiento que la doctrina. Percibimos aquí que comienza a surgir unas normas para definir el comportamiento de las personas dentro de la Comunidad. Estas normas están también presentes en las Cartas Pastorales.

 

  1. El ‘Día del Señor’

        Hoy muchas personas viven preocupadas por el fin del mundo. Viven en función de algo que nadie puede prever cómo y cuándo sucederá. De cualquier manera el mundo está siempre por acabar. Ciertas fechas son más llamativas, como fue el caso del año 2000. Así sucedía en la Comunidad a la que se enviaba la carta (3,9). La proposición del texto es que cada un siga viviendo su vida (3,11), sin la pretensión de arriesgar una fecha para la fin del mundo, ya que para Dios ‘un día es como mil años, y mil años como un día’ (3,8). La preocupación por el juicio final no puede servir de disculpa para fugarse de la verdadera misión del cristiano: Ser testigo de Cristo. Recordando las enseñanzas apocalípticas respeto al ‘Día de Yahvé’, la carta exhorta a los miembros de la Comunidad a tener paciencia y perseverancia, progresando en la vivencia de la fe. Ante todo, nadie debe esperar espectáculos pirotécnicos al final del mundo, sino que debe procurar el triunfo de la justicia (3,13).

 

 

Tema  4 :  NUEVOS  CIELOS  Y  NUEVA  TIERRA  DONDE  HABITA  LA  JUSTICIA

 

‘Lo que esperamos son nuevos cielos y nueva tierra, donde habitará la justicia’ (2 Pedro 3,13).

 

Mensaje: La tierra nueva y el nuevo cielo se basan en relaciones de justicia, porque una de las base principales del Reino. Este es la liberación de los pobres cuyo empobrecimiento es el fruto de la injusticia.

 

                En nuestro país y en América Latina, desde tiempo esperamos que las cosas cambien. Muchos lo han intentado y lo siguen intentando. También muchos ya vivimos de otra manera para hacer ‘otro mundo, otro continente, otro país posibles’ y real. Nos guían grandes personajes, grandes obispos… Nos guían nuestro pueblo que resiste, espere y busca vivir mejor, en especial los pueblos indígenas. Nos guían también grandes documentos de nuestra Iglesia latinoamericana: Medellín en particular. Pero, los cambios estructurales no llegan o llegan muy lentamente.

                La 2ª carta de Pedro, que fue uno de los últimos escritos del Nuevo Testamento, hace un llamado a la comunidad cristiana para que nos se acomode y permanezca firme en la esperanza de una transformación radical basada en la fe en Jesucristo: Por él y con él habrá ‘cielos nuevos y tierra nueva’ donde la justicia imperará.

                La carta está dirigida a una 2ª generación de cristianos. Son gentes que oyeron y siguieron el testimonio de los apóstoles, y que aún esperan la venida definitiva de Jesús. Al mismo tiempo, dentro de la comunidad hay un grupo que se aleja de esta esperanza: ‘Esta promesa no resultó’. Frente a la comunidad que se encuentra dividida, la carta anima la esperanza de los que siguen el camino de Jesús.

 

Bienvenida. Canto. Se pone a la vista de todos los símbolos traídos. Acogida y motivación. Breve oración al Espíritu Santo.

Nuestra realidad: Cambios pequeños y esperanzadores.

  1. ¿Cuáles son los signos de cambios en nuestro país?
  2. Y entre nosotros, ¿cuáles son los signos de renovación y de cambios?

Palabra de Dios. 2 Pedro 3,1-18: ‘Cielos nuevos y tierra nueva’.

  1. ¿Cómo presenta la carta la venida definitiva de Jesús?
  2. Según la carta, ¿cómo se debe comportar la comunidad mientras pasa el tiempo?

Hoy nosotros: Esperanza y compromiso

  1. ¿De qué manera renueva esta carta nuestra esperanza de una vida y una sociedad mejores?
  2. ¿Cómo nos vamos a ayudar a mantener viva la esperanza y vivos nuestro compromiso con Jesús?

Oraciones comunitarias. Poner el símbolo en medio de nosotros. Salmo 16. Canto de esperanza. Bendición final.

 

Preparación del próximo encuentro

-          Traer un símbolo acorde al tema de la próxima reunión.

-          Leer Apocalipsis 2,1-11, también 3,7-22 y el comentario correspondiente.

 

 

Comentario 4: EL CANON DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA

 

A. LOS ESCRITOS Y ‘LA ESCRITURA’

                En las primeras comunidades cristianas, cuando se hablaba de ‘La Escritura’, se pensaba en lo que llamamos nosotros el Antiguo Testamento. Eso valía para Jesús cuando hablaba de ‘La Escritura’ (Mateo 11,11). La Biblia de Jesús, los apóstoles y los primeros cristianos se reducía al Antiguo Testamento. Lo que llamamos el Nuevo Testamento estaba en ese entonces en la vida y la práctica de las comunidades: Era lo que hacían los pies, las manos y el corazón de las y los seguidores de Jesús.

                ¿Cómo surgió el Nuevo Testamento? Jesús no había dejado ninguna instrucción para que sus discípulos reunieran determinados escritos en una nueva colección que hablará de él y de las enseñanzas que dejó. Más bien las comunidades, poco a poco, fueron seleccionando determinados escritos que circulaban entre ellas y que acabaron reunidos en la colección de libros que llamamos el Nuevo Testamento. Lo importante es que las comunidades consideraran esta nueva colección de escritos tan importante como la de la Antigua Alianza. Así, con el tiempo, algunos escritos de las comunidades se convirtieron en ‘La Escritura’. Analicemos los criterios que se usaron para este proceso.

                La 2ª carta de Pedro, escrita entre los años 100 y 130, ya habla de que, en aquella época, los cristianos debían leer, además del Antiguo Testamento, las cartas escritas por Pablo (3,15-16). Esta información nos confirma que se había reunido las cartas de Pablo y que les leían y comentaban en sus reuniones y celebraciones. Al poco tiempo, las cartas de Pablo fueron consideradas ‘canónicas’… o sea ‘normativas’ para las Iglesias.

 

B. LOS VARIOS Y DIFERENTES ‘CÁNONES’

                La palabra ‘canon’ viene del término ‘caña’, como nuestra caña de azúcar con las divisiones que consta en su tallo. En griego, la palabra ‘canon’ significa ‘medida, norma, lista’. De ahí surgió el término ‘canónico’ que designaba ‘lista oficial, medida legal, norma reconocida’. De esta manera, era ‘canónico’ lo que era reconocido como válido, seguro y normativo.

                Fue la Gran Iglesia -la unión de todas las Iglesias o comunidades- la que, con el tiempo, elaboró una lista de libros reconocidos como orientadores y ‘normativos’ para la vida de los cristianos y de las comunidades. Estos libros podían ser usados en las reuniones, las celebraciones, la catequesis… En verdad, la elaboración de esta lista llevó muchos siglos. Fue un largo proceso de encuentros, sínodos y concilios. La última palabra sobre el ‘Canon’ de las Escrituras católicas fue pronunciada en… 1546 con el Concilio de Trento (Italia): Ahí se publicó la lista oficial de los libros reconocidos como ‘sagrados’ para la Iglesia católica. Originalmente el proceso de reconocimiento de los libros canónicos duró más de 400 años y originó muchas discusiones y muchos conflictos. Algunos libros como la 2ª carta de Pedro y el Apocalipsis tardaron mucho en ser reconocidos como válidos para toda la Iglesia.

                Algunos criterios se establecieron para que un escrito sea aceptado como ‘normativo’ para la Iglesia. Por ejemplo, el libro debía tener como autor a algún apóstol, o tener pasajes claramente identificados con los Evangelios, o no tener afirmaciones contrarias a la fe tradicional. El criterio de autoridad o sea de una declaración oficial – como la del Papa, por ejemplo – no fue usado. Más bien era la ‘autoridad de alguna comunidad’ que se reconocía en las afirmaciones de fe de tal o tal escrito. Fue el caso, por ejemplo de la Iglesia de Alejandría, que siempre aceptó la 2ª carta de Pedro (citada como canónica por Orígenes en 254). Para el Apocalipsis, fueron las Iglesias de Atanasio y Agustín que mantuvieron su importancia… Por ejemplo también, la experiencia cristiana que hicieron las comunidades que dieron origen al Evangelio de Mateo es muy diferente de las del Evangelio de Juan. Pero ambas vivían el seguimiento de Jesús de Nazaret. Fue el uso de los escritos que orientó mayoritariamente a las demás Iglesias a adoptarlos, copiarlos y difundirlos, hasta que sean aceptados por todas las Iglesias.

                Tal proceso generó muchos conflictos para llegar a la elaboración de una lista ‘oficial’. La comunicación entre Iglesia demoraba mucho tiempo, hasta años para la ida y la vuelta. Por estas razones, las listas variaban de una Iglesia a la otra. En Roma, por el año 200, había el llamado ‘Canon de Muratori’ que presentaba los libros aceptados en Roma en aquella época. Ese canon no incluye las cartas de Pedro, ni la a los Hebreos, ni tampoco la 2ª de Juan. Pero, curiosamente, incluía al Nuevo Testamento el libro de la Sabiduría y, con restricciones, el Apocalipsis de Pedro y el Pastor de Hermas que consideramos ahora como apócrifos.

 

C. HACIA UN ÚNICO CANON

                El proceso de unificación de la lista oficial de los libros del Nuevo Testamento comenzó gracias a los estudios y escritos de los que llamamos los ‘Padres de la Iglesia’. Fue también la época en el cristianismo se transformó en religión oficial del imperio romano. En ese tiempo se definieron también los ‘dogmas’ o sea las ‘definiciones básicas’ de la fe cristiana. Los criterios invocados para estas afirmaciones de fe eran los escritos de esta Iglesia primitiva. Por eso se necesitaba un acuerdo general sobre los libros aceptados o no. La gran Iglesia de ese entonces contaba con varios centros regionales: Roma para Europa occidental, Alejandría en Egipto (África) y, en el Medio Oriente (Asia), Antioquia en Siria, Constantinopla en Asia Menor, y Jerusalén. Atanasio de Alejandría, santo Padre de la Iglesia, fue uno que más trabajó para la unificación del canon, como también san Jerónimo, por su traducción de las Escrituras al latín. Este canon fue aceptado por las diversas Iglesias a partir del 5º siglo.

                Para las Iglesias de Occidente, una lista oficial fue promulgada en un sínodo de Cartago (en Túnez, África del Norte) en 393, donde constan todos los libros de la actual Biblia católica. Esta lista fue confirmada en 2 concilios celebrados en Italia: El de Florencia (1441) y el de Trento (1546, luego de la Reforma protestante). Hasta en nuestros días, esta lista sigue levantando polémicas. Ya en tiempos de Atanasio y Jerónimo, se dieron grandes polémicas, de tal modo que fue impuesta gracias al consenso momentáneo de algunos obispos de las ‘Iglesias regionales’ más importantes, interesados en un lenguaje y una teología oficiales. Se siguió unos criterios que, ahora, no parecen algo artificiales. Por ejemplo, obedeciendo a la mentalidad apocalíptica, se buscó un conjunto de 28 libros, porque 28 es 7 veces 4, siendo 4 el número del universo y 7 el de la perfección. Las cartas se definieron nuevamente a partir del número 7: las 7 cartas ‘católicas’ (Santiago, Judas, 1ª y 2ª de Pedro, y 1ª, 2ª y 3ª de Juan; las 14 cartas de Pablo (incluyendo la a los Hebreos); el 4º conjunto incluyó el Apocalipsis, los Hechos y los 4 Evangelios… ¡quedando incompleto (7 libros en vez de 8)! Para llegar a 28, podríamos decir que el último libro (el 28º), señal de la perfección, se está escribiendo hoy por las Comunidades de la Iglesia de los Pobres; pues, Dios continúa de revelarse y hablar a través de nosotros.

 

 

Tema  5 :  FUERZA  Y  FLAQUEZA  DE  LAS  COMUNIDADES  PERSEGUIDAS

 

‘Ustedes abandonaron su primer amor. Estoy a la puerta y llamo’ (Apocalipsis 2,4 y 3,20).

 

Mensaje: De la misma manera que el imperio romano golpeaba a las primeras Comunidades, también hoy el imperialismo neoliberal nos golpea duramente. Que esta lectura no ilumina sobre nuestras debilidades y nos fortalezca en nuestro unión y nuestro testimonio.

 

                Al vivir en sectores populares, palpamos la dureza de la vida de muchos compañeros y compañeras nuestras. Es todo un sistema de nos empobrece y nos mantiene en esta pobreza inhumana. Puede ser que a veces nos desanimamos. La reunión de hoy nos va a ayudar a discernir la presencia y los llamados de Dios en esta realidad nuestra.

                Vamos a meditar sobre 4 de las 7 cartas que Juan envía a las Comunidades. Trata de animar y orientar las que son pequeñas y frágiles. Además de perseguidas sufrían el impacto negativo de la ideología dominadora del imperio. Cada carta trae un apoyo, una crítica y una promesa. Todas terminan con la misma advertencia: ‘El que tengo oído, que oiga lo que el Espíritu dice a las Comunidades’. Se trata de una manera ingeniosa y personalizada de transmitir un mensaje. El Apocalipsis no se dirige a un público anónimo, sino que se presenta como una larga carta cariñosa escrita por una persona amiga para sus comunidades sufridas. Las pequeñas cartas de hoy traen el mensaje general de todo el Apocalipsis.

                Por una parte, estas cartitas permiten de conocer los problemas que enfrentaban las Comunidades y cuál era su situación al final del 1º siglo. Por otra parte, llevan la preocupación de ayudarlas a conservar su identidad. La fuente de esta se encuentra en Jesús resucitado y en el pasado del Pueblo de Dios. Veamos.

 

Bienvenida. Canto. Se pone a la vista de todos los símbolos traídos. Acogida y motivación. Breve oración al Espíritu Santo.

Nuestra realidad: Dificultades y fortalezas de nuestra comunidad.

  1. ¿Qué es lo que más nos golpea de la situación de nuestro país?
  2. ¿Dónde encontramos apoyo para mantenernos firmes, esperanzados y activos?

Palabra de Dios. Apocalipsis 2,1-11 y 3,7-22: Positivo y negativo de las Comunidades.

  1. ¿Cuáles son los aspectos negativos y positivos que aparecen en las Comunidades de aquella época?
  2. ¿Cuáles son los consejos de se da a las Comunidades para animarlas?

Hoy nosotros: Evaluarnos para animarnos más.

  1. ¿Cuáles son los consejos de las cartas de Juan que son válidos también para nosotros?
  2. Después de estas reflexiones, ¿qué vamos a mejorar en nuestra comunidad?

Oraciones comunitarias. Poner el símbolo en medio de nosotros. Salmo 133. Canto. Bendición final.

 

Preparación del próximo encuentro

-          Traer un símbolo acorde al tema de la próxima reunión.

-          Leer la presentación del bloque siguiente: La Iglesia que se institucionaliza.

-          Leer Apocalipsis 4,1-5,14, también Ezequiel 37,1-17 y el comentario correspondiente.

 

 

Comentario 5: LLAVE DE LECTURA DE LAS 7 CARTAS A LAS COMUNIDADES

 

A. PRESENTACIÓN ORIGINAL DEL MENSAJE DE LAS CARTAS

                El esquema de las cartas es el mismo para todas. El contexto literario es, por una parte, la visión inaugural del 1º capítulo (1,12-20) y, por otra, las promesas que existen esparcidas por todo el Apocalipsis. En cada carta, Jesús se presenta con un título tomado de la visión original: Así aparece como principio y fuente de las 7 cartas. Además casa carta trae también una de las promesas que aparece en las visiones de los siguientes capítulos. De este modo, las cartas son una muestra de cómo las promesas de la victoria del Reino se están cumpliendo en las Comunidades.

 

  1. El esquema de las cartas

-          ‘El ángel…’. Todas las cartas están dirigidas al ángel de la Comunidad (señalada por su nombre), refiriéndose probablemente al coordinador o la coordinadora.

-          ‘Así dice…. Todas las cartas se presentan como palabra de Jesús (sigue el título de Jesús propio a cada carta).

-          ‘Conozco…’. En todas las cartas Jesús comienza diciendo lo mismo: ‘Conozco…’.

-          Lo positivo. En esta parte se describe las cualidades de la Comunidades. La de Laodicea es la única que no tiene nada positivo (3,15): No es ni fría ni caliente.

-          Lo negativo. Se describe las debilidades y fallas de la Comunidad. Las de Esmirna y Filadelfia no tienen nada negativo (2,10; 3,11). En la de Sardes, lo negativo está antes de lo positivo (3,1).

-          ‘El que tenga oídos…’. El mismo avisa está en todas las cartas, para llamar la atención: ‘El que tenga oídos que oiga lo que es Espíritu dice a las Comunidades’.

-          ‘Al vencedor…’. Todas las cartas terminan con una promesa al vencedor, que es la misma Comunidad fortalecida.

 

  1. Los títulos de Jesús, tomados de la visión inaugural

-          Éfeso (2,1). Es aquel que asegura las 7 estrellas y los candelabros (1,13,16).

-          Esmirna (2,8). Es el Primero y el Último, él que murió y volvió a vivir (1,17-18).

-          Pérgamo (2,12). Es él que tiene la espada afilada de 2 filos (1,16).

-          Tiatira (2,18). Es él que tiene ojos de fuego y pies de bronce (1,14-15).

-          Sardos (3,1). Es él que tiene los 7 espíritus y las 7 estrellas (1,16; 5,6).

-          Filadelfia (3,7). Es él que tiene la llave de David para abrir y cerrar (1,18).

-          Laodicea (3,14). Es el Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación (1,5)

 

  1. Las promesas que ya se realizan en las Comunidades

-          Éfeso (2,7). Promete comer del árbol de la vida del que habla 22,2-14.

-          Esmirna (2,11). Promete la victoria sobre la 2ª muerte de 20,6 y 21,8.

-          Pérgamo (2,17). Promete un nombre nuevo que nadie conoce de 19,12.

-          Tiatira (2,26). Promete cetro de hierro y estrella de la mañana de 12,15 y 22,16.

-          Sardos (3,5). Promete el nombre en el libro de la vida de 6,11 y 20,15.

-          Filadelfia (3,12). Promete tener nombre en la Jerusalén celeste de 22,2.

-          Laodicea (3,21). Promete un lugar en el trono del Padre de 20,4.

 

  1. Breve información sobre cada una de las 7 ciudades

Las 7 ciudades quedan cercana una de otras y formaban parte de la provincia romana de Asia, situada en la parte occidental de la actual Turquía.

-          Éfeso. Era la mayor de las 7 ciudades, con medio millón de habitantes. Tenía un puerto sobre el Mar Egeo y otro sobre el Mar Mediterráneo. Era un centro comercial importante, con vías romanas hacia el Oriente. También era un centro cultural que irradiaba la ideología del imperio en todo el Medio Oriente. Se hacía grandes peregrinaciones en un templo famoso a la diosa Artemis o Diana, una de las 7 maravillas del mundo antiguo. En la época romana, se creó un culto a la diosa Roma. En esa ciudad, Pablo sufrió persecución de parte de los orfebres que fabricaban estatuas de Artemio (Hechos 19,23-40).

-          Esmirna. Era también una ciudad portuaria del Mar Egeo, a unos 50 kilómetros de Éfeso. Había rivalidad entre Éfeso, Esmirna y Pérgamo, pues las 3 pretendían el 1º lugar. Desde el principio del siglo 2 aC. Esmirna tenía un templo a la diosa Roma. En el año 26 dC. se construyó allí un templo dedicado al emperador Tiberio. Por su fidelidad al imperio era llamada, ‘Esmirna la fiel’.

-          Pérgamo. Desde 133 aC. era la capital oficial de la provincia de Asia y la residencia del procónsul romano. Tenía, como las anteriores, un culto a la diosa Artemis y al emperador. En el lugar más alto de la ciudad, había un enorme altar al dios Zeus o Júpiter, la principal divinidad del panteón greco-romano. Por eso, el Apocalipsis habla del ‘trono de Satanás’ (3,13). La ciudad era famosa por la industria del cuero trabajado que servía de ‘pergamino’ para escribir.

-          Tiatira. Ciudad menor, sin mayor importancia administrativa ni militar, de comerciantes y artesanos organizados en asociación o corporaciones: tejedores, olleros, horneros, fundidores, sastres y artesanos del hierro y del bronce. Poseía un centro religioso dedicado al dios Sol, que posteriormente fue absorbido por el culto al emperador romano.

-          Sardos. Ciudad de artesanos, conocida por su industria textil con sus productos de lana y algodón. Cuando se escribió el Apocalipsis, la ciudad vivía de los recuerdos de su pasado glorioso que ya no existía. La historia cuenta que la ciudad fue invadida y destruida 12 veces por falta de vigilancia de sus habitantes.

-          Filadelfia. Era la más nueva de las 7 ciudades. Fue destruida varias veces por terremotos, frecuentes en la región. Era una ciudad romanizada, con templos dedicados a los emperadores Tiberio, Calígula y Vespasiano. Cambió de nombre varias veces, de acuerdo con el emperador de turno. Al final del 1º siglo, retomó su antigua nombre de Filadelfia que significa ‘fraternidad’.

-          Laodicea. Quedaba cerca de Filadelfia. Era una ciudad rica, conocida por sus bancos, su industria de lino y algodón, y su escuela de medicina. Por ser tierra volcánica, poseía fuentes de aguas tibias y medicinales. En el año 60 fue destruida por un terremoto. No aceptó ayuda del gobierno para su reconstrucción, lo que creó en la población un sentimiento de autosuficiencia. Tenía un gran anfiteatro en el que eran famosos las luchas y los juegos.

 

B. INFORMACIONES SOBRE LA SITUACIÓN DE LAS COMUNIDADES

                Leyendo les 7 cartas y recogiendo otros datos del resto del Apocalipsis, es posible descubrir cuál era la situación de las comunidades, cuáles era los problemas por los que estaban pasando y cuáles las esperanza que las animaban. Detengámonos a los mayores problemas

 

  1. Persecución por parte del imperio

        Las persecuciones eran violentas porque se producían prisiones y muchos ya habían sido martirizados. El mismo Juan, en el momento de escribir el Apocalipsis, estaba preso (1,9). Era peligroso y difícil mantenerse firme en la fe. El control de la policía era constante, por lo que nadie podía escapar a su vigilancia (13,16). Quien no apoyaba al régimen, no podía comprar ni vender nada (13,17).

-          La comunidad de Éfeso era perseguida por causa del nombre de Jesús (2,3).

-          En la de Pérgamo, la persecución llegó a provocar la muerte de Antipas (2,13), su coordinador.

-          La de Filadelfia, a pesar de ser débil, no renegó de la fe (3,8).

 

  1. Infiltración del paganismo del imperio

        En las comunidades, la convivencia con los no cristianos era permanente: en la casa, la calle, el comercio, los viajes… En las carnicerías, se vendía carne ofrecida a los ídolos. No se podía comer esa carne (1 Corintios 8-10), ya que había un decreto del Concilio de Jerusalén al respeto (Hechos 15,29). Muchos pensaban que era igual para los demás alimentos ofrecidos en los templos paganos, como los huevos, las gallinas… Ese problema era particularmente agudo en la comunidad de Pérgamo (2,14) y Tiátira (2,20). Además la ideología de imperio ejercía una gran atracción. El emperador era presentado como un resucitado, como si fuese un nuevo Jesús (13,3,12,14). Toda la tierra conocida lo adoraba como un dios y lo apoyaba sin grande resistencia. Pues, la propaganda y la represión eran enormes y su ideología se infiltraba en las comunidades. Existía en las comunidades lo que el Apocalipsis llama ‘prostitución’, en el sentido de que algunos se entregaban al culto oficial y obligatorio al emperador: se ‘prostituían’.

 

  1. Liderazgos y doctrinas variadas

        Al final del 1º siglo, el imperio era invadido por filosofías y religiones de toda clase, cuyas ideas repercutían en las comunidades. Esta variedad de doctrinas y liderazgos, junto con la intensa propaganda del imperio, producía confusión entre los cristianos y luchas por el control de las comunidades. No era tan fácil discernir lo que convenía o no. Así, en la comunidad de Éfeso, algunos líderes fueron descalificados como ‘apóstoles’ (2,2). En la comunidad de Tiátira, había una profetiza llamada Jezabel, de la que se dice que seducía a las personas para llevarlas a adherir al imperio (2,20) e introducirlas en los ‘secretos de Satanás’ (2,24). En las comunidades de Pérgamo y Éfeso, estaba presente la doctrina de los ‘Nocolaítas’ y de ‘Balaán’… Para enfrentar esta situación, aparece la organización institucional de las Iglesias tal como lo manifiestan las Cartas Pastorales.

 

  1. Situación social, política y económica

        La mayoría de las comunidades nacieron en la periferia del imperio y eran pobres, como, por ejemplo la de Corinto (1 Corintios 1,26). La comunidad de Filadelfia era débil, pero se mantenía (3,8); en la de Esmirna, la pobreza era indigencia (2,9): pero, a pesar de su pobreza, Juan no le imputa mayores defectos. Al poco tiempo, en las comunidades fueron entrando personas de clase media y esto provocó fuertes conflictos (Santiago 2,1-9; 1 Corintios 11,18-21). La comunidad de Laodicea se acomodaba en la riqueza: No era no fría ni caliente (3,15-17). La comunidad de Pérgamo sufría porque la ciudad poseía ‘el trono de Satanás (2,13).

 

  1. Conflictos con el judaísmo

        En la mayoría de los casos, los conflictos surgían por las críticas y denuncias de los judíos presentes, junto a los cristianos, en las distintas ciudades. Todos pretendían ser los herederos legítimos del Pueblo de Dios del Antiguo Testamento. Así, la comunidad de Esmirna sufría blasfemia de ‘los que se decían judíos y no lo eran’ (2,9). La comunidad de Filadelfia era perseguida por judíos fariseos, que terminaron convirtiéndose al cristianismo (3,9). Fue un contexto de enemistad creciente que el Apocalipsis usa la expresión de ‘sinagoga de Satanás’ (2,9; 3,9), que nos parece muy dura si la sacamos del contexto de aquella época. Designaba al grupo adversario y conflictivo que seguía la tradición judaica del Antiguo Testamento.

 

  1. Cansancio de la marcha

        Al momento del Apocalipsis, ya hacía casi unos 50 años que las comunidades cristianas venían caminando desde su fundación. A pesar del esfuerzo de los apóstoles y de la buena voluntad de sus miembros, las dificultades aumentaban y los avances obtenidos bien podían desvanecerse. El cansancio se apoderaba de muchos. La comunidad de Éfeso se olvidaba de ‘su primer amor’ (2,4); la de Sardes se estaba muriendo (3,1); la Laodicea se dejaba vencer por la rutina (3,15-16). La persecución y la falta de horizonte para crecer aumentaban el cansancio (6,10).

 

                Frente a estas situaciones dolorosas, el Apocalipsis viene recordar las fuentes de las comunidades, desvelar las riquezas y posibilidades de cada una y ensanchar el camino para continuar firme. Hoy también no puede ayudar si logramos captar su mensaje esperanzador, en medio de las dificultades por las que estamos pasando. He aquí unas muestras:

-          Evaluar la situación de las comunidades cristianas, en lo bueno y lo malo.

-          Enfrentar valientemente la realidad de las comunidades.

-          Alimentarse del Antiguo Testamento.

-          Profundizar la fe en Jesús resucitado.

-          Saborear las imágenes y comparaciones del Apocalipsis.

-          Animarse con la promesa, actualizada, para el vencedor.

-          Imitar el ejemplo de Juan, enviándonos cartas entre comunidades.

 

 

BLOQUE  2 :  LA  IGLESIA  QUE  SE  INSTITUCIONALIZA
Apocalipsis 4-6. Cartas Pastorales: Timoteo y Tito

 

 

PRESENTACIÓN

 

1.       Objetivo

        Percibir cómo el peligro de las persecuciones y la preocupación por la seguridad llevan a algunas Comunidades a cerrarse sobre sí misma y a marginar a grupos y personas con opiniones diferentes a la de la mayoría, mientras otras continúan abiertas a los llamados desde fuera.

 

2.       Contenido

-          El bloque 2 tiene 5 temas con sus comentarios: Dos tratan del Apocalipsis y 3 de la llamadas ‘Cartas Pastorales’: Las 2 Cartas a Timoteo y la Carta a Tito.

-          En vista de la sobrevivencia y de la fidelidad a la misión, las Comunidades perseguidas crean una nueva manera de comunicarse con imágenes y símbolos (tema 6). Otras buscan reforzar las estructuras e, inspirándose en la experiencia secular del Pueblo judío, crean varios ministerios o servicios (7). Otras Comunidades amenazadas por las persecuciones descubren nuevas formas de resistencia (8). Dilaceradas por la diversidad de tendencias y doctrina, otras crean una nueva forma de unidad (9). Para no ser marginadas por la propaganda del imperio romano, otras buscan ayuda en la Escritura para leer de una manera nueva la propia realidad (10).

 

INTRODUCCIÓN

 

                La práctica de la vida, los inevitables conflictos, la persecución, la propia expansión geográfica debida al impulso misionero exigen en cada momento respuestas nuevas al antiguo desafío: Cómo vivir el Reino de Dios en la realidad concreta en que se está testimoniando la fe en Jesús y haciendo lo que él hizo.

                El movimiento que comenzó en Palestina, esencialmente rural, rápidamente se transformó en una red de comunidades urbanas, en las periferias de las grandes ciudades del imperio romano. En el sueño está la osadía de confesar que no hay judío ni griego, libre ni esclavo, varón o mujer: Todos somos uno en Cristo (Cf. Gálatas 3,28).

                Jesús resucitado está vivo y presente en las comunidades que se reúnen en las casas y tienen conciencia de ser Iglesia viva, templo de Dios, morada del Espíritu Santo. La presencia cariñosa y liberadora de Dios toca a las gentes a través de las comunidades cristianas.

                Al poco tiempo, se hace necesaria una cierta organización. Algunos servicios comienzan a institucionalizarse. Se corre el peligro que la ‘cultura del mundo’ se apodere de la Iglesia. Las mujeres son dejadas un poco al margen, y no hay mucha claridad sobre lo que se debe hacer ante un imperio construido sobre la esclavitud, en el que el ‘patriarcalisno’ es incuestionable, y lo nuevo representa la ruptura de la armonía establecida.

                Las comunidades buscan formas posibles de vivir y convivir. Así las Cartas Pastorales la realidad de las comunidades que tratan de organizarse, cambian sus relaciones, se someten a reglas determinadas, establecen un nuevo ejercicio del poder para la cohesión del conjunto, institucionalizan prácticas, aparecen ‘dogmas’ o sea afirmaciones mínimas de fe.

                Las Cartas Pastorales dan un testimonio del proceso de consolidación o ‘institucionalización’ de la Iglesia y son el primer documento del ‘derecho canónico’ (de ‘canon’ que significa norma, ley) ya bastante desarrollado. Es el de un Iglesia que se desarrolla en el mundo que los apóstoles y Pablo no conocieron…

                En este bloque, entramos en un ambiente diferente de los demás textos del Nuevo Testamento: el de una Iglesia preocupada por las desviaciones que nacen en cuanto a la predicación o sea a la ‘doctrina’ y los fundamentos del cristianismo. En la presentación de los temas, lo central está constituido por textos del Apocalipsis: La visión del Trono y del Cordero y la revelación de la historia a través de la apertura de los sellos (6,1-17). Lo demás está constituido por las Cartas Pastorales de una Iglesia que se organiza institucionalmente.

 

 

Tema  6 :  LA  VISIÓN  DEL  TRONO  Y  DEL  CORDERO

 

‘Entre el Trono y los 4 Seres vivos y los Ancianos, vi un Cordero de pie, como inmolado’ (Apocalipsis 5,6).

 

Mensaje: La comunidad perseguida que vive una crisis de fe, es reanimada por la certidumbre de la resurrección de Jesús. La visión del Trono y del Cordero muestra que la victoria de Jesús es fuente de vida y esperanza. Pero todo esto se expresa de una manera simbólica.

 

                Nuestro mundo tiene sus símbolos: los de los poderosos y los populares, símbolos de los partidos políticos y símbolos religiosos, símbolos de status y símbolos universales, liturgias populares con valor simbólico tales como memoria de los muertos, fin de año, fiestas nacionales, Semana santa… En la televisión, la propaganda lo tiene todo mezclado: marcas, dólar, cocacola, religión, autos, jabón, mujer, artistas… También en la Comunidades, hay símbolos propios y liturgias propias: Telas, camisetas, cancines, días…

                En el texto de hoy, aparece algo del mundo simbólico de aquella época. De hecho, el capítulo 4 marca el comienzo del Apocalipsis. Las imágenes del Trono (4) y del Cordero (5) forman el telón de fondo de todo el libro, porque reaparecen regularmente. En la visión del Trono, Dios es presentado como aquel que dirige la historia. En la visión del Cordero, Jesús es presentado como el ejecutor del plan de Dios. Los 2 símbolos, Trono y Cordero, envueltos como están por grandes liturgias, comunican la seguridad de la presencia de Dios en medio de las persecuciones. Evocan el pasado y lo actualizan: la creación, la visión de Isaías (‘Santo, santo…’), el nombre de Yahvé, el objetivo del Éxodo (‘ser un reino de sacerdotes y una nación santa’), el cordero inmolado a la salida de Egipto… Estas imágenes ayudan a interpretar la realidad sufrida de cada día.

 

Bienvenida. Canto. Se pone a la vista de todos los símbolos traídos. Acogida y motivación. Breve oración al Espíritu Santo.

Nuestra realidad: Importancia de los símbolos.

  1. ¿Cuáles son los símbolos que utilizamos en nuestra comunidad?
  2. ¿Por qué son importantes estos símbolos?

Palabra de Dios. Apocalipsis 4,1-5,14: Los 2 símbolos más importantes del Apocalipsis.

  1. En la visión del Trono de Dios, ¿cuál sería el sentido de las imágenes que se utiliza, para las comunidades de aquella época?
  2. En la visión del Cordero, ¿cuál sería también el sentido de las imágenes en referencia a Jesús, para las comunidades?

Hoy nosotros:

  1. ¿Qué ayudas nos proporciona la lectura de hoy en la realidad que vivimos?
  2. ¿Cómo los símbolos que hemos traído son signos de esperanza para nosotros hoy?

Oraciones comunitarias. Poner el símbolo en medio de nosotros. Salmo 12. Canto. Bendición final.

 

Preparación del próximo encuentro

-          Traer un símbolo acorde al tema de la próxima reunión.

-          Leer la presentación de las Cartas Pastorales.

-          Leer la 1ª carta a Timoteo 4,12-6,2, también Hechos 20,5-38 y el comentario correspondiente.

 

 

Comentario 6: SÍMBOLOS E IMÁGENES EN LAS VISIONES DEL APOCALIPSIS

 

A. SÍMBOLOS UTILIZADOS Y VISIONES GRANDIOSAS

                Un ‘símbolo’ es una clave para representar la realidad de una manera imaginativa. Revela una dimensión más profunda que el ojo por sí mismo no ve. Su contrario es ‘diábolo’ (del diablo), palabra griega que significa ‘separar, dividir’. Un símbolo junta 2 elementos distantes y los junta para que se iluminen mutuamente. Por ejemplo, las banderas juntan distintos colores, a sabiendas de que cada color tiene una significación para la provincia y el país que los utiliza. El Apocalipsis asocia la imagen del Cordero con la persona de Jesús: No se piensa únicamente en el animal que se comía en la fiesta de la Pascua (memorial del éxodo), sino sobre todo en Jesús inmolado y resucitado en la fiesta de Pascua.

                La fuerza del símbolo proviene de su capacidad de evocar, de revelar. Depende de la cultura en donde ha nacido. El símbolo del Cordero habla más a un pueblo de campesinos que a un grupo de obreros de una gran ciudad. Lo mismo el símbolo del agua habla de distinta manera a la gente de el desierto que a la de la Amazonía. A veces, el Apocalipsis sugiere el significado del símbolo: Por ejemplo, el incienso como símbolo de la oración de los Santos (5,8)…

                Hay que saber también que los símbolos influyen sobre las personas sin que ellas se den cuanta. La máquina de la propaganda del imperio, romano en tiempos del Apocalipsis y neoliberal ahora, lo sabe muy bien. Hace que sus intereses penetren la mente de los televidentes a través de símbolos culturales, religiosos, comerciales, sexuales… para presentar cosas inútiles y dañinas como buenas y necesarias: la cocacola, Mac’Donald, Bayer… El Apocalipsis enumera una serie de imágenes y símbolos imperiales en los capítulos 13, 17, 18 y 19.

                El símbolo pretende despertar la subjetividad y la creatividad. Vale más por la acción y reacción que provoca que por el contenido que comunica. Por eso, no tiene influencia en aquel que no es de la cultura en que el símbolo se expresa. Un símbolo es una construcción abierta: No fija la imagen sino que la combinación de los elementos multiplica su significado. La descripción de una visión tiene por objetivo no sólo de contar una experiencia, sino también de hacerla realidad en los que la captan. Por ejemplo, la visión inaugural del Apocalipsis es provocar en el lector la experiencia de Jesús resucitado tal como la experimentó Juan.

 

B. ORIGEN DE LOS SÍMBOLOS E IMÁGENES DEL APOCALIPSIS

                No siempre es posible saber exactamente de donde el autor del Apocalipsis sacó los símbolos e imágenes que utiliza. Las principales procedencias son 3:

-          La naturaleza y el universo,

-          La vida y su organización social, política y religiosa, y

-          La historia del Pueblo de Dios transmitida tanto por el Antiguo Testamento como por la tradición oral.

        Algunos símbolos pertenecen a las 3 fuentes al mismo tiempo. Este triple origen manifiesta la grandeza de la fe de los apocalípticos y muestra la maestría con la que utilizan los símbolos por el impacto que creaban y siguen creando todavía hoy. La acción de los símbolos del Apocalipsis lograba neutralizar la propaganda perversa del imperio romano que lo presentaba más majestuoso que el antiguo imperio de Babilonia (Apocalipsis 18,7; Isaías 47,7-8). Y lograba así el culto de innumerables pueblos. Por su impacto en las comunidades pequeñas y frágiles, el Apocalipsis permitió comunicar una nueva y fuerte experiencia de Dios y de Jesús. Les permitió renovar su visión para leer la naturaleza, la vida y la historia. Por una parte, la naturaleza y la vida dejaron de ser el santuario de los falsos dioses de la ideología dominante. Por otra, la historia y la organización social, política y religiosa no fueron el espacio exclusivo del imperio romano. Los opresores del pueblo no lo decidían todo, como querían hacerlo creer: ‘¡No hay más alternativas!’. Al contrario, por detrás de todo, los miembros de las comunidades comenzaron a ver los rasgos del rostro de Dios y la fuerza viva del Resucitado que los ayudaba a construir la historia desde el lado de los vencidos, los marginados, los perseguidos, los martirizados. Dios y Jesús eran, a través de ellos, el Dios de la Vida y el Señor de la Historia. Claro está que, al hacer una lectura contraria a la del imperio, los cristianos eran para él un peligro que había que eliminar. Era una lectura de fe que se traducía en una nueva manera no sólo de creer, sino de vivir y de construir una nueva organización social con miras el Reino.

 

C. LOS ELEMENTOS SIMBÓLICOS MÁS FRECUENTES EN EL APOCALIPSIS

 

  1. Elementos de la naturaleza y del universo

 

a).   Colores

En todos los pueblo, de acuerdo a su cultura, los colores tienen un significado simbólico. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, el negro era el color de la esperanza; para nosotros es el verde. En otros pueblos, el blanco es el color del luto. En el Apocalipsis, los colores tienen también su propio significado

̵            El blanco (2,17) evoca victoria, gloria, alegría, pureza.

̵            El rojo (6,4): Sangre, fuego, guerra, persecución.

̵            El amarillo con verde (6,7): Enfermedad, color del cadáver que se descompone.

̵            El púrpura o escarlata (17,4): Lujo y dignidad real.

̵            El negro (6,5) evoca el hambre.

 

b).   Números

Entre nosotros varios números tienen un significado simbólico: Por ejemplo 13 traería la mala suerte. En el ambiente apocalíptico, los números tienen un significado muy preciso.

-          3: ‘Tres veces’ expresa el superlativo hebreo. ‘Tres veces santo’ por ejemplo significa plenitud (21,13) y santidad (4,8).

-          4 es número cósmico. Los 4 puntos cardinales abarcan toda la tierra (4,6; 7,1; 20,8). Los 4 elementos del universo son el aire, el agua, la tierra y el fuego. El ‘cuadrado’ quiere expresar la totalidad.

-          7 es el compuesto 3 + 4: Indica la plenitud. La mitad, 3 ½ es la fragilidad, lo efímero (11,9). ‘Un tiempo, 2 tiempos y medio tiempo’ son 3 años y medio: Es la duración limitada de las persecuciones.

-          12 es 3 x 4: Significa la perfección (21,12-14).

-          24 es 12 x 2: Los 24 ancianos (4,4) representan la totalidad del Pueblo de Dios porque suma las 12 tribus del Antiguo Testamento y los 12 apóstoles de Jesús.

-          42: En 42 meses (11,2) hay 3 ½ años, o sea 1260 días (12,6) o la mitad de 7 años, es decir un tiempo limitado.

-          144 es 12 x 12 (21,17), señal de la perfección absoluta.

-          666: Es el número de la Bestia (13,18). En hebreo como en griego, cada letra tenía un valor numérico: El número de un nombre era el total del valor numérico de sus letras. 666 es, en hebreo, el nombre del emperador ‘Cesar-Nerón’ y, en griego, de ‘Cesar-Dios’, el primer emperador perseguidor de los cristianos. Es también el número de mayor imperfección: 6 no alcanza 7; es la mitad de 12, y esto multiplicado 3 veces.

-          1000 designa un tiempo largo y cerrado: Reino de 1000 años. De ahí, las combinación con los números anteriores: 7,000 (11,13); 12,0000 (7,5-8); 144,000 (7,4).

 

c).   Elementos de la naturaleza

Entre nosotros, algunos elementos de la naturaleza tienen un sentido simbólico: Tal artista es una estrella’; Juan tiene una salud de ‘hierro’; Juana es una ‘perla’… Lo mismo pasaba en el pueblo del Antiguo Testamento.

-          Sol y luna: Usados como vestido y adorno (12,1), significan que la creación está al servicio del Pueblo de Dios.

-          Estrella (1,16): Ángel o coordinador de la comunidad (1,20).

-          Estrella de la mañana (2,28): Jesús, fuente de esperanza (22,16).

-          Arco iris (10,1): Símbolo de la gracia de Dios. Evoca la alianza con Noé (Génesis 9,12).

-          Mar (13,1): Lugar de donde sale la bestia feroz, símbolo del mal. Evoca el caos primitivo (Génesis 1,1-2).

-          Abismo 9,2): Lugar por debajo de la tierra donde los espíritus malos están presos.

-          Agua de la boca de la serpiente: El vómito (12,15), símbolo del imperio romano.

-          Éufrates (9,14): Región de donde acostumbraban venir las invasiones; aquí los Partos.

-          Cristal (4,6; 21,1): Claridad, esplendor, transparencia, ausencia de mal.

-          Piedras preciosas (21,19-20): Rareza, belleza, valor.

-          Piedra blanca (2,17): Usada en el tribunal por el juez para declarar inocente.

-          Oro (7,9): Riqueza.

-          Hierro (2,27): Cetro de hierro, símbolo del poder.

-          Palma (7,9): Triunfo.

-          Dos olivos (11,4): Personajes importantes que evocan la visión de Zacarías (4,1-14).

 

d).  Mundo animal

La convivencia con animales produce significados simbólicos. Por ejemplo, se dice: ‘No seas loro o lechuza’, ‘Meter el pico en todo’, ‘Tener corazón de vaca’, ‘Llevar una vida de perro’… En el Apocalipsis, los animales o alguna de sus partes tienen significados simbólicos.

-          Dragón (12,3) o antigua serpiente (12,9): Poder del mal, enemigo de Dios y de su pueblo.

-          Bestia feroz que sube desde el abismo (11,7) o del mar (13,1): El emperador Nerón o el imperio romano.

-          Bestia feroz que sale de la tierra (13,11): El falso profeta que propaga el culto al emperador. El dragón, la bestia feroz que sale del mar y la que sale de la tierra son una caricatura de la Trinidad: Son el anti-Dios, el anti-Cristo, el anti-Espíritu.

-          Pantera, león y oso (13,2): Crueldad sin misericordia. Evoca la visión de Daniel (7,4-6).

-          Caballos (6,2-7): Ejército que arrasa. Evoca la visión de Zacarías (1,8-10):

-          Cordero (5,6): Indica a Jesús. Evoca el cordero pascual inmolado a la salida de Egipto (Éxodo 12,1-14).

-          León, toro, hombre águila (4,6-7), los ‘4 seres vivos’ (literalmente, los 4 animales): Indica los 4 seres más fuertes que presiden el gobierno del mundo físico. Indica también los 4 elementos que conforman al ser humano: Instinto (león), sentimientos (león), intelecto (águila) y rostro (hombre). Los 4 juntos forman el ser mitológico de Babilonia, llamado ‘Karibú’ o Querubín: Es la esfinge de Egipto. Evoca las visiones de Isaías (6,2) y sobre todo de Ezequiel (1,10 y 10,14).

-          Águila (12,14): Evoca la protección en el éxodo (19,4 y Deuteronomio 32,11).

-          Langostas (9,3 y 7): Representan los invasores extranjeros, los Partos. Evocan las plagas de Egipto (Éxodo 10,1-20) y la visión de Joel (2,4) que habla de langostas parecidas a caballos.

-          Escorpión (9,3): Perfidia, traición. Evoca el éxodo según la descripción de Sabiduría (16,9).

-          Cobra (9,19): Poder mortífero.

-          Sapo (16,13): Animal impuro (Levítico 11,10-12), símbolo persa de la divinidad de las tinieblas. Evoca la plaga de las ranas (Éxodo 7,26-8,11).

-          Cuernos (5,6): Poder, particularmente el poder del rey.

-          Alas (4,6): Movilidad, velocidad en ejecutar la voluntad de Dios. Evoca Ezequiel 1,6-12).

 

  1. Elementos de la vida y de sus instituciones

 

a).   Cosas de la vida

-          Túnica larga (1,13): Símbolo del sacerdocio (Éxodo 28,4 y Zacarías 3,4). Ropa que evoca la realidad profunda de las personas.

-          Lino puro (15,6): La conducta justa de los cristianos (19,8).

-          Alfa y omega (1,8): Lo primero y lo último, el principio y el fin (21,6 y 22,13).

-          Llave (3,7): Poder.

-          Libro (5,1): El plan de Dios para la historia humana.

-          Sello (5,1): Secreto.

-          Hoz (14,14): Imagen del juicio divino.

-          Trompeta (8,2): Voz sobrehumana que anuncia los acontecimientos de los últimos tiempos.

-          Marca, seña, sello (7,2; 13,16-17): Marca de propiedad y protección.

-          Balanza (6,5): Escasez de comida, costo de vida.

 

b).  Cuerpo y vida humana

-          Cabellos blancos (1,14): Símbolo de eternidad.

-          Ojos brillantes (1,14): Símbolo de ciencia divina universal.

-          Pies de bronce (1,14): Firmeza invencible.

-          Mano derecha (1,16): Símbolo de poder. Evoca la acción de Dios en el éxodo.

-          Mujer (12,1): Pueblo santo de los tiempos mesiánicos. Las comunidades en lucha.

-          Hijo de mujer (12,4): El Mesías y jefe del nuevo Israel. Evoca Génesis 3,15).

-          Prostitución (2,14): La infidelidad de la idolatría.

-          Virgen (14,4): Es quien rechaza la idolatría.

-          Novia, esposa (19,7): Iglesia, Pueblo de Dios.

-          Casamiento del Cordero con la Novia (19,7; 21,2): Establecimiento del Reino.

 

c).  Jerusalén y su templo

-          Candelabro de oro (1,12): El Pueblo de Dios, las Comunidades.

-          Incienso (5,8): Oración de los Santos que sube hasta Dios.

-          Columna (3,12): Firmeza y lugar de honra. Evoca la columna del Templo (1 Reyes 7,15-22).

-          Templo (3,12): Corazón de Jerusalén, ciudad santa. Representa al Pueblo de Dios.

-          Monte Sión (14,1): Lugar del Templo, trono de Dios.

-          Nueva Jerusalén (3,12; 21,2): El Pueblo de Dios finalmente reconciliado.

 

d).  El imperio romano

-          Trono (1,4): Majestad, dominio. Evoca el juicio divino anunciado por Daniel (7,9-14).

-          Espada afilada (1,16): Palabra de Dios que juzga y castiga. Evoca la imagen de Isaías (49,2) y del libro de la Sabiduría (18,15).

-          Arco (6,2): Arma característica de los Partos, símbolo del terror.

-          Cinto de oro (1,13): Símbolo de realeza.

-          Corona (4,4): Poder del rey.

-          Rey de reyes, Señor de señores (19,16 y 1,5): Título del emperador romano dado a Jesús.

 

 

 

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