domingo, 4 de marzo de 2012

Folleto 4: LOS SABIOS ayer y hoy (2ª parte)

S A B I D U R Í A   Y   P O E S Í A   D E L   P U E B L O   D E  D I O S
Lectura  sapiencial  y  poética  de  la historia  (2ª parte)



“La Vida es tu Palabra”: Folleto 5. Nueva Loja 2008. PR.



CONTENIDO

-----------------------------------------------------------1ª parte

Presentación e Introducción general

1.       Los Salmos: Introducción. Guía 1.

2.       Los Proverbios: Introducción. Guías 2 a 4.

3.       Job: Introducción. Guía 5 a 7.

4.       Eclesiastés: Introducción y Guías 8 a 10

5.       Cantar de los Cantares: Introducción y Guías 11 y 13.

--------------------------------------------------------------------------2ª parte

6.       Sirácides: Introducción y Guías 14 a 17.

7.       Sabiduría: Introducción. Guías 18 a 20.

8.       Novelas Populares: Introducción. Guías 21 a 23.

Anexos: 1. Unos 6 temas sobre Génesis 1-8. 2. Los Libros Sapienciales.









TEMA 13: CONFIANZA EN LA PRESENCIA DE DIOS. REZAR LA VIDA Y LA HISTORIA.

Rezar la vida y la historia.



Mensaje: ‘Un Pueblo sin memoria es como un árbol sin raíces’. La Biblia es el gran ejemplo de un árbol frondoso por las muchas raíces que ha sabido conservar y proteger. Es una invitación a conocer nuestro pasado nacional y latinoamericano, tanto en lo religioso como en lo cívico.



Motivación: El primer desafío de América Latina es la miseria: La 3/4ª parte de su población vive en la pobreza y la mitad de esta en la indigencia. La falta de empleo, de atención en la salud y la educación, la corrupción, la migración son algunas de las consecuencias de un sistema impuesto desde los países desarrollados a través del neoliberalismo. En esta situación de angustia y de muerte, ¿cómo rezar por ejemplo: ‘El Señor es mi Pastor’ (Salmo 23), cómo decir que Dios es Padre lleno de amor? Es el gran reto de la evangelización: El anuncio de un Dios de vida y de amor.

En nuestras Iglesias, el salmo 23 es uno de los más conocidos y rezados. Este salmo refleja la vida del Pueblo de Dios: su cultura, sus problemas, sus aspiraciones más profundas. Es un buen ejemplo para saber cómo el Pueblo de Dios hacía sus oraciones. En la raíz de este salmo está la experiencia profunda de la experiencia de Dios y de su presencia amorosa en la historia y la vida cotidiana. Conversemos.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial:

  1. ¿En qué está poniendo su seguridad la gente que nos rodea?
  2. Y nosotros, ¿en qué ponemos nuestra seguridad?

Palabra de Dios. Salmo 23: ‘El Señor es mi Pastor’

  1. ¿Cuáles son las 2 imágenes principales utilizadas en este salmo?
  2. ¿Qué problemas concretos se expresan en este salmo?
  3. Digamos también las aspiraciones expresadas en este salmo.

Hoy nosotros:

  1. ¿Cuáles de los problemas evocados en este salmo siguen hoy de actualidad?
  2. ¿De qué maneras nos ayuda este salmo a enfrentar las dificultades?
  3. ¿Qué mensajes y compromisos nos deja la reflexión de ahora?

Oraciones comunitarias. Rezar cantando el salmo 23. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro reflexionaremos sobre el Sirácides. Además de la introducción al libro, les invitamos a leer los capítulos 6,5-17 y 12,8-18.





Comentario 13: CONSERVAR LA MEMORIA REZANDO LA HISTORIA



  1. El Salmo 23: ‘El Señor es mi Pastor’

        El Salmo 23 es un ejemplo de cómo el Pueblo de Dios rezaba su historia y su vida cotidiana. Desde el punto de vista literario, este salmo es una obra de arte. Está elaborado a partir de 2 imágenes sacadas de la vida cotidiana pero que evocan la travesía del desierto durante 40 años. Recuerda a Yahvé como su Pastor que condujo al Pueblo a su redil, la Tierra Prometida.



a).   El Pastor (v. 1-4). La imagen del Pastor evoca la preocupación por las ovejas: Las guía, alimenta, protege y defiende. Hace referencia a las hermosas descripciones del profeta Isaías que describe el nuevo éxodo a emprender desde el exilio de Babilonia (49,10). Yahvé es el Pastor que conduce a su Pueblo a las fuentes del agua viva y que lo ayuda a atravesar valles oscuros (50.10). Las mismas imágenes se encuentran en el profeta Ezequiel cuando critica a los malos pastores del Pueblo y anuncia la esperanza del Mesías-Pastor.

b).   La hospitalidad (v. 5). La imagen de la hospitalidad transmite seguridad. La costumbre del Pueblo de Dios era que, en el momento de recibir a alguien en casa, aunque sea extraño, el dueño de casa lo trataba como si fuera de la familia. Se habla también de la ‘tienda de Dios’ en los campamentos del desierto, queriendo manifestar que Dios habita con su Pueblo, camina con él y, al mismo tiempo, lo recibe en esta tienda dándole seguridad.

En la conclusión (v. 6), el salmo reúne las 2 imágenes en una sola:

-          ‘Tu amor y tu bondad me acompañan’; es la imagen del pastor, y

-          ‘Habitará en la casa del Señor por días sin términos’; es la imagen de la hospitalidad.

El Salmo sugiere que Yahvé conduce a su Pueblo hacia su casa para protegerlo de todos sus enemigos. Se refiere a Templo como tienda, recordando por lo mismo su doble función: Ser casa de Dios y del Pueblo a la vez.



  1. Rezar la vida y la historia

        ‘Yo leo todos los días la Biblia. Hay días en que se vuelve contra mí, y otros en que denuncia los pecados de la religión y de la sociedad’. Esta reflexión nos invita a ver cómo todo está unido: La Biblia, la vida personal, la religión, la sociedad se entremezclan. Así debe ser también en la oración: Unirlo todo bajo la mirada de Dios.

Rezar la vida es el gran desafío de los cristianos a conocer y encontrar a su Dios. No se pueden separar las cosas. Se entiende que aquel que poco o nada participa en la vida social y religiosa, en su oración poco o nada aparecerá la vida y la historia. Al contrario de aquel que participa de todo: Su vida es parte de la Comunidad y de la sociedad; cuando reza, pide sencillamente por las 2 realidades. Así sucedió en los Salmos: Vida e historia son una misma y sola cosa.

En la medida en que el Pueblo de Dios caminaba unido entre sí y con Dios, surgía en él el deseo de celebrar su vida y su historia. Entonces transformaba las fiestas antiguas y creaba nuevas fiestas para celebrar los acontecimientos más importantes del pasado y del presente. El Pueblo admirado y agradecido cantaba las maravillas de Yahvé: Así aprendió a rezar su vida y su historia.

La Biblia nos comunica el ejemplo de varias mujeres quienes fueron las que, espontáneamente, cantaban y celebraban a Yahvé en unos acontecimientos particularmente importantes para la vida de todo el Pueblo.



-          Así hizo Miriam, la hermana de Moisés con las demás mujeres, luego de la travesía del mar Rojo al salir de Egipto: ‘¡Cantemos a Yahvé que se hizo famoso!’ (Éxodo 15,21).

-          Lo mismo Débora después de la victoria sobre el rey enemigo Sísara (Jueces 5,2-31).

-          Igualmente Judit después de la victoria sobre el ejército del general Holofernes (16,1-17).

-          También Ana, la madre del profeta Samuel (1 Samuel 2,1-10).

-          En el Nuevo Testamento, tenemos el canto de María, la madre de Jesús (Lucas 1,46.55).

Así, los cantos y celebraciones animaban al Pueblo de Dios en sus caminatas y sus luchas, y le hacía sentir que Dios era su compañero fiel y permanente.



  1. Los motivos por los que el pueblo celebraba las hazañas de Yahvé

        Con los Salmos, el Pueblo volvía a sus fuentes, a su origen y bebía de su agua. Los motivos de esto son varios:



-      Para alabar a Yahvé, como en el salmo 105: El salmista recorre la historia y recuerda motivos para agradecer a Dios. Agradece por los dones recibidos de él.

-      Para manifestar su arrepentimiento, como en el salmo 106. En este caso, el salmista recorre la historia y encuentra motivos para seguir creyendo en el perdón de Dios, que es mayor que sus pecados.

-      Para animarse, como en el salmo 107. En la misma historia, el salmista encuentra argumentos para renovar su ánimo y superar la fatiga y el desencanto. Pues, la historia enseña que, cada vez que el Pueblo grita hacia Dios, él lo escucha.

El motivo más frecuente para rezar la historia era el agradecimiento; por eso el refrán retomado en coro: ‘¡Eterno es su amor!’ (Salmos 118,2 y 136). El recuerdo del pasado impide que se pierda la memoria y la identidad (44; 77; 78). La vuelta a los orígenes era una vuelta al ideal, al proyecto primero, a la vocación original que permitía al Pueblo descubrir cómo vivir más conforme a la voluntad de Dios.

                Rezando la vida y la historia, el pueblo se sentía heredero del proyecto de Dios y sacaba valor para, nuevamente, llevarlo adelante: ‘Nuestros antepasados nos contaron’ (78,3). El Pueblo experimentaba la misma presencia amiga de Yahvé, la cual, en el pasado había sido su mayor alegría: ‘Me llenarás de gozo en tu presencia’ (16,11). Recordaban la verdad de lo que habían prometido los profetas: ‘Sabrán que yo soy el Señor’ (Ezequiel 28,24). Eso era el mayor anhelo que quería experimentar el Pueblo: Que Yahvé sea el Señor. Es lo mismo que buscamos nosotros cuando decimos en nuestras celebraciones: ‘El Señor este con ustedes’.



  1. Los acontecimientos más recordados del pasado

        Más que acontecimientos aislados, el Pueblo recordaba prioritariamente unos 4 períodos más relevantes de su historia. Helos aquí.



a).   La creación. El acto creador de Dios era recordado con mayor énfasis en los momentos de crisis y caos, como fue por ejemplo el exilio en Babilonia Lo resaltaron más particularmente el profeta Jeremías (31,35 y 33,19) y sobre todo los discípulos de Isaías (40-55). Algunos salmos fueron compuestos como cantos a la creación (8, 9, 104). La creación era considerada como una acción liberadora: Ayudaba al Pueblo a salir de la oscuridad y el caos que lo amenazaban de muerte. Estaban seguros que Dios dominaba los elementos y los acontecimientos y que era el creador y liberador del Pueblo (Salmo 95,3-7; 147,12-20).

b).   La gesta del Éxodo. El éxodo y todo el proceso que puso en marcha son el período histórico que más se recuerda (114; 81). Es como la raíz de donde nació todo lo demás, como la sabia que recorre todo el árbol. El Éxodo señala la dimensión perenne de la acción de Dios en la historia: Intervino para liberar a su Pueblo y elegirlo para que realizará su proyecto sobre la creación. Del éxodo nacen muchos temas rezados y cantados por los Salmos: Las plagas de Egipto, la travesía del mar rojo, la alianza en el monte Sinaí y la ley de Dios en los 10 mandamientos, la marcha por el desierto durante 40 años, el maná y las codornices, las tentaciones de volver a Egipto, la posesión de la Tierra Prometida…

c).   El período de los Reyes. Otro período muy recordado es el de los Reyes. Aquí se revela la ambivalencia de la realeza humana. Algunos Salmos celebran las bodas de Rey (45) o su coronación (21). Otros piden por su salud o por la victoria sobre los enemigos (20) o describen el propósito de ser fiel a Yahvé (101). En cambio otros, por la infidelidad de la mayoría de los Reyes,  expresan más el deseo de la venida del Rey ideal (72) o celebran la realeza de Yahvé el verdadero y único Rey del Pueblo (96-100).

d).   El exilio en Babilonia. El período del exilio aparece en varios Salmos con la destrucción del Templo de Jerusalén, la añoranza lejos de la patria, el sufrimiento del pueblo y su crisis de fe, las tentaciones de abandonar a Yahvé por seguir a las divinidades de los grandes imperios que destruyeron la nación hebrea... Esto nos recuerda la experiencia del destierro ayer y las migraciones de hoy.

        Con el tiempo y la distancia, los Salmos se desligan de los períodos históricos propiamente dichos y reflejan situaciones humanas que se dan en todos los períodos de la historia, y por consiguiente en los nuestros. Por esto, a pesar de haber nacido en momentos muy concreto, los Salmos pueden ser rezados en todos momentos y lugares. Expresan, de alguna forma, experiencias universales.



  1. Celebrar nuestra historia, nuestro pasado

        El Nuevo Testamento supo retomar, ahondar y celebrar los grandes acontecimientos de la historia del Pueblo de Dios. Las referencias al Antiguo Testamento son casi innumerables. Jesús se refirió constantemente al proyecto de Dios y al mensaje de los Profetas y Sabios. Los cantos de María y Simeón celebran cómo se están cumpliendo las promesas de Dios. San Pablo hizo, en sus cartas, consideraciones detalladas y numerosas sobre la historia, los grandes acontecimientos y personajes del pasado (1 Corintios 10,6.11). Los autores del Nuevo Testamento hacían naturalmente memoria de su historia y la transformaban en oración. Toda la Biblia nación de la voluntad de no olvidar el pasado porque querían conservar su identidad y su misión, entender el presente y los designios de Dios y abrir caminos en fidelidad al proyecto de Dios, el Reino.



  1. Y nosotros, ¿cómo aprender a rezar la vida y la historia?

        Hoy como ayer motivos para conservar los grandes acontecimientos y personajes de nuestra historia. Hay siempre motivaciones para celebrarlos, sacar valor, desentrañar el presente y orientar el futuro:



-          Motivos para agradecer y alegrarse,

-          Motivos para animarnos y hacer revisiones,

-          Motivos para cantar la presencia de Dios y añorar su ausencia...

El Pueblo de Dios consiguió entender su historia como una historia de salvación. Lo mismo debemos hacer nosotros, con la ayuda de la misma Biblia. Nuestra historia es la misma historia de Dios y de su proyecto que continúa con nosotros. Nos podemos rezar los Salmos sólo como historia del pasado sino como señales de nuestra propia historia donde Dios sigue de creador, liberador y compañero de camino.



        Imitemos al antiguo Pueblo de Dios que le gustaba hacer memoria y celebrar sus grandes períodos, en particular el Éxodo y el Exilio. Así seremos el nuevo Pueblo de Dios que Cristo se adquirió para seguir revelando en la historia la misteriosa y cariñosa presencia de Dios en la historia de hoy. Hay que preguntarnos:

-          ¿Qué períodos de la historia de Ecuador y América Latina nos gusta recordar y por qué?

-          ¿Qué personajes de nuestros Pueblos celebramos como hitos de identidad y esperanza?

-          ¿Qué proyectos liberadores y qué espiritualidad latinoamericana se manifiestan en las hazañas de nuestros Pueblos?

El Pueblo de Dios supo sacar de su historia y de su pasado los contenidos de su oración, los secretos de su identidad, las manifestaciones de su Dios. Nos retan para que logremos nosotros también lo mismo: Memoria, identidad y fe. Jesús pidió a sus discípulos entender las señales de los tiempos y no olvidar jamás a esta mujer que le ungió los pies antes de su muerte en señal de su resurrección. Nos interpela hoy para reconocer las señales y llamados de Dios en el quehacer diario y no olvidar los profetas y las profetizas de hoy. Y nuestros mártires, ¿cómo los recordamos y celebramos? Afín de no perder la brújula que dio sentido a su vida y a su muerte, y poder entender por qué caminos tenemos que transitar nosotros. Así nuestra oración inventará nuevos Salmos donde Dios, la historia y la vida se entremezclan. De esta manera, seremos los continuadores y actualizadores de la gran gesta de Dios comenzada con Abraham y Moisés.







C A P Í T U L O   6
L I B R O   D E L   S I R Á C I D E S   O   E C L E S I Á S T I C O





A. INTRODUCCIÓN



1.       El título con 3 nombres

-          ‘Eclesiástico’: Desde el siglo 3°, este libro solía llamarse ‘Eclesiástico’, o sea ‘de la Iglesia’. Recibió ese nombre porque era muy usado por las comunidades para la catequesis porque tenía normas práctica de conducta para vivir la fe cristiana.

-          ‘Sirácides’: Para que no se confunda este libro con el ‘Eclesiastés’, se adoptó el nombre de su autor Ben Sida, llamándolo Sirácides.

-          ‘Qohélet’: Las Biblias hebraicas lo llaman ‘Qohélet’, palabra hebrea que significa ‘predicador’, recordando quien fue el autor de dicho libro.

        Este libro no está en las Biblias protestantes porque fue introducido en la lista – Antiguo Testamento - de las comunidades judías que vivían fuera de Palestina. La Iglesia católica lo aceptó en su lista de libros inspirados por Dios.



2.      Autor y época

-          La época: Por la fecha del prólogo y los temas tratados, podemos afirmar que Ben Sira vivía en Jerusalén en tiempos del Sumo Sacerdote Simón 2° que murió en 196. Por otra parte, el libro no habla de la violencia política desencadenada por los Griegos a partir del año 175. Esto hace suponer que el libro fue escrito entre los años 185 y 180 antes de Cristo.

-          El autor: El libro trae el nombre y el lugar donde lo escribió: Se trata de Ben Sira, de Jerusalén (50,27). Después de haber sido escrito, el nieto de Ben Sira lo tradujo al griego y le añadió el ‘prólogo’ explicativo. Esta traducción se hizo en Egipto por el año 132 antes de Cristo. Según datos del mismo libro, Ben Sira era escriba formado en la Escuela de los Escribas’ donde estudió la Ley y las Tradiciones de los antepasados. Enriqueció su experiencia viajando en otros países. Formaba parte del Sanedrín o Consejo Supremo en Jerusalén. Conocía muy bien la realidad de su país. Ben Sira, hombre sencillo, fiel y piadoso, buscó transmitir la sabiduría propia a los Judíos. Era consciente que había recibido este don de la sabiduría y sintió la necesidad de comunicarla para fortalecer la fe de sus compatriotas.



  1. División del libro

El Eclesiástico es uno de los libros más extensos de la Biblia, con 51 capítulos. Su división es muy clara.

-          El Prólogo: Fue añadido por el nieto de Ben Sira, que justifica su trabajo de traducción al griego, en Egipto.

-          Primera parte: 1,1-42,14. Reúne proverbios y dichos sapienciales populares sobre los más variados asuntos cotidianos. Y los organiza por temas. Inserta también oraciones, himnos e instrucciones.

-          Segunda parte: 42,15-50,29. Se trata de un largo tratado teológico donde se muestra que la gloria de Dios se manifiesta en la naturaleza y en la historia del Pueblo de Dios.

-          Unos apéndices: Antes de concluir el libro, Ben Sira propone un himno de acción de gracias y una oración para pedir la sabiduría.



  1. Mensajes y claves de lectura

        El Eclesiástico es un manual de reglas prácticas para orientar el comportamiento de un judío piadoso. Por esta razón, defiende posturas tradicionales que sorprenden al lector actual. Es muy conservador sobre el papel de la mujer (25,12-26,18), la educación de los hijos (30,1-13), la vigencia de la esclavitud (32,25-33).

        Su mensaje está dirigido a sus compatriotas que pasan por una gran crisis de fe provocada por la imposición de la cultura y religión griegas. A causa de la invasión de los Griego, su poderío militar, su original organización civil y política, el comercio lucrativo, las especulaciones filosóficas y las grandes manifestaciones deportivas, muchos, incluso entre los sacerdotes, aceptaban el estilo de vida de los griegos. Hasta abandonaban la fe de los padres y abrazaban la religión griega (1 Macabeos 1,52).

        La política helenizante logró triunfar cuando Jasón, hermano del sumo Sacerdote, compró su puesto a este y adoptó la religión griega en el templo de Jerusalén, en el año 174 (1 Macabeos 1,11-15). Consideraba la religión judía muy cerrada desde la reforma legalista de Esdras e incapaz de enfrentar los desafíos sociales, políticos y culturales de la filosofía griega.

        Ben Sira escribió este libro para afrontar a estos judíos. Su objetivo no era entablar una polémica contra la cultura y la religión griegas. Buscaba demostrar las verdades siguientes:



-          Era necesario conservar la identidad del Pueblo ante la cultura griega. Para esto era indispensable mantener la tradición de los padres y antepasados. Para Ben Sira, identidad y fe caminan juntas. La verdadera sabiduría se encuentra en la fidelidad a Yahvé, el Dios del Pueblo, y no en las escuelas filosóficas de moda en Grecia.

-          La fe está manifestada en la vida de los antepasados ilustres. Por eso, Ben Sira traza una lista de héroes que presentan un humanismo distinto a los grandes filósofos griegos. El verdadero héroe es aquel que guarda su identidad, su memoria del pasado y su fe.

-          Ben Sira no es contrario a los extranjeros (34,11). Firme en su fe, no teme a las otras culturas y sabe discernir lo que es bueno en ellas. Pero ante los atropellos de la invasión griega, intenta defender y apoyar a su Pueblo para que pueda conservar su fe sin angustia ni sentimientos de inferioridad. Ben Sira buscó sistematizar la sabiduría popular para valorizar la fe en Yahvé, recogiendo proverbios y costumbres enraizados en la vida del Pueblo sencillo.

-          Ben Sira señala el punto perverso de la cultura griega: El empobrecimiento del Pueblo debido a un comercio sediento de lucro. Ben Sira es muy agudo en el análisis social (4,1-10; 5,1-8; 13,1-24). Para él, la injusticia social era el mayor escándalo: Se manifestaba por la gran desigualdad entre ricos y pobres, debido a una política que sólo buscaba más y más ganancias. Para Ben Sira, las tensiones entre ricos y pobres nacían de la codicia y acaparamiento de los más acomodados, que se lanzan sobre los pobres como ‘leones enfurecidos’ ((13,19).

        A pesar de sus ambigüedades, la obra de Ben Sira fue muy bien acogida por su Pueblo. Este supo utilizar la observancia de la Ley para encontrar las fuerzas necesarias para lograr vencer a los griegos en la revuelta dirigida por los Macabeos, unos 20 años más después. En la obra conservadora del escriba Ben Sira, el Pueblo encontró la semilla subversiva que provocó un cambio social y una renovación religiosa. De este libro, podemos sacar muchas lecciones para enfrentar la cultura neoliberal que se nos quiere imponer sea disimuladamente sea por la fuerza: Nuestra sabiduría popular, nuestra cosmovisión ancestral y nuestra fe cristiana son capaces de renovarnos y hacernos suficientemente fuertes y valientes para vencer el monstruo del individualismo, consumismo y materialismo que nos viene del Norte.





TEMA 14: LA AMISTAD ES UN DON DE DIOS. La búsqueda de la verdadera amistad



‘El que encuentra un amigo, encuentra un tesoro’ (Eclesiástico 6,14).



Mensaje: La amistad es una de las experiencias humanas más bellas. Nos relaciona armoniosamente con los demás y con Dios. Más Dios busca ser nuestro amigo. Y nuestras amistades son sacramentos de la amistad de Dios con nosotros y anticipos de la convivencia definitiva entre todos y con Dios: El Reino en su plenitud.



Motivación: Entre las experiencias fuertes de nuestra vida está la amistad. ‘Sin amigos no se puede vivir’. ‘El mundo es malo, pero la amistad lo salva todo’. ‘El gran regalo de los pobres es su amistad fiel y generosa’. ‘La amistad es el sol de nuestras vidas’. Frases como estas nos demuestran la importancia de la amistad. En una de sus páginas, el libro del Sirácides ha reunido unos proverbios sobre la mistad. Estos proverbios resumen la herencia de sabiduría que se iba transmitiendo sobre la importancia de aquella. Compartamos nuestras experiencias de amistad, confrontémoslas con la experiencia bíblica y fortalezcamos nuestra unión con Dios y nuestro compromiso con el Pueblo de los Pobres.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: La importancia de los amigos.

  1. Entre las muchas personas que han marcado nuestra vida, ¿cuáles han sido y son nuestros mejores amigos y amigas?
  2. ¿Por qué nos parece tan importante la amistad?

Palabra de Dios. Sirácides 6,5-17: Tener un buen amigo es tener un gran tesoro.

  1. Según nuestro parecer, ¿cuál es el proverbio que expresa mejor la experiencia de la amistad? Expliquémonos.
  2. ¿Qué motivos expresa esta lectura para valorar la amistad?
  3. En estos proverbios, ¿de qué manera se relaciona la amistad con Dios?

Hoy nosotros: Cultivar la amistad para sembrar vida y fe.

  1. ¿Qué novedades o nuevas luces nos aportan estos proverbios sobre la amistad?
  2. ¿De qué maneras nos acerca la amistad más a Dios?
  3. Después de estas reflexiones sobre la amistad, ¿a qué nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Oración de David por Jonatán 2 Samuel 1,19.27. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro conversaremos sobre el sentido de la verdadera religión y cómo se relaciona necesariamente con la justicia hacia los pobres. Nos ayudarán las lecturas del Sirácides 34,18-35,24 y 13,17-26.



Comentario 14: LA AMISTAD, SACRAMENTO DE DIOS EN LA RELACIÓN HUMANA



  1. La amistad y la Biblia

        La amistad hace parte de las más universales. No existe cultura que no valore e incentive la mistad. Todos los humanos resaltamos este lazo firme que une a las personas más diversas. Es un sentimiento que encierra una intensa gama de valores tales como la solidaridad, lealtad, ayuda, comprensión, apoyo, disponibilidad, confianza, sinceridad, honestidad, amor, … La palabra amistad contiene todo esto y mucho más.

        El libro des Sirácides nos dice que ‘la amistad es un bálsamo en la vida’; ‘quien ha encontrado un verdadero amigo tiene un tesoro para toda su vida’… En la Biblia, la amistad es un sentimiento que comienza ‘entrelazando’ a las personas y va creciendo hasta revelar que la verdadera amistad es un reflejo del amor que Dios nos tiene. Además, autores bíblicos describen la experiencia del ser humano con Dios como el lazo de amistad que une indestructiblemente a 2 personas: ‘Israel, tú eres mi amigo’; ‘Mira cómo te tengo grabado en la palma de mis manos’ (Isaías 41,8-10 y 49,16).



  1. La amistad en la Biblia

        La Biblia, muchas veces, relaciona con Dios la amistad de 2 personas. Es el caso de Rut, moabita, y Noemí, judía: cuando esta invita a Rut a regresar con los suyos, Rut le contesta: ‘Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu Pueblo es mi Pueblo y tu Dios es mi Dios’ (Rut 1,16-17).

        Para el Pueblo de Dios, la solidaridad tal como se manifiesta entre Rut y Noemí, era de vital importancia. La vida de las aldeas era difícil y solamente la amistad posibilitaba la supervivencia de todos. Esta solidaridad en los peligros la encontramos en la amistad de David y Jonatán, hijo del rey Saúl (1 Samuel 18-20). Por este sentimiento, Jonatán se rebela hasta contra su padre para defender y salvar la vida de su amigo David. Cuando Jonatán muere luchando contra los Filisteos, David dirige a Dios una oración profunda y emocionante, llorando la muerte de su amigo: ‘¡Qué angustia me ahoga, hermano mío, Jonatán! ¡Cuánto te quería!’ (2 Samuel 15,27).

        Del mismo modo, en los Evangelios, nos damos cuenta de las grandes amistades de Jesús. Cuando le anuncian la muerte de Lázaro, Jesús no puede contener sus lágrimas: ‘¡Ven cómo lo quería!’ (Juan 11,33-35). Grande era también su amistad con las hermanas de Lázaro, Marta y María, e igualmente con María Magdalena, la primera persona que abraza a Jesús resucitado. En los momentos significativos, Jesús llama siempre a los discípulos más íntimos: Pedro, Santiago y Juan (Marcos 5,37); Juan era ‘el discípulo al que tanto quería’ (Juan 13,23).



  1. La amistad en relación con Dios

        La Biblia amplía el sentido de amistad al relacionarle directamente con Dios. Es el sentimiento que une Dios a los que le son particularmente fieles (Isaías 41,8; 2 Corintios 27). La amistad de Dios con Abraham es particularmente emocionante: Caminan conversando juntos (Génesis 18,17-33; ver Isaías 41,8). Dios y Moisés hablan como entre amigos, ‘cara a cara’ (Éxodo 33,11-23; Números 12,7-8; Deuteronomio 34,10). Elías es bendecido con la amistad de Dios (1 Reyes 19,11-14). La amistad con Dios es la que anima a los profetas en su ardua tarea (Amos 3,7: Isaías 5,1).

Esta forma de considerar la amistad como lazos de alianza intima con sus discípulos, Jesús la profundiza en la conversación que mantiene con ellos en la última Cena (Juan 15,13-17). Para Jesús, la amistad que lo une a sus discípulos está por encima de todo y totalmente gratuita. Es una muestra del amor gratuito de Dios. Por este sentimiento, Jesús revela todo lo que sabe para que sus discípulos ‘formen una sola alma y un solo corazón’ (hechos 4,32). Sin embargo, la amistad supone el empeño de ambas partes: ‘Ustedes son mis amigos si hacen lo que les mando’ (Juan 15,13). Así debe ser nuestra alianza con Dios: un pacto de amigos. Concretamos esta alianza, nuestra relación con Dios, viviendo el Evangelio de Jesús.

Sin este compromiso mutuo, la amistad se rompe. Dice el Sirácides: ‘¿No causa un disgusto mortal que un amigo querido se vuelva enemigo? (37,21). La ruptura de la amistad no se da sin dolor: ‘¡Hasta mi amigo íntimo, en quien yo confiaba, el que compartía mi pan, me levanta calumnias!’ (Salmo 41,10). El dolor del abandono retratado en el libro de Job ha sido sentido por muchos. La amistad rota es el tema de muchas oraciones angustiadas (Salmo 38,12; 55,14; 88,19). Es el mismo dolor que sintió Jeremías (15,17) y Pablo (2 Timoteo 2,9-14). Fue también el dolor de Jesús al ser traicionado por Judas que llama sin embargo ‘amigo’ (Mateo 26,50), negado por Pedro a quien personalmente aparece resucitado (Lucas24,34), y abandonado por todos (Marcos 15,40).

Por otra parte, nada es más divino que el esfuerzo conjunto para restablece la amistad rota (Sirácides 22,22). Esto se manifiesta claramente en el diálogo de Jesús con Pedro, caminado juntos por la playa. Jesús le preguntó 3 veces a Pedro: ‘¿Pedro, tú me amas?’ Al oír la pregunta por 3ª vez, Pedro, angustiado, responde: ‘Señor, sabes todo: Tú sabes que te amo’ (Juan 21,17).



  1. La amistad como sacramento de Dios

        La amistad es un signo, un sacramento que anticipa nuestra relación futura: la comunión de los santos entre sí y con Dios. Es un pequeño anticipo de la convivencia futura con Dios. En Génesis, la armonía entre Dio y la humanidad se describe como un paseo de amigos en la brisa del caer de la tarde (3,8). Es cierto que le pecado rompió la amistad y la armonía. Paro nuestras experiencias de amistad, nuestra convivencia de personas amigas nos anticipan el proyecto de Dios cuando será superado el pecado.

        A pesar de todo y como sacramento de la relación divina, la verdadera amistad nos exige ser sincera. Es gratuita, pero no por eso menos exigente en el empeño, la dedicación y la fidelidad. La amistad es una alianza eterna. La Biblia reflexiona mucho sobre las características de una auténtica amistad. Nos dice que es fácil ser ‘amigo de los ricos y poderosos’ (Proverbios 14,20; 19,4-7), mientras los pobres quedan solos, sin amigos, rechazados por muchos (Sirácides 13,3-26). La amistad verdadera se prueba en la adversidad (Proverbios 17,17; Sirácides 6,7 y 37,7). Para el que se ha confiado al amigo, es muy triste ver violada la intimidad (Sirácides 17,16). Desgraciadamente existen los falsos amigos, aquellos que en los momentos difíciles ‘pasan de largo’ (Sirácides 37,4) y amistades que se deshacen al primer desencuentro (Sirácides 37,1 y 20.23).

Como conclusión, conservemos el ejemplo siguiente. ‘Dos amigos caminaban juntos, cuando el uno le pregunta al otro: Jacob, ¿tú eres mi amigo? – Claro que sí, José, No lo dudes. Yo soy tu amigo. – Jacob, ¿sabes lo que me dolió mucho recientemente? – José, ¿cómo voy a saber lo que te dolió? – Jacob, si no sabes lo que me dolió, ¿cómo puedes decir que eres mi amigo?’.





TEMA 15: LA VERDADERA RELIGIÓN ES LA JUSTICIA CON LOS POBRES



‘Mata a su prójimo quien le quita el sustento’ (Sirácides 34,22)



Mensaje: La Biblia es un libro que nos provoca, porque relaciona muy fuertemente la práctica de la fe con la justicia social. La lectura de hoy es una de las más claras del Antiguo Testamento en este sentido.



Motivación: En estos tiempos, se vuelve a buscar sabidurías: Sabidurías indígenas, sabidurías orientales,... o sea, una manera de vivir más acorde con el entorno natural, tanto de las personas como de la naturaleza. Como cristianos tenemos también la sabiduría bíblica, con sus muchas riquezas, que nos ayudan a valorar otras sabidurías. En todos los tiempos, la Biblia ha sido el libro más leído. Se lo ha utilizado para bien, y muchas veces para mal. La lectura que vamos a profundizar hoy, provocó la conversión de uno de los más grandes defensores de los Indígenas, Bartolomé de Las Casas, en los comienzos de la conquista. Con la lectura de Sirácides 34 y 35 dejó de ser el gran hacendado propietario de muchos Indígenas. Se ordenó sacerdote dominico y emprendió con su Comunidad una Evangelización que respetara a los Indígenas. Por supuesto fue muy crítico con la actuación de los conquistadores españoles.

En esta lectura, el autor intenta unir 3 realidades: el culto a Dios, la práctica de la Ley y la justicia social. La misma Palabra de Dios nos provoca hoy a ser profetas y sabios testigos del Dios de la vida ante la realidad de pobreza, marginación y exclusión crecientes. Como en tiempos de las Casas, también nosotros somos llamados hoy por la Palabra de Dios para ser testigos valientes de su Reino ente la terrible realidad de pobreza, exclusión y muerte que sigue progresando en nuestro continente.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: ‘Hacer nuestras las causas de los pobres’.

  1. ¿Cómo han ido entrando el pobre y el miserable en nuestra vida personal?
  2. ¿Cómo entendemos la opción por los pobres y sus culturas?

Palabra de Dios. Sirácides 34,18-35,24: Dios, la ley y la justicia.

  1. ¿Cuáles son las mayores afirmaciones del Sirácides en esta lectura?
  2. ¿Cómo relaciona el autor la situación social con Dios?
  3. ¿De qué maneras retomaron Jesús y los apóstoles las afirmaciones del Sirácides?

Hoy nosotros: Una fe que transforma la vida.

  1. ¿Qué situaciones actuales se están dando en nuestro alrededor?
  2. ¿Qué luces aporta la palabra del Sirácides para estas situaciones?
  3. Después de estas reflexiones, ¿a qué nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Salmo 50. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro:

-          En nuestro próximo encuentro veremos cómo Dios se hace presente en la naturaleza.

-          Leamos Sirácides 42,15-43,33 y 16,24-17,14.



Comentario 14:

LA BIBLIA EN LA CONQUISTA DE AMÉRICA LATINA, MANIPULACIÓN Y LIBERACIÓN



  1. La Biblia y los 500 años de la invasión europea

        En la época de la conquista, al final del siglo 15, los europeos pertenecían un una sociedad de cristiandad en la que la religión católica era única orientadora, mediante el poder casi absoluto de los sacerdotes, los obispos y el Papa. Todavía, no había ocurrido la Reforma Protestante (1520). Los Árabes, seguidores de Mahoma, acababan de ser expulsados de España después de 8 siglos de dominación. Con su religión musulmana, eran considerados como los principales enemigos de la cristiandad. Por el Medio Oriente, los Turcos, también musulmanes, se había apoderado de Constantinopla, sede de la Iglesia ortodoxa, y emprendían la conquista de los países del Este de Europa. Por todo esto se respiraba un ambiente de Cruzadas y un deseo aventurero de conquistas, comercio y lucro. Los Papas se convertían en guerreros para defender la cristiandad. La inquisición reprimía mortalmente a los enemigos de la Iglesia. Los obispos españoles consiguieron que el Rey expulsara a los Judíos (1492). De hecho era una época de violencia, intolerancia y guerras: Había que ‘arrancar y destruir, edificar y plantar’ (Jeremías 1,10). Esta manera equivocada de interpretar la Biblia iba a dejar su impronta en la conquista de América Latina.



  1. La manipulación de la Biblia en la óptica de los conquistadores

        España y Portugal manifestaron una violencia sin límite en la conquista del continente americano, a pesar de encontrar culturas y civilizaciones muy avanzadas y, en cierto caso, ciudades mejor organizadas que las de Europa. ¿Por qué tanta violencia? Los conquistadores vinieron con el espíritu de las Cruzadas, e sea, de la ‘guerra justa’ contra los que no se adherían ala la fe católica. Tenían las debidas autorizaciones del Papa Alejandro 6º y de sus respectivos reyes de España y Portugal. Estos diversos documentos eran apoyados por textos bíblicos ‘favorables’ a sus proyectos y actividades.

        Así, la Biblia justificaba el uso de la violencia de las armas en la conquista, porque el objetivo señalado era ‘la evangelización’. Hay que saber también que la Iglesia y el Estado formaban una sólo unidad. Por esta razón había siempre unos religiosos que acompañaron a los conquistadores como Colón, Cortés, Pizarro, Tomás de Souza,… Como en las cruzadas, la fuerza militar estaba al servicio de la fe y la fe al servicio de la fuerza militar: ‘la cruz y la espada’ se apoyaban mutuamente.

Los conquistadores buscaban en la Biblia los textos que justificaban sus empresas, pero ocultando el verdadero mensaje de la Palabra de Dios. La reforma protestante iba a dar un giro en el asunto, porque Martín Lutero y Juan Calvino pedían que la Biblia estuviera en las manos de la gente para que ella pueda conocer y opinar de los que contenía. Mientras tanto se la utilizaba en cada ocasión favorable a los propósitos de la conquista.

-      El Requerimiento era un documento que se leía en latín o en español a los Indígenas para invitarles a aceptar la fe católica porque en caso contrario serían sometidos por la fuerza y la muerte si fuera necesario. Se lo justificaba con el libro del Génesis: Si bien toda la humanidad descendía de Adán y Eva, ‘solamente algunos elegidos por Dios recibían la misión sublime de divulgar al Dios verdadero’, o sea, los Españoles.

-      Otra justificación provenía de Proverbios 11,29 donde se habla de los ‘sabios de corazón y de los tontos de espíritu’. El famoso teólogo español Sepúlveda, de aquella época, afirmaba que los sabios eran los Españoles y los tontos los Indígenas. Su resistencia no se podía justificar porque los españoles venían a traerles la fe. Además, decía, Jesús ordenó, mediante la parábola de los invitados a la boda (Lucas, 14,23), ‘oblíguenlos a entrar’.

De esta manera, en nombre de la Biblia y con la bendición del Paspa y de los obispos, la guerra, las violencias y la muerte eran más que justificadas contra los que se resistían. De todo modo cuando los Indígenas aceptaban, venían la dominación, el despojo, los trabajos forzados, la violencia, la represión, la muerte,…



  1. La liberación, en nombre de la Biblia, con los defensores de los Indígenas

        En esa época, se leía también la Biblia desde otra perspectiva. En oposición a los teólogos oficiales que vivían en las cortes reales de España y Portugal y que nunca pisaron a América, misioneros que vinieron a estas tierras, ante la situación de la que eran testigos, emprendieron la defensa de los Indígenas en nombre de la Palabra de Dios. Además de Bartolomé de Las Casas (Méjico, +1566), podemos nombrar a Zumárraga, Montesinos (Cuba), Pedro de Córdova, Quiroga, Valdivieso (Nicaragua), Juan del Valle, Mogrovejo… Y en Brasil, Gonzalo Leite, Miguel García…

        La conversión de Las Casas tuvo lugar en 1512 al leer Sirácides 34,18-22. En un primer gesto, devolvió a sus esclavos indígenas al gobernador español. Luego realizó proyectos de colonización que respetarán los intereses de los Españoles y los derechos de los Indígenas. Pero cayó en la cuenta de que la posesión del oro  y la ambición del poder destruían sus esfuerzos. Entró donde los Dominicos en 1521, y emprendió, tanto en las Américas como en la Corte española una defensa permanente de los Indígenas. En la utilización del la Biblia, citaba frecuentemente al Éxodo, Sirácides 34, 18-22, y los Evangelios, en particular el mandamiento: ‘Amarás a tu prójimo’ (Mateo 22,39). Pedía que los Españoles se retiraran de los territorios conquistados, devolvieran lo robado, indemnizaran los daños causados y pidieran perdón a Dios por los muchos y grandes pecados cometidos.



  1. Una sola Biblia y 2 lecturas opuestas

        La lectura oficial de la Biblia fundamentaba la violencia en nombre de la expansión de la cristiandad. Hasta hoy, los Indígenas están resentidos por ello. Recordemos cómo, en 1985, devolvieron al Papa Juan Pablo 2º cuando visitaba el Perú: ‘¡En 5 siglos, no nos ha dado amor, paz ni justicia! ¡Tome de nuevo su Biblia y devuélvasela a nuestros opresores, porque ellos la necesitan más que nosotros!’.

        En una lectura desde la óptica de los oprimidos, los pobres, las mujeres,  los Negros, los Indígenas, la lectura de la Biblia fue esperanza y ayuda. Esto nos demuestra que la interpretación de la Biblia depende de donde se ubica los pies y el corazón. El hecho de estar en la corte o entre los marginados define la manera de interpretar el texto bíblico.

        La Biblia lleva más de 500 años entre nosotros. A lo largo de estos 5 siglos, sirvió de arma para atacarnos, pero también de escudo para defendernos y valorarnos. Hoy continúa el mismo desafío. La teología de la liberación tiene el gran mérito de haber sistematizado la verdadera dimensión de la Biblia y de la fe, desde la perspectiva de los pobres. Ella está abriendo nuevos espacios a todos los grupos oprimidos y marginados tanto en nuestro continente como en África y Asia. Es el gran regalo que está haciendo la Iglesia de los Pobres en América Latina a la Iglesia universal y a la humanidad toda.





TEMA 16: LA SABIDURÍA DE DIOS SE REFLEJA EN EL UNIVERSO.

La presencia de Dios en la naturaleza.



‘La obra del Señor está llena de su gloria’ (Sirácides 42,16)



Mensaje: Dios presente en la naturaleza. Es la 1ª palabra de Dios. Todos los Pueblos han tenido esta capacidad de encontrar a Dios en ella y Dios se ha revelado a ellos.



Motivación: Una palabra nueva se ha vuelto de actualidad: Es ‘ecología’, o sea, el cuidado a la naturaleza. En su nombre, se promueve grandes encuentros nacionales e internacionales. Las religiones asumen esta causa en reuniones ecuménicas. Los partidos políticos presentan ‘plataformas ecológicas’ para conseguir votos; hasta algunos se llaman ‘partidos verdes’. Todos están de acuerdo en denunciar el peligro que representa una industrialización sin criterios ambientales, un mercado libre sin preocupación por las futuras generaciones, un turismo sin preservación de la naturaleza, ... La lectura de hoy nos describe las maravillas de Dios en toda la creación. Esta pasa a ser un reflejo del mismo Dios. Nos llama también la atención la unidad y dependencia que existen entre las diferentes especies por lo que el cuidado debe ser global, para nuestro propio bienestar. Veamos.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: La gran unidad de todo el universo.

  1. ¿Por qué razones damos tanta importancia a la preservación del medio ambiente?
  2. En nuestro alrededor, ¿dónde y de qué maneras se atropella más al medio ambiente?

Palabra de Dios. Sirácides 42,15-43,33: La vida es espejo de Dios.

  1. ¿Qué es lo que más nos llama la atención en esta lectura?
  2. Según la misma lectura, ¿cómo se nos presenta la integración del ser humano dentro de la naturaleza?
  3. ¿Cómo se nos presenta la relación del ser humano y de la naturaleza con Dios?

Hoy nosotros: Defender la naturaleza es protegernos a nosotros mismos.

  1. ¿Por qué se nos es más fácil admirar a Dios en la naturaleza que en los seres humanos?
  2. ¿Por qué nos motiva nuestra fe a cuidar el medio ambiente?
  3. ¿Qué vamos a hacer para tener un ambiente más sano?

Oraciones comunitarias. Salmo 8. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro veremos unos salmos sobre la Ley de Dios: Salmo 119,1-8, 97-104 y Salmo 19.



Comentario 16: LOS MITOS DEL PUEBLO DE DIOS SOBRE LA CREACIÓN



  1. Los textos bíblicos sobre la creación

        En los libros de la Biblia encontramos muchos pasajes que hablan de la creación del mundo, de los animales, de las plantas y del ser humano: Génesis 1-2; Sirácides 16,24,17,14; 42,15-43,33, Sabiduría 13,1-9, Salmos 8 y 104, Jeremías 31,35-37, Isaías 65,17,... Dios es presentado como aquel que lo ha hecho todo: Es ‘el Creador’ de todo lo que existe.

        Sin embargo estos mismos pasajes bíblicos han provocado no pocos conflictos entre la ciencia y la religión. La ciencia afirmó que los relatos bíblicos eran unos ‘mitos’ y de allí se llegó a pensar que no tenían ningún valor para los tiempos actuales. Una lectura fundamentalista de la Biblia, o sea, al pie de la letra, crea todavía mucha confusión entre la gente sencilla, como si la Biblia, por ejemplo en Génesis, describiera hechos reales. ‘Gracias a Dios’, se ido descubriendo, por una parte, que estos relatos sobre la creación eran expresiones culturales del Pueblo en la época en que se escribieron. Por otra, se está valorando la descripción de esos ‘mitos’ que transmiten su mensaje a todas las épocas.



  1. Sentido de los mitos

        Los mitos son expresiones comunes a todas las civilizaciones. Generalmente son narraciones bastante poéticas en su contenido y libres en su forma. Se elaboraron para explicitar la comprensión de un Pueblo sobre sí mismo, su historia, los acontecimientos y los misterios de la vida y de la muerte. Fueron contados de generación en generación como signos de identidad y camino a seguir para enfrentar el futuro. Por eso, el mito se relaciona con todo lo que se relaciona con el Pueblo. A través del mito, el Pueblo expresa sus alegrías y entiende la razón de sus tristezas, visualiza sus éxitos y acepta sus derrotas, conserva esperanzas y decisión, explica por qué le sucedieron tales cosas, fundamenta su fe y su religión, orienta los sueños y las ilusiones: Es el pozo de su sabiduría para celebrar sus fiestas y continuar su camino. Generalmente el género literario utilizado en el mito es la poesía. La palabra griega significa ‘realización’ en sentido de hacer y finiquitar. Para Pablo, la creación es una poesía de Dios (Romanos 1,20; Efesios 2,10).

        He aquí como los Huitotos, Pueblo nativo de América Central, describen el origen de las cosas, en un ‘Canto Divino’. Con una hermosa narración, presentan el origen de todo y el lugar que ocupan cada cosa y persona en el mundo:

‘Cuando, en el principio, no existía nada, la divinidad Nainuema creó las palabras.

Y con las palabras, comenzó a cantar.

Las palabras de los cantos que nos dio Nainuema son las mismas con las que hace la lluvia.

Cuando todo era noche, cuando todos los seres vivos permanecían en la oscuridad,

Antes de llegar a ser, tan sólo existía una voz, una palabra clara,

Nainuema era tan sólo un canto en la noche. En el comienzo, existía tan sólo este canto.

Y cantando creó las cosas. Cantando, creó la tierra. Nuestra tierra es el canto de Nainuema’...

                Otra característica de estos relatos es que están abiertos a nuevas expresiones y experiencias. Al transmitirse se van transformando para adquirir nuevas dimensiones que van explicando nuevos acontecimientos. Son relatos sagrados que van dando identidad al Pueblo que los escucha, los guarda, los transmite, los amplía. Por ejemplo, los Desanas, nativos de la Amazonía, describen la aparición tardía del hombre blanca y la violencia que trajo consigo:

‘La divinidad Emeko Sulan fue creando los diferentes Pueblos indígenas.

Salieron 6 Pueblos indígenas pacíficos.

El 7° en salir fue el hombre blanco con un fusil en la mano.

Entonces Emeko dijo al hombre blanco:

Tú eres el último en salir. Da a los primeros todos los bienes que tengas.

Y Como eres el último, debes ser una persona sin miedo, por eso harás la guerra’.

      En la Biblia, está pasando lo mismo: Sus mitos están abiertos a la relectura.



  1. Los mitos del Pueblo de la Biblia

        Los diferentes Pueblos tenían sus mitos con los que buscaban identidad y seguridad. También el Pueblo de Dios tenía sus historias y tradiciones, leídas y releídas en el transcurso de los tiempos. De esta manera podía situarse ante los problemas de la vida. Estas historias integran hoy el Antiguo Testamento. De las muchas historias queremos destacar los relatos sobre las maravillas de Dios en la creación. Hay que leer estos relatos dentro del contexto en que fueron elaborados.

        El primer texto sobre la creación es Génesis 1,1-2,4. Surgió en el tiempo del exilio en Babilonia. Muchas afirmaciones en este texto hacen referencia a situaciones de los exiliados. Frente a las celebraciones babilónicas que mostraban a las diversas divinidades participando en el proceso de la creación del universo, los exiliados afirmaban una realidad opuesta: ‘Todo ha sido creado por un único Dios bueno y liberador: Yahvé’. Él creó la luz, separó la tierra del mar, hizo la tierra produjera frutos y semilla, los astros son obras de sus manos y no dioses, creó a los seres humanos a su imagen y semejanza. Además se preserva la dignidad del trabajo libre en la observancia del descanso sabático y se afirma que es Dios quien conduce la historia porque es su creación… Esta narración de la creación daba a los exiliados firmeza en su lucha por preservar su identidad y resistir a los dominadores babilónicos.



  1. Celebrar es revivir

        Hoy los Pueblos indígenas reviven en sus tradiciones celebrando sus mitos y tradiciones. En el Antiguo Testamento, el Pueblo de Dios festejaba los grandes acontecimientos de sus historias en asambleas y celebraciones festivas. Era ahí donde las narraciones se contaban y se ampliaban hasta quedar plasmadas en ‘Las Escrituras’ tal como las tenemos en la Biblia. Las celebraciones incluían la narración de la creación, de los patriarcas y las matriarcas, del éxodo y la marcha por el desierto, de la conquista de la tierra prometida… a partir de las tradiciones de las familias, los clanes y las tribus.

        Los campesinos hebreos tenían su manera propia de contemplar los acontecimientos de la naturaleza y de la historia. Para nosotros es importante conocer esta comprensión de aquel tiempo para entender muchos pasajes de la Biblia y la Biblia misma. Al ritmo de los acontecimientos naturales van descubriendo la acción liberadora de de Dios. Y al ritmo de los acontecimientos históricos, los profetas hablan sus mensajes en el contexto de su cosmovisión.

        Partiendo de esta reflexión, llegamos a la sabiduría. Ella es parte de Dios en su obra de creación permanente (Sabiduría 9,9). Por tanto nuestra sabiduría participa de los deseos y designios del creador. Buscar la sabiduría se logra entrando en los proyectos originales de Dios. Hoy, buscar esta sabiduría es muy importante para nosotros. Estamos cada vez más preocupados por las cuestiones económicas. La interferencia desordenada del ser humano en la naturaleza y la intimidad celular parece conducirnos al caos y al desastre. La crisis de los modelos de sociedad dominantes demanda una nueva ética, una nueva sabiduría. Los mitos del Pueblo de Dios nos ofrecen todavía pautas para evaluarnos y construir una nueva espiritualidad acorde a las exigencias de nuestros tiempos. En el ritmo de la naturaleza y de la vida humana está el ritmo de las manos de Dios. Debemos abrir nuestra inteligencia y nuestro corazón para adaptarnos a este ritmo. Así descubriremos en la naturaleza y la historia los lugares de la revelación actual de Dios y de nuestra comunión con él, para una nueva era de esperanza y vitalidad.





TEMA 17: LA LEY DE DIOS, ¿CARGA O CAMINO?





Mensaje: En sí, toda ley está en defensa de la vida, de los pobres y de todos los atropellados. Dios nos dio unas 10 leyes fundamentales. Jesús las sintetizó en una sola: Amarnos los unos a los otros. Esta ley de Jesús es el resumen del proyecto de Dios. Hagamos de las demás leyes caminos diversos para amarnos mejor.



Motivación: Para muchos cristianos, la vida cristiana se reduce al cumplimiento de ciertas leyes y normas de conducta. Tal vez sea particularmente el caso de las sectas evangélicas. Estas leyes y normas dan seguridad e identidad. Pero no hay mayor preocupación por un encuentro personal con Cristo y la realización colectiva de su mensaje: el Reino. La profundización de hoy está sobre el salmo 119, el más largo de los Salmos y todo dedicado a la Ley de Dios.

                En tiempos de Jesús, la fe en Yahvé se había reducido al cumplimiento de la Ley interpretada por los Maestros de la Ley y los Sacerdotes. Jesús fue claro: este modo de creer no corresponde al proyecto de Dios: ‘No imiten a los Maestros de la Ley. El más grande de entre ustedes se hará el servidor de todos’ (Mateo 23,1-32). La razón de esta situación provenía del tiempo que siguió el exilio. Los sacerdotes Esdras y Nehemías que ayudaron al Pueblo de Dios a reinstalarse en Palestina, acapararon el poder y, para dar identidad al Pueblo de Dios, lo encerraron todo en el cumplimiento literal de la Ley (Nehemías 9,2; 10,29-32). Vamos a ver cómo cierta comprensión y cierto cumplimiento de la Ley de Dios ayudaron a mucha gente a vivir sanamente y sobrepasar la Ley para seguir a Jesús.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: La ley está al servicio del Reino.

  1. ¿Por qué motivos son necesarias las leyes y normas en nuestra vida cristiana?
  2. ¿Dónde encontramos como cristianos la fuente de nuestra fe y de nuestra identidad?

Palabra de Dios. Salmo 119,1-8, 97-104: Bondad de la ley de Dios.

  1. ¿Cuáles son los sinónimos de la ‘ley de Dios’ que encontramos en esta lectura¡
  2. ¿Qué comparaciones se utiliza para señalar el influjo de la Ley de Dios en la vida del Pueblo?

Hoy nosotros: La ley no es una meta sino un camino.

  1. ¿Qué es lo que más nos llama la atención de este salmo?
  2. ¿Qué nos enseña este salmo para nuestra vida cristiana de hoy?
  3. ¿Qué cambios va a provocar en nosotros esta reflexión?

Oraciones comunitarias. Recemos la lectura del salmo 119 que acabamos de profundizar. Bendición final. Canto.



Nota: El salmo 119 es el más largo de todos y tiene por único tema la ley de Dios. Está compuesto de  176 versículos, es decir 8 versículos por cada letra del alfabeto hebreo. Cada versículo tiene la palabra ‘ley’ o uno de sus sinónimos (camino, testimonio, precepto, estatuto, mandamiento, etc.). Además, los primeros 8 versículos comienzan con la primera letra del alfabeto; del 9° al 16° con la segunda, y así sucesivamente. Este recurso literario no quita el sentido profundamente mística de este salmo: profundiza el sentido de la Ley para la vida del Pueblo.



Preparación del próximo encuentro:

-          Comenzaremos nuestra reflexión sobre el libro de la Sabiduría. Leamos la Introducción.

-          Meditaremos Sabiduría 1,1 y 6,1-21.



Comentario 17: LOS 3 PRINCIPALES SERVICIOS EN LA COMUNIDAD.

Sacerdocio, Profecía y Sabiduría.



  1. Síntomas actuales de malestar en nuestra iglesia

        En la marcha de la Iglesia hoy, se percibe cierto cansancio. Después de varios años del Concilio Vaticano 2° (1962-65), se está dando una marcha atrás tanto en la vida sacramental como en la actividad pastoral. Se insiste mucho en el cumplimiento de las leyes del derecho canónico y las normas del catecismo católico. Se quiere dar un punto final a las experiencias de renovación y de compromiso social nacidas de las orientaciones del Concilio. La vida cristiana está presentada como una santificación personal mediante el cumplimiento de leyes. El clero vuelve a lo que era antes: detener y acaparar todo el poder en la organización de la vida parroquial. En muchos casos, se pide a los laicos quedar pasivos, callados y obedientes. La reflexión de hoy nos quiere ayudar a entender esta situación y superarla, para no satisfacernos de un mero cumplimiento de la Ley, sino ir al corazón del Evangelio.



  1. Los 3 principales ministerios del Pueblo de Dios

        En cualquier grupo humano existen 3 funciones indispensables para que un grupo funcione: primero la organización, luego la formación crítica y en fin la celebración o fiesta. Por ejemplo, en la familia, cuando decimos: ‘Estamos acostumbramos a comer a la una’, se trata de ‘organización. Si decimos, cuando alguien se equivoca: ‘Así, no podemos continuar’, se trata de ‘formación crítica’. Cuando celebramos recuerdos relevantes, cantamos: ‘¡Cumpleaños feliz!’, se trata de ‘celebración’.

En la Biblia, el Pueblo de Dios siempre recalcó estas 3 funciones a lo largo de su historia:

-          La sabiduría cuando el ‘Anciano’ buscaba formar la Comunidad, organizarla y gobernarla.

-          La profecía cuando el ‘Profeta’ llamaba la atención, se denunciaba malas actitudes y se anunciaba el camino correcto.

-          El sacerdocio cuando el ‘Levita’ (sacerdote) celebraba, hacía memoria y contaba para festejar colectivamente.

El buen equilibrio de estas 3 funciones mantenía la organización de las aldeas, los clanes y de las 12 tribus del Pueblo de Dios. Esta realidad se puso en marcha bajo el impulso de Moisés y se mantuvo más claramente en el tiempo de los Jueces (unos 250 años después de Moisés). El poder estaba distribuido entre varios, evitando así que se acumulara en una misma persona, ni estaba reservado a una familia, o gente de una misma clase, raza o sexo. Se entiende que siempre existieron tensiones entre las 3 funciones. La búsqueda del equilibrio era la manera de mantener más vivo el proyecto de Dios liderado por Moisés.

Nosotros, con nuestro bautismo, hemos sido consagrados para esa triple misión: ser profetas, sacerdotes y reyes o pastores sabios. Son los 3 principales ministerios en la Comunidad cristiana. Curiosamente, nos preguntamos dónde están estos 3 ministros en nuestras Comunidades. El sacerdote ha acaparado los 3 ministerios; de ahí puede surgir el origen del malestar que sentimos en nuestra Iglesia.



  1. Desvíos que aparecen en el transcurso de la historia del Pueblo de Dios



a).   En la época de la monarquía, el ministerio real o regio tuvo su máxima expresión en los reyes David y Salomón en medio de los tropiezos. Se sustentaron en la práctica de la sabiduría. Esta experiencia se manifiesta en el don de ‘aconsejar y gobernar’. Indicaba la capacidad de quien ayuda a otros a discernir lo correcto y madurar armoniosamente en colectividad. Lastimosamente, en la mayoría de los reyes, se convirtió en una actitud autoritaria y dominadora; desembocó en la sumisión total a su persona (1 Samuel 8,10-18). Estos reyes asumieron el control de toda la vida de su Pueblo y buscaron que los profetas y sacerdotes le fueran sumisos y obedientes. No lo consiguieron de los profetas cuya época de mayor relevancia fue precisamente la de los reyes.

b).   En el período posterior al exilio, no se retomó la organización monárquica. Fueron los sacerdotes quienes, al regreso en Palestina, enmarcaron la vida del Pueblo en la observancia estricta de la Ley de Dios. El Templo y la Ley acapararon toda la vida del Pueblo, sin tomar en cuenta la sabiduría y la profecía. El ideal presentado por los sacerdotes era ‘ser un Pueblo distinto y separado de los demás Pueblos mediante la práctica meticulosa de la Ley de Dios’. No se tomó en cuenta la experiencia acumulada en los tiempos de los Jueces ni de los Profetas. Por medio del Templo, Jerusalén pasó a ser el único lugar por el que todos debían pasar. En el campo, creció el liderazgo de los especialistas de la Ley, con los Escribas y los Fariseos. Por medio de la sinagoga lograron controlar la vida de la gente, marginando a la mayoría que, por causa sobre todo de la pobreza, no podían cumplir con el sinnúmero de prescripciones legales dictadas por los Escribas y Fariseos. Sin embargo, se mantuvo la resistencia en el seno del Pueblo sencillo y logró expresarse en varios libros bíblicos que presentan alternativas proféticas, apocalípticas y sapienciales a la autoridad de los sacerdotes y maestros de la Ley: ahí está la mayor parte de la literatura sapiencial.

c).   En tiempos de Jesús, es evidente el desequilibrio entre las 3 funciones. La organización y el control de la toda la vida del Pueblo estaba en manos de los sacerdotes, maestros de la Ley, fariseos y escribas, todos unidos alrededor del Templo de Jerusalén. No había lugar para la profecía y sobraba la función original del sabio. Jesús se presentó como un sabio que ayudaba al Pueblo a ser el mismo y como un profeta que facilitaba el reconocimiento de las llamadas de Dios. Así lo consideraba el Pueblo de los pobres (Mateo 16,14; 21,11,46; Marcos 6,15; Lucas 7,16,39; Juan 4,19; 9,17).



  1. Salir de la situación eclesiástica actual

        Como lo vimos, originalmente el ejercicio de la sabiduría tenía que ver con la educación y la vida del Pueblo en general. El ministerio real, como en tiempos de los Jueces por ejemplo, era una función orientada por la sabiduría que viene de Dios (Sabiduría 9,10-12), imitando así a Dios que gobierna con sabiduría (9,1-2).

        En la primitiva Iglesia, después de los apóstoles, la clericalización de la Iglesia fue progresiva: los sacerdotes y obispos alrededor del Papa asumieron poco a poco el control de todo la vida del Pueblo de Dios. En la práctica, el ministerio profético se redujo a la catequesis y a la enseñanza repetitiva de las orientaciones de la jerarquía. El ministerio real o pastoral pasó a ser principalmente la administración uniforme de los sacramentos. Por esta misma situación de dominio, la función sacerdotal perdió su propia identidad: ya no se celebraba a Jesús resucitado y al crecimiento de su Reino.

        La crisis actual de muchos sacerdotes y la desorientación de no pocos seglares tiene su gran origen en esta situación. Aquello que era una tensión fecunda entre las 3 funciones sociales de los principales ministerios eclesiales se convirtió en un problema personal de acumulación incorrecta de poderes exclusivos y excluyentes, acaparando lo que no es propio. El problema se irá solucionando si se va dando a cada ministerio la función social que le corresponde, limitando así el ministerio sacerdotal a su carácter propio. Sólo así el sacerdote encontrará su identidad tan importante de presidir las celebraciones, ayudando a descubrir a Cristo vivo entre nosotros y activo mediante su Espíritu para el crecimiento de su Reino. Toda la Iglesia está al servicio del Reino, y cada bautizado a su manera según el don o ministerio que le ha regalado Dios.

-      El Sabio fomentará la organización y el compromiso de la Comunidad: será como la ‘caja de resonancia’ de una guitarra.

-      El Profeta unificará el sentido de las actividades y dará el sentido de los acontecimientos: aportará con ‘varias cuerdas’ a la guitarra.

-      El Sacerdote revelará la continuidad del proyecto de Dios ofreciendo la fraternidad y la fidelidad del Pueblo: ‘tocará’ fuerte para que el Pueblo celebre su alegría y seguridad de sentirse bendecido por Dios.

Por muchas resistencias, personales, de la Comunidad, de la jerarquía, de la mayoría de la gente, de la sociedad en general, no es fácil avanzar en este nuevo rumbo de una mayor fidelidad al proyecto de Dios. La solución exige una significativa disminución del poder sacerdotal en la vida de todo el Pueblo de Dios para dejar su espacio, en particular por medio de los seglares, a los otros 2 ministerios indispensables como son las funciones proféticas y sapienciales. Ya el Concilio Vaticano 2° señala estos caminos en su gran Documento teológico ‘Luz de las naciones’ (Lumen gentium). Ahí se parte del ministerio trinitario para resaltar la necesaria comunión del Pueblo de Dios. Al servicio de aquella comunión se presenta las funciones específicas de la jerarquía donde destacaría la sabiduría, los laicos donde resaltaría la profecía y los religiosos donde predominaría el sacerdocio. Esa manera conciliar de ver la Iglesia ayuda a redescubrir el papel de servicio al que son llamados los 3 principales ministerios del Profeta, del Sabio y del Pastor. Así nuestra Iglesia será protagonista más visible y eficaz del Reino de Dios inaugurado por Jesús.





 C A P Í T U L O   7  :   E L   L I B R O   D E   L A   S A B I D U R Í A.



INTRODUCCIÓN

                El libro de la Sabiduría fue el último que se escribió en el Antiguo Testamento. Con él llegamos a la puerta del Nuevo Testamento. Ese período se caracterizó por la presencia de varias culturas y tradiciones religiosas en el Medio Oriente, en particular la difícil cohabitación de la religión judía con la cultura griega.



  1. El título del libro

        La tradición griega lo llama el libro de la ‘Sabiduría de Salomón’, indicando así que su autor era el más sabio de los israelitas (7,1-15). La versión latina de la Biblia conocida como ‘Vulgata’ lo designa simplemente como el libro de la ‘Sabiduría’. Los Padres de la Iglesia lo citan como ‘la Sabiduría de todas las verdades’, ‘la Divina Sabiduría’, ... Después del siglo 3°, la tradición cristiana se quedó con el nombre de ‘Sabiduría’.



  1. El autor y la época

        Todos los especialistas están de acuerdo en situar el libro de la Sabiduría muchos siglos después de Salomón. No se conoce el nombre del autor. Este conocía muy bien la situación de la ciudad egipcia de Alejandría en el último siglo del Antiguo Testamento. Por eso, se piensa que es un judío emigrado a Alejandría que escribió en griego el libro de la Sabiduría por los años 50 antes de Cristo.



  1. El objetivo y los destinatarios

        En la primera frase del libro el autor se dirige a los monarcas paganos (1,1; 6,1,9,21) buscando presentar un tratado sobre un gobierno justo. Era para llamar la atención a los judíos que vivían en Alejandría. Estos judíos en diáspora se habían visto forzados a dejar la Palestina para emigrar. Esto ocasionó en muchos de ellos muchos conflictos, una pérdida de identidad y el abandono de la fe en Yahvé. La cultura griega era predominante en Egipto y hostil a otros cultos (2,12).

        El libro de la Sabiduría nació en ese contexto y buscaba ser una propuesta de resistencia para las Comunidades judías en Egipto. El autor se alimenta de las Escrituras y de su conciencia histórica para confirmar la fe, sostener la esperanza y animar a las Comunidades para que se dejen embaucar por las novedades de una vida fácil, idólatra e injusta. Para lograr su objetivo, evoca el patrimonio cultural y religioso de los antepasados, fortaleciendo de esta manera la identidad del Pueblo judío, dándole la capacidad de resistir en el presente y caminar hacia el futuro con una nueva luz y mayor esperanza.



  1. La división del libro

        El libro de la Sabiduría se divide en 3 partes:



a).   La Sabiduría se presenta como fuente de felicidad e inmortalidad (capítulos 1 al 5).

b).   Presentación del origen, la naturaleza y las propiedades de la sabiduría (6-9).

c).   Las manifestaciones de la sabiduría y de la justicia en la historia (10-19), con 3 temas principales:

-          La Sabiduría salva a los justos y castiga a los injustos (10-12),

-          La idolatría es el camino opuesto a la sabiduría (13-15),

-          La historia de Israel resalta el contraste entre el destino de Israel y la situación de los egipcios (15-19).



B. MENSAJES Y CLAVES DE LECTURA



  1. Los grandes mensajes

        El libro de la Sabiduría contiene mensaje muy importante no sólo para el Pueblo judío de Alejandría, sino también para nosotros hoy. No añade novedades históricas ni hace grandes anuncios proféticos, pero:

-          Trata de leer los hechos de la vida, los fenómenos de la naturaleza y los acontecimientos históricos a la luz de la Sabiduría divina.

-          Contempla la realidad cotidiana sin esperar manifestaciones extraordinarias de Dios.

-          Nos enseña a buscar y encontrar la verdadera sabiduría presente en la historia y trascendente a ella.

-          Partiendo de una relectura del pasado del Pueblo, ilumina el presente y el futuro, y ayuda a responder a las preguntas fundamentales de la vida, frente a las propuestas de la cultura griega: ¿Quién es Dios? ¿Quién es el hombre? ¿Cuál es nuestro futuro?

-           

a)    ¿Quién es Dios? Esta pregunta surgió por la variedad de los cultos y las religiones presentes en Alejandría. El autor trae a la memoria los distintos rostros con que se presentó Yahvé a lo largo de la historia de Israel. Dios es ‘aquel que es’ (13,1), haciendo alusión a su manifestación central luego del éxodo de Egipto (Éxodo 3,14). Él es ‘el Creador’ (13,3,5). Él es ‘justo’ y su justicia lo dispone todo  (12,2,5,15-22). Es el ‘Dios de la Vida’ que ama a todos (11,24,26) y tiene compasión de todos (11,23) Añade el autor un nuevo rostro: Dios es el ‘Guía de la Sabiduría’ orientando a los sabios y los justos (7,15; 16,7). Por medio de la sabiduría todos los hombres tenemos la oportunidad de ‘hacernos amigos de Dios’ (7,14,28). El libro de la Sabiduría se presenta como un preludio al amor universal de Dios presentado por Jesús, es el primer bosquejo del ‘Dios-Amor’ de las cartas de Juan (1ª: 4,7-21).

b).   ¿Quién es el hombre? La filosofía griega tenía una visión dualista del hombre: el cuerpo malo y el alma buena. Reconociendo estas 2 realidades (9,15), el autor insiste en la unidad y la bondad de la persona humana. Para él, ‘alma, espíritu y mente’ son el soplo vital que convierte al ser humano, hecho de barro (Génesis 2,7), en un ser viviente partícipe de la vida misma de Dios.

c).   ¿Cuál es nuestro futuro? Es la pregunta de todas las generaciones, tanto en los tiempos de la Biblia, como en nuestros días. ¿Por qué sufren tanto los buenos y los justos y por qué gozan de la vida los injustos y los opresores? Y más particularmente, ¿cuál es el futuro después de la muerte?

-          Los Judíos respondían que la vida continúa después de la muerte. De ahí había nacido le fe en la resurrección (Daniel 12,2-3; 2 Macabeos 7,9 y 12,44).

-          El autor evita de hablar de resurrección, término que chocaba con las ideas filosóficas griegas (Hechos 17,32). Pero afirma su fe en la inmortalidad. La presenta como la comunión con Dios y la participación de su vida eterna. Dios garantiza esta inmortalidad a todos los que aman la justicia (3,1-9) y son discípulos de la sabiduría (6,13-18). La sabiduría nos enseña que la práctica de la justicia es el camino a la inmortalidad (1-5).



  1. Claves de lectura

        El libro de la Sabiduría se sitúa en un contexto totalmente distinto de la tradición histórico-religiosa del Pueblo de Dios. Las Comunidades judías de la ‘diáspora’ o dispersión sufrían la tentación de distanciarse, de perder su identidad y su fe, de abandonar el proyecto liberador de Yahvé-Dios. He aquí diferentes claves de lectura para enfrentar esta situación, tanto de ayer como de hoy, desde la práctica de la sabiduría:

-          Libertad para releer los hechos del pasado.

-          Búsqueda de la identidad a través de la memoria histórica.

-          Presencia de Dios en el caminar de su Pueblo. Dios no esconde su rostro, sino que se revela siempre de una manera nueva. Él nos ofrece un futuro de esperanza y de justicia en las circunstancias que nos toca vivir.

        Con estas claves de lectura podremos leer e interpretar el libro de la Sabiduría como una puerta de entrada para acoger mejor la Buena Nueva de Jesús y el Reino de justicia que estalla en el Nuevo Testamento.





TEMA 18: LA SABIDURÍA Y EL EJERCICIO DEL PODER



‘Amen la justicia, ustedes que gobiernan la tierra’ (Sabiduría 1,1)



Mensaje: Todos tenemos poder de decisión sobre uno mismo y sobre los demás. El ejercicio del poder consiste en la práctica de la sabiduría. Nuestra fe en el Dios Providencia nos abre muchos caminos al servicio del bien común.



Motivación: En estos tiempos estamos viviendo una crisis aguda en el ámbito político. Por sus malas actuaciones, varios presidentes han sido derrocados en varios países de América Latina. Un sistema, el neoliberalismo, basado en la corrupción y la falta de ética, es la causa principal de esta situación. La víctima es el Pueblo de los pobres que pasa a ser ‘masa sobrante’, destinadas no sólo a ser marginada y excluida, sino a eliminar. Pero en este contexto, siempre se elevan voces individuales y colectivas que, desde la sabiduría popular, levantan la voz pidiendo más ética y más justicia.

                Estas voces son de todos los tiempos, tal como lo proclamó el libro de la Sabiduría: ‘Amen la justicia, ustedes que gobiernan la tierra’ (1,1). Este grito resuena al unísono en medio de un mondo donde no deja de crecer el abismo escandaloso que separa a ricos y pobres tanto personas como países. El libro de la Sabiduría ilumina una de las cuestiones más desafiante para nuestra vivencia ética y cristiana: el ejercicio del poder. Se nos presenta a Dios como el único ‘Poderoso’ que gobierna con su providencia bondadosa. El texto que vamos a profundizar hoy trae exhortaciones para los gobernantes y los individuos que ejercen cualquier tipo de poder. Habla de grupos grandes y poderosos en contraste con el Pueblos de los pobres y pequeños. Trae amenazas bastante graves para los que pisotean el derecho y la justicia.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: El poder al servicio del bien común.

  1. ¿Cómo se ejerce el poder en el barrio, la ciudad, el país?
  2. ¿Cómo ejercemos el poder en nuestra propia casa?
  3. ¿Cuándo hacemos del ejercicio del poder un servicio al bien común?

Palabra de Dios. Sabiduría 1,1 y 6,1-21: ¡Pobres de aquellos que organizan  la opresión!

  1. En esta lectura, ¿cuáles son las exhortaciones que el autor dirige a los gobernantes?
  2. ¿Qué amenazas profiere el autor contra quienes no proceden con rectitud y temor a Dios?

Hoy nosotros: La práctica de la sabiduría desde lo personal hasta lo político.

  1. A partir de esta lectura, ¿qué relaciones hacemos entre el ejercicio del poder y la práctica de la sabiduría?
  2. ¿Dónde hace más falta transformar el mal ejercicio del poder?
  3. ¿Qué retos y mensajes nos trae esta lectura para nuestra conducta personal y nuestro compromiso social?

Oraciones comunitarias. Recemos Sabiduría 9,1-18. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro veremos cómo los ídolos están en total oposición a Yahvé, el Dios de la vida. Leamos Sabiduría 13,10-14,31 e Isaías 44,9-20.



Comentario 18: SABIDURÍA Y POLÍTICA



                Desde su primer versículo, el libro de la Sabiduría une la fe con el amor y la justicia, el nombre de Dios y su búsqueda sincera con el ejercicio sabio del poder. ‘¡Amen la justicia, ustedes que gobiernan la tierra! Tengan con el Señor los sentimientos que convienen, búsquenlo con un corazón sincero’ (1,1). Esta primera frase resume el programa del libro, el cual nos da criterios de discernimiento para una política justa cimentada en la sabiduría.



  1. Organización social y política en las ciudades griegas

        Alejandría era una ciudad colonizada por los Griegos. Las ciudades griegas tenían una organización propia y autónoma basada en un sistema de libre mercado y la esclavitud. Tan sólo los ‘hombres libres’ eran miembros con voz y voto en las decisiones políticas. Las mujeres, los campesinos y los esclavos nos intervenían en la vida de la ciudad. Eran los explotados y marginados de la época. Constituían más o menos el 85% de la población.

        Desde el punto de vista religioso, cada ciudad tenía su divinidad masculina y femenina. Alrededor de estos dioses, la ciudad entera se reunía para rendirles culto. Los sacerdotes eran las personas que organizaban el culto. También se acostumbraba a divinizar a los reyes y, más tarde, al emperador romano (14,17-21).

        Los destinatarios del libro de la Sabiduría conocían bien esta situación por sufrirla en la mayoría de los casos: marginación y exclusión de las decisiones políticas, confusión y manipulación religiosa.



  1. La sabiduría huye de la corrupción y de la doblez

        El autor del libro de la Sabiduría nos llama la atención sobre el peligro de la corrupción y la injusticia en el ejercicio del poder. La idolatría o adoración de falsos dioses es la fuente de la corrupción (14,22-31) y la causa de todos los males. La sabiduría identificada con el ‘santo espíritu de Dios’ desprecia la práctica de la injusticia: ‘El santo espíritu huye de la doblez, se aleja de los pensamientos sin sentido, es rechazado cuando sobreviene la injusticia’ (1,5).

        Sabiduría y política saben caminar una al lado de la otra para garantizar el ejercicio del poder como servicio de la justicia y del amor. Un gobierno justo encuentra su inspiración en el poder y la sabiduría del único y verdadero Dios, Yahvé. Debe apartarse de la corrupción y la doblez presentes en una religión falsa y engañadora (14,12,17-21 y 15,1-3).



  1. Criterios para una ética política

        El libro de la Sabiduría, conocido como el ‘Tratado ideológico’ más importante del Antiguo Testamento, recordaba al Pueblo los criterios más importantes que recordaron los Profetas para una política justa. Por ejemplo, Isaías proclamó el proyecto de una sociedad ideal (11,1-16) cuyo poder será ejercido por el ‘Siervo de Yahvé’ (40-55). Este proyecto se convertirá en ‘Luz de las Naciones’. El objetivo común de los profetas era restablecer la justicia y el derecho (Isaías 1,16-17 y 56,1; Amos 5,14-15; Oseas 2,21; Miqueas 3,1,9; Zacarías 7,9-10). Para conseguir esto era necesario volver a los principios del tiempo de los Jueces (Jueces 21,25) y las leyes que defendían los derechos de los pobres (Éxodo 22,20-27; Deuteronomio 10,14-22 y 15,1-11).

        El libro de la Sabiduría, sin hacer referencia directa a estos textos, bebe de sus fuentes y se nutre de este patrimonio cultural y religioso. Señala 3 criterios fundamentales para que el ejercicio del poder se convierta en servicio de la justicia.



a).   El único soberano de todo y todos es Yahvé. Él es el primero y el último. Todo poder en la tierra proviene de él y debe comprenderse como participación de su sabiduría y providencia (9,1-12; 13,1; 15,1-3; Isaías 48,12).

b).   Quien gobierna en la tierra debe buscar solamente realizar la voluntad de Dios (9,13-18). La sabiduría es un son divino que auxilia la debilidad humana, ayudando a gobernar con justicia. Yahvé sondeará las intenciones de los gobernantes y juzgará sus acciones (6,3).

c).   Yahvé, el Dios liberador, da primacía a los pobres y sencillos. Ama a todos, pero juzga desde ellos. De igual manera, los que gobiernan en esta tierra deben dar prioridad a las personas y grupos marginados de la sociedad (6,6-8).

        Jesús confirmó estos criterios señalados por los Profetas y el libro de la Sabiduría. ‘¡Felices los pobres! (Lucas 6,21). ‘Los que se consideren jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Por l contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero se hará esclavo de todos’ (Marcos 10,42-44).



  1. Proyecto de resistencia

        El libro de la Sabiduría, como cualquier otro libro de la Biblia, está condicionado por el contexto histórico a partir del cual fue escrito. Su proyecto político y religioso es un proyecto de resistencia. Esta resistencia comienza en lo cotidiano de la vida. Exige perseverancia y vigilancia. Por eso representa una luz para el horizonte al que apunta. Los rasgos del proyecto de una sociedad nueva, esbozados por los Profetas y el libro de la Sabiduría, se concretaron en el ‘Proyecto Apocalíptico’ de un ‘Nuevo Cielo y un Nueva Tierra’ (Daniel 2 y Apocalipsis 21,1-8). Esta es la luz, el camino y la esperanza por las que vivimos, creemos y luchamos.

        Nuestro tiempo se caracteriza, de una parte, por grandes choques de culturas y religiones, y por otra, de grandes resistencia de grupos populares y comunidades eclesiales de base. Las multitudinarias manifestaciones mundiales contra los organismos del sistema neoliberal (Fondo Monetarios Internacionales, Organización Mundial del Comercio, Área de Libre Comercio para las Américas, Guerras e invasiones neocolonialistas) claman por otro orden internacional. Los grandes encuentros mundiales de estos últimos años, como los Foros Sociales Mundiales de Porto Alegre (Brasil) y los Foros Sociales continentales, proclaman que ‘otro mundo es posible y necesario’ y animan a todos los grupos y organizaciones que ya han empezado a vivir de otra manera, alternativa al sistema neoliberal. Estamos construyendo un futuro distinto, desde los sectores populares.



  1. Conclusión

        La sabiduría unida en la política encuentra en la práctica de Jesús su referencia concreta y única. En él todas las cosas fueron transformadas y renovadas. ‘Él que estaba sentado en el trono dijo: Ahora todo lo hago nuevo’ (Apocalipsis 21,5). Por un lado, el proyecto de una nueva sociedad es iniciativa de Dios. Comenzó con el llamado de Abraham, la misión de Moisés, las palabras de los Profetas y de los Sabios, y se concretizó en Jesús, con el Reino en sus dimensiones personales, colectivas y sociales. Por otro lado, este proyecto de nueva sociedad no se realiza sólo como consecuencia de los buenos proyectos políticos humanos. La gran enseñanza del libro de la Sabiduría es esta: el Reino de Dios se realiza por la acción conjunta y consciente entre Dios y su Pueblo. Las estrategias políticas humanas son muy importantes para la transformación de la sociedad, pero sólo serán eficaces y válidas si encuentra su inspiración en la sabiduría del Pueblo de los pobres, donde Dios se esconde por excelencia.





TEMA 19: LOS ÍDOLOS DE MUERTE CONTRA YAHVÉ, EL DIOS DE LA VIDA



‘¡Bendito el leño del que se hace un recto uso!’ (Sabiduría 14,7)



Mensaje: La sabiduría es un regalo de Dios. Al utilizarla para lo malo, creemos ídolos que nos destruyen: el dinero, la fama, el poder... La verdadera sabiduría es testimonio del Dios de la Vida, liberador de los pobres.



Motivación: El Concilio Vaticano 2° (1965) reveló toda una renovación en nuestra Iglesia, particularmente entre los cristianos pobres de América Latina. El Papa Juan 23 proclamaba, la víspera del Concilio, que ‘la Iglesia quiere ser de todos, pero más particularmente la Iglesia de los Pobres’, retomando la expresión de unos obispos latinoamericanos que se habían auto llamado ‘Iglesia de los Pobres’. El gran interés de los pobres por la Biblia, por los años 60, les hizo descubrir que Dios era el Dios de todos, pero sobre todo el Dios de los Pobres. Era ‘Yahvé’, el Dios con los pobres (o sea Emmanuel), liberador (o sea Jesús) de los Pobres. Y Dios seguía revelándose en sus luchas de liberación.

                Esta toma de conciencia permitió desenmascarar los ídolos de muerte que se disfraza de ‘ángel de luz’, al justificar la miseria, silenciar las injusticias, fomentar el individualismo y la pasividad, ocultar sus empresas de dominación y despojo... La profundización del texto de hoy presenta el contraste entre la sabiduría y la idolatría. El autor se exprima con ironía para mostrar la vaciedad del culto a los ídolos. Los ídolos impiden conocer y reconocer al verdadero Dios, encubren necesariamente un la esclavitud y la opresión, nos oponen los pobres unos contra otros y buscan satisfacer intereses personales de unos pocos. Solamente quien adora el Dios de la Vida es capaz de asumir su proyecto de liberación y fraternidad. Veamos.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: Los ídolos de muerte

  1. ¿Cuáles son los ídolos de hoy y qué situaciones provocan entre nosotros?
  2. ¿Quiénes fabrican estos ídolos y por qué tienen tanto interés en mantenerlos vivos¡

Palabra de Dios. Sabiduría 13,10-14,31: ‘Con cosas que se mueren, me voy muriendo yo’.

  1. ¿Qué imágenes del pasado utiliza el autor para mostrar que la idolatría no llena las aspiraciones más profundas de la persona?
  2. ¿Con qué imágenes habla el autor de la providencia de Dios?

Hoy nosotros: Testigos del Dios de la vida y liberador de los pobres

  1. ¿Qué personas, grupos e instituciones están fomentando entre nosotros el compartir, la solidaridad, la participación?
  2. ¿Qué es lo que nos motiva a nosotros para denunciar y destruir los ídolos de muerte?
  3. ¿Cómo manifestamos que creemos en un Dios de vida, liberador de los pobres?
  4. ¿A qué compromisos nos sentimos llamados después de esta reflexión?

Oraciones comunitarias. Recemos al salmo 115. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro veremos el Salmo 41. Este salmo nos muestra cómo los pobres del Antiguo Testamento rezaban al Dios de la Vida. Pensemos en quiénes son los pobres que Jesús llama ‘felices, porque de ellos es el Reino de Dios’ (Lucas 6,21).



Comentario 19: PROVIDENCIA DIVINA EN UN MUNDO DESHUMANIZADO



                ‘Si Dios quiere’, ‘Sólo Dios sabe’, ‘Dios escribe resto en renglones torcidos’, ‘Así lo quiso Dios’,... Alguna vez hemos utilizado estas expresiones u otras similares. En ellas está una forma de creer en la Providencia de Dios. La palabra ‘providencia significa: previsión, presentimiento, provisión, predestinación,...

                En la Religiosidad popular, la fe en la Providencia está muy marcada. Naturalmente la gente confía en Dios y le atribuye el origen de todo lo que sucede. Pero muchas veces se confunde ‘providencia’ con tener suerte o predestinación. La interpretación bíblica nos va a ayudar a interpretar correctamente lo Providencia de Dios.



  1. La providencia en la filosofía griega

        En la filosofía griega, la providencia está ligada a una visión estática de la historia. Se la comprende como una fuerza oculta que orientara y moviera todo lo que existe y acontece en el mundo, hacia una finalidad determinada de antemano. Hasta los acontecimientos más difíciles de interpretar estarían orientados hacia un fin más elevado que está por encima de todas las cosas. De ahí proviene la idea de una providencia ligada al destino, la predestinación, la fatalidad.

        En consecuencias, la sabiduría griega consistía en la resignación voluntaria y en un sentimiento de abandono pasivo a ese destino que todo lo dirige y gobierna. En esta comprensión de la providencia, la persona queda como esclava de un destino superior y la historia sujeta a un camino fatalista trazado de antemano. De ahí nace la actitud de sumisión ciega a un supuesto destino del cual no podríamos escapar. Al nivel religioso, la consecuencia de esta creencia la resignación, el conformismo, la inmolación y las distintas actitudes de pasividad, borreguismo y desesperanza. Dentro de esta lógica hay que abandonarse a un proyecto superior preestablecido en que unos están gozando y otros castigados, ya que esto es considerado como expresión de la voluntad divina.



  1. La Providencia en el libro de la Sabiduría

        En nuestro texto de reflexión encontramos, por primera y última vez en toda la Biblia, el término de ‘providencia’ aplicado a Dios: ‘El arte del artesano confeccionó este barco, pero es tu providencia, oh Padre, que lo conduce. Tú has abierto un camino en el mar y trazado una ruta segura por entre las olas. Así nos demuestras que puedes salvarnos en cualquier parte, aunque uno se embarque sin gran experiencia’.

        Este texto se sitúa en el contexto de la narración de los hechos históricos de Israel. El autor usa la imagen del timonel o capitán del barco para expresar la vigilante providencia de Dios Padre. La confianza en la providencia de Dios establece una clara oposición con la idolatría y con la ambición de aquellos que adoran ídolos fabricados de acuerdo a sus intereses humanos. En lugar de confiar en Dios y compartir con sus compañeros organizados, confían en la acumulación de bienes, en el lucro de los negocios y en la técnica deshumanizante.

        En su conjunto, el texto de Sabiduría 14,1-8 evoca la experiencia central de fe del Pueblo de Dios en el Éxodo. Esta experiencia se convirtió en el acontecimiento salvífico fundante en la memoria y la identidad del Pueblo de Dios. Unos elementos claves, como el paso por el mar Rojo (Sabiduría 14,3), los signos de liberación y de vida (14,4,6), son manifestación de la providencia activa y vigilante de Yahvé. Él es el Dios vivo comprometido en la historia del pueblo elegido por él mismo.

        En la Biblia, la providencia no es sólo un atributo de Dios, sino que es su acción benevolente en la historia. Es el mismo Dios que, con la cooperación de su Pueblo, quiere transformar la historia en Historia de Salvación. En el libro de la Sabiduría, el término ‘providencia’ aparece como memoria de las grandes acciones realizadas por Yahvé a favor de su Pueblo. Él no es un Dios ajeno a las realidades humanas del mundo, ni alienado por la fatalidad histórica. Está totalmente activo dentro del proceso, conduciendo a la humanidad hacia la promesa que está más allá de la transitoriedad de la historia. Por eso es más sabio confiar en la providencia del Padre que en las ilusiones engañosas de los ídolos, con innumerables rostros atractivos y seductores.



  1. La fe en la Providencia, en el contexto actual

        Nuestra fe tiene que dejarse cuestionar por las exigencias de la justicia y de la misericordia, inseparablemente ligadas al nombre de Dios. ¿Cómo creer que Dios es providencia para todos en un contexto de miseria creciente, fruto del enriquecimiento descarado de una minoría que detenta un poder cada vez más grande? ¿Cómo proclamar a Dios providencia en un contexto de resignación religiosa tan poderoso en la gente sencilla? La llamada a la ‘confianza en la providencia’ se ha convertido en un pretexto para hacer aceptar como querida por Dios una situación de dominación por parte de los poderosos sobre los débiles y sencillo, en complicidad con la mayoría del clero.

        La fe en la Providencia debe ser vivida y entendida en el contexto contradictorio de la vida oprimida, explotada, mutilada y masacrada en proporciones nunca vistas antes. No enfrentamos con una contradicción mortal. Por una parte, decir que Dios es providencia es afirmar que él está presente en toda la trama humana, aunque sean frágiles, provisorias e destructoras: Dios ama el mundo a pesar de sus contradicciones. Por otra parte, no podemos sacralizar personas, lugares, situaciones, instituciones como presencia de Dios cuando no cumplen con la justicia, la verdad y el respeto de todos los valores humanos. Hay que denunciar esta idolatría destructora y deshumanizante que ‘usa en vano el nombre de Dios’, es decir contra lo que Dios es verdaderamente. Dios es el Dios de la Vida, de los Pobres; es liberador y nunca puede ser utilizado para oprimir, engañar, mantener pasivo y cómplice de la maldad y de la muerte.

        La fe en la Providencia leída desde el Éxodo nos ayuda a comprender que la Providencia de Dios pasa por la responsabilidad y la organización humana. Dios nos ayuda sin nuestros esfuerzos ni nos libera sin nuestra participación consciente y organizada. La gran lección del éxodo de Egipto es que una masa de esclavos asume un proceso de liberación que se va dando poco a poco. De un lado, este proceso cuenta con la confianza y el apoyo del Dios de Abraham, Isaac y Jacob en una actitud de abandono a su providencia. Dios permite que este Pueblo que salió de Egipto con su protección encuentre suficiente alimento para continuar adelante (Éxodo 16,9-16). De otro lado, este proceso de liberación requiere de la decisión y organización de los involucrados en él. El respeto al derecho y a la supervivencia del otro lleva a no acumular, a no aprovecharse de los más débiles, a repartirse las responsabilidades, a decidir juntos, a ser agradecidos. Esto es el fruto de las duras experiencias vividas en la travesía incierta del desierto.

        Así nació la certeza de que los bienes y los logros son por una parte dones gratuitos de Dios providencia y por otra resultado de los necesarios esfuerzos y la indispensable organización humana. Dios está indisociablemente ligado a nosotros y viceversa para que avance la historia según el sueño de Dios y lo mejor de nuestros sueños. Esto nos hace comprender que nos toca hoy ser instrumentos conscientes y organizados de la providencia de Dios en las múltiples situaciones de injusticia que los tiempos actuales nos presentan.

        Gracias es esta fe comprendemos mejor la Palabra de Jesús en el Sermón del Monte; ‘Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y lo demás vendrá por añadidura. Por lo tanto, no se preocupen por el día de mañana; pues el mañana se preocupará por sí mismo’ (Mateo 6,33). Se entiende que, al estar unidos en la construcción del Reino y en el establecimiento de su justicia, los problemas se van resolviendo en su tiempo: ‘A cada día bastan sus problemas’: mañana es otro día. Si, gracias a Dios y a nuestros esfuerzos mancomunados, hemos enfrentado los problemas de hoy mañana seremos capaces de enfrentar los que se presentarán. No hay situaciones sin salidas, menos cuando nos aislamos de los demás y lo esperamos todo de Dios. Su Providencia se expresa en nuestro compartir, nuestra solidaridad y nuestra organización, a pesar de las situaciones de extrema injusticias y aparentemente sin salidas. Dios y nosotros, y nosotros con Dios estamos forjando este Reino que sustituye la maldad de muchos y los fracasos diarios. El misterio de la vida y del amor hace su obra providente en el misterio del mal y de la muerte, Dios y nosotros y su mano sobre nuestros hombros juntados.





TEMA 20: ORACIÓN DE UN POBRES. Los salmos de los pobres.



Mensaje: Los Salmos son la expresión privilegiada de la oración de los pobres. A través de ellos, expresan individual y colectivamente sus dificultades y anhelos, en particular la venida de un rey pobre y servidor.



Motivación: El Pueblo de los pobres creó y continúa creando su propio modelo de rezar: novenas, bendiciones, procesiones, peregrinaciones, etc. Es la oración de la gente sencilla. Rezan a la vida, a Dios, a los Santos para resistir y continuar el camino. La religiosidad popular es su propiedad y tesoro donde se expresan libremente desde el corazón. Es una gran fuerza colectiva y puede ser liberadora si se la relaciona con la Palabra de Dios.

                El salmo 41 que vamos a profundizar es una lamentación individual, el género más frecuente en los Salmos. Esta lamentación nace de una profunda experiencia de Dios. Esta oración bíblica va a iluminar nuestra propia oración y animar nuestra fe.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: La fuerza de la religiosidad popular

  1. ¿Cuáles son las manifestaciones de la religiosidad que más nos gustan?
  2. Cuando rezamos, ¿cuál es generalmente el contenido de nuestra oración?

Palabra de Dios. Salmo 41: Una lamentación individual hacia Dios.

  1. ¿Qué imágenes y comparaciones se usa en este salmo?
  2. Según este salmo, ¿en qué situación se encuentra su autor?
  3. Según nuestro parece, ¿cuál sería la en conflicto mayor por el que está pasando el salmista?

Hoy nosotros: Rezar desde lo que sentimos y vemos

  1. ¿De qué manera nos identificamos con la oración de este salmista?
  2. ¿Qué estamos descubriendo de nuevo para nosotros en esta oración del salmista¡
  3. Gracias a esta reflexión, ¿qué novedades vamos a confirmar o introducir en nuestra manera de rezar?

Oraciones comunitarias. Recemos este mismo salmo 41. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro comenzaremos nuestra reflexión sobre las novelas populares. Leamos la introducción a las mismas y meditemos Judit 9,1-4 y 16,1-17.



Comentario 20: LOS POBRES EN LA BIBLIA, UNA VENTANA PARA DIOS



                El tema de ‘los pobres en la Biblia’ es muy amplio. La Biblia es como una mesa donde hay comida para todos los gustos, y donde cada uno, rico o pobre, encuentra algo que le sirve. Ofreceremos aquí sólo unas claves de lectura para introducirnos en el tema.

                En la Biblia, la riqueza es presentada de diversas maneras: como bendición (Proverbios 22,4) o maldición (Sirácides 2,26 y 5,9; Apocalipsis 3,17). De igual manera, la pobreza es tratada a veces como una vergüenza y un castigo ((Proverbios 13,18 y 10,15), fruto de la pereza (10,4; 19,15). O aparece como una bendición y querida por Dios ((Proverbios 13,7; Isaías 57,15; Sofonías 2,3 y 3,12). En la Biblia podemos encontrar frases para legitimar cualquier postura ante la pobreza. ‘¿Cómo podemos salir de esta contradicción?

                Miremos las curvas de una carretera de montaña. Si miramos tan sólo el trecho donde uno se encuentra, sin vislumbrar el conjunto, se dice: ‘Esta carretera va al norte’. Un poco más lejos: ‘Esta carretera va al sur’, porque hay trechos en todas las direcciones. Pero la dirección general es una sola. Si olvidamos el punto de partida y si desconocemos el punto de llegada, nuestros juicios van a ser erróneos. Esto vale para la Biblia, en particular para las frases sobre la pobreza y la riqueza. Es cierto que hay frases en todas las direcciones y así podemos legitimar puntos de vistas contradictorios. Las frases sobre la riqueza y la pobreza tienen que ser situadas y analizadas dentro de un conjunto más amplio del libro y de la época, porque hay en la Biblia un proyecto de Dios, un dirección clara. Veamos.



  1. Palabras que usa el Antiguo Testamento para hablar del pobre

        En todo idioma, la palabras son como ‘ventanas’. Nos permiten mirar hacia el interior de la casa. Y también nos permiten saber cómo, en aquel tiempo se miraba hacia fuera. Para la gente del Antiguo Testamento, la pobreza nos era una situación proveniente del azar, sino el fruto de una cierta organización social. Entrelazaban las palabras ‘rico’ y ‘pobre’. Miremos las distintas palabras para designar al pobre.



-      ‘El encorvado’. En la Biblia, se encuentra 75 veces esta palabra y 25 en los Salmos. ‘Encorvado’ es aquel que vive bajo presión, que debe mirar hacia arriba; es dependiente, oprimido, humillado, afligido, miserable. Por causa de su situación, no puede levantar la cabeza, porque delante de él está el opresor, causante de esta situación.

-      ‘El pequeño’. (20 veces y 11 en los Salmos). El pequeño es el humilde que se reconoce pequeño ante Dios, en una actitud interior. Está relacionado con ‘agachado, encorvado, oprimido’.

-      ‘El insignificante’. (48 y 5 en los Salmos). Es aquel que es reducido, anulado, frágil, deprimido. Indica una situación de marginación porque carece de valor y reconocimiento

-      ‘El indigente’. (61 y 23). Es el carente, el necesitado, el oprimido, como el mendigo que necesita pedir a otros. Ante Dios se reconoce como pecador.

-      ‘El pobre’. (24 y sólo 2 en los Salmos). Es una palabra tardía y más neutra. Repetida en los Proverbios, no aparece en los Profetas.

Estas distintas palabras nos muestran como la Biblia se fijó en la pobreza y la registró. De estas 5 palabras, 4 no son neutras. Expresan una situación provocada que exige cambios. Los pobres son los ‘empobrecidos’. No se trata de que el rico le pregunte al pobre: ‘¿Por qué es usted pobre?’, sino más bien, que el pobre le cuestione al rico: ‘¿Por qué es usted rico?’



  1. Los profetas y el movimiento de los pobres

        Hay una profunda convicción que recorre toda la Biblia: si el Pueblo y sus dirigentes hubieran sido fieles a la Alianza, no existiría opresión ni pobreza. La aparición de los pobres es una señal de la ruptura de la Alianza, diseñada en los 10 mandamientos (Éxodo 20,1). Los profetas captaron esta situación e hicieron de ella el mayor eje de sus mensajes. ‘No habrá pobres entre ustedes’, ponía como meta el autor del Deuteronomio (15,4). Y las leyes de los años Sabáticos y del Jubileo buscaban confirmar este objetivo (Levítico 25).

        La palabra ‘pobre’ aparece por primera vez con el Código de la Alianza (Éxodo 22,24 y 23,3,6-11). Este fue redactado en la época en que se daban las primeras contradicciones dentro del sistema igualitario de las tribus. La élite, favorecida por el nuevo sistema monárquico, hacía caso omiso de las llamadas de los profetas. No querían abandonar sus privilegios para que se siguiera con la igualdad fraterna. Con el paso de los años y siglos, fueron aumentando las diferencias económicas y apareciendo las clases sociales. Es significativo que, a partir del tiempo de los reyes, las palabras ‘riqueza’ y ‘pobreza’ aparecen con más frecuencia. Las leyes literarias del paralelismo hebreo permiten concluir, algunas veces, los profetas llegan a identificar ‘pobre con justo’ (Amos 2,6) y ‘rico con criminal’ (Isaías 53,9). Todo esto nos muestra una evolución social contraria al plan de Dios y a los objetivos de la Alianza.

        Hacia el final de la monarquía, los profetas dieron un nuevo paso: hacen la opción por los pobres. Anunciaron que el Pueblo de los Pobres era, en nombre de Dios, el espacio que iba a garantizar la realización de las promesas de Dios: ellos eran los portadores de su proyecto. El profeta que habló de esto con mayor claridad es Sofonías: ‘Dejaré subsistir en medio de ti un pueblo humilde y pobre que confiará siempre en Yahvé’ (3,11-13). Ya está naciendo la espiritualidad de los pobres. En esta línea surgieron otras nuevas alternativas:

-          La reforma de Godolías. Fue apoyada por Jeremías pero sofocada desde el palacio real de Jerusalén (Jeremías 40,6-16).

-          La propuesta del libro de Rut. El futuro del Pueblo de Dios estuvo en una mujer extranjera, pobre y viuda: Rut.

-          La conciencia de una nueva misión. Esta se expresa en los 4 Canto del Siervo Sufriente de Isaías (42,1-9; 49,1-6; 50,4-9 y 52,13-53.12).

-          La creciente esperanza mesiánica.



  1. Los pobres y la esperanza mesiánica

        La tensión entre ‘Mesías rey’ y ‘Mesías pobre’ atraviesa todo el libro de los Salmos. Hay salmos de los reyes y salmos de los pobres. La clave que permite de unirlos es Jesús que fue un rey pobre, sufrido y servidor del proyecto de Dios.

        Las primeras Comunidades de Palestina fueron muy pobres, a tal punto que las Comunidades de Asia menor y Grecia hicieron una colecta para venir en ayuda de ellas (Hechos 11,29; Gálatas 2,10 y 2 Corintios 8-9). A causa de su pobreza y del testimonio de Jesús aprendieron a ponerlo todo en común para que no hubiera indigentes entre ellos (hechos 2,44-45 y 4,32-25). De esta manera realizaban las promesas de la Alianza y actualizaban el Reino de Dios inaugurado por Jesús. Siendo pobres, crecía en ellos la conciencia de ser ‘el resto de Israel, el Pueblo humilde y pobre’ anunciado por Sofonías’; veían reflejada su vida en los Salmos. Encontraban en ellos mismos la realización de los Cantos del Siervo Sufriente de Isaías. En el Nuevo Testamento, el libro de los Salmos es el más recordado, citado y evocado. En los labios de los primeros cristianos, los Salmos volvían a ser la oración privilegiada de los pobres.



  1. Unas consecuencias para nosotros



-      La indigencia y la miseria. No son casuales, sino el fruto de un sistema que busca acumularlo todo en las manos de unos pocos a costa del empobrecimiento creciente de las inmensa mayoría de la población del planeta. Esta situación es contraria al plan de Dios.

-      La pobreza digna. Dios y Jesús nos llaman a vivir una pobreza digna lograda mediante el compartir, la fraternidad y la fe. Es un testimonio comunitario de que sigue vigente el proyecto de Dios y se realiza la nueva Alianza sellada por Jesús.

-      La opción por los pobres. Eso pasa a ser el corazón de la Biblia y el eje del Reino de Dios. Estamos llamados a confirmarnos en una pobreza digna y asumida colectivamente, haciendo nuestras las opciones, las causas y la luchas de los pobres. Así cumplimos la misión que Dios confió al Pueblo de los Pobres, ayer y hoy.

-      La necesidad de un cambio. La lucha personal, colectiva y estructural para cambiar la actual situación de inhumana y vergonzosa miseria generalizada no debe ser dirigida tanto contra la pobreza sino sobre todo contra la acumulación de riqueza.





C A P Í T U L O   8  :   L A S   N O V E L A S   P O P U L A R E S
FUERON  EXPRESIÓN  DE  LA  VIDA  Y  RESISTENCIA  DEL  PUEBLO  DE  DIOS



                En el período postexílico, o sea los 5 últimos siglos antes de Jesús, junto con la literatura sapiencial, se desarrolló un nuevo estilo literario que proponía un mensaje novedoso. Se trata de las ‘novelas’, elaboradas desde el Pueblo. Son una llamada a la resistencia, al presentar un proyecto que hunde sus raíces en las tradiciones populares. Pertenecen a este estilo literario las novelas siguientes: Rut, Tobías, Jonás, Ester y Judit, y también, de alguna manera, el libro de Job y el Cantar de los Cantares que, por su contenido, tienen características de resistencia. Todos estos libros fueron redactados por haber hecho sus autores una opción por el valor y la sabiduría del Pueblo.

                Como en toda novela, se trata de condensaciones de experiencias y problemas, expresadas simbólicamente por medio de un hecho concreto. A veces, sus personajes no son históricos, pero sí, representantes de un conflicto histórico. Llama la atención el hecho de que muchas de estas novelas demuestran cierta despreocupación por los aspectos geográficos o las referencias cronológicas. Varios personajes que vivieron en épocas distintas están ordenados y ubicados en un único momento histórico. Es una forma de enfatizar las experiencias recogidas a lo largo de varios siglos y en lugares diferentes.

                Los libros de Rut y de Judith tratan de los problemas de los campesinos de Judá, en el sur del país. Otras novelas como Tobías y Ester, tratan de cuestiones de la diáspora, o dispersión judía, en las ciudades extranjeras de Susa y Nínive. Jonás se ubica en estos 2 últimos lugares y su tema está en relación con las mismas situaciones.

                En estas novelas encontramos una nueva propuesta que surge a partir de la tradición del Pueblo. Por eso son ‘libros de resistencia’ de un Pueblo que guarda la memoria subversiva del proyecto inicial. Estas novelas se resisten a la política y religión de su época y critican indirectamente – ya sea por medio del silencio, ya sea por medio de propuestas alternativas – los puntos de apoyo de la nueva identidad judía, sostenidos por los sacerdotes Esdras y Nehemías: ‘la Ley, la Raza y el Templo’. Por lo tanto queda clara que el lugar desde el cual estas novelas hacen su opción, es el Pueblo.



A. CARACTERÍSTICAS DE LAS NOVELAS DE RESISTENCIA



  1. Protagonismo de la mujer

En estos escritos, llama la atención el protagonismo de la mujer. Tres de ellos tienen nombre de mujer: Rut, Ester y Judit, que son los personajes centrales. El mismo nombre de estas figuras femeninas, por su significado, ya lleva en sí una propuesta.



-          Rut. Ese nombre significa ‘amiga’. Quiere expresar el proyecto de solidaridad entre los pobres.

-          Judit. Significa ‘judía’. Personifica los valores auténticos de la cultura judía frente a la influencia negativa del helenismo, o cultura griega.

-          Ester. Significa ‘esconder’. Ester oculta el nombre de su Pueblo para salvarlo del exterminio.

-          Sara. Es la mujer que tiene el papel principal en el libro de Tobías. Al retomar el nombre de la primera matriarca, Sara, esposa de Abraham, se refuerza la esperanza en un nuevo comienzo para el Pueblo exiliado.

-          Las mujeres labradoras. Ellas acompañan a sus maridos en la reclamación de sus derechos ante Nehemías, con una nueva conciencia de igualdad (Nehemías 5,1-5).

-          La Sulamita. Es la protagonista del Cantar de los Cantares. Ella toma siempre la iniciativa para encontrarse con su amado y nada ni nadie la puede detener.

-          Susana. Es una joven casada que destaca por su valor en defender la justicia, sin la ayuda de su marido (Daniel 13).

        El protagonismo de todas estas mujeres simboliza que el Pueblo indefenso, por medio de su resistencia, fue el sujeto de su propia historia. Como el Pueblo, ellas reconocían que eran marginadas, pero a pesar de todo lucharon por la vida. Creyeron que Dios, actuando por medio de ellas, se manifestaba en el Pueblo sin poder. De esta manera, suscitaron en el mismo Pueblo la confianza en el ‘Dios de los pequeños’ afín de recuperar la esperanza de ‘los desesperados’ (Judit 9,11).



  1. La Comunidad como lugar de renovación

En estas novelas, la familia, la casa y la Comunidad son los lugares desde donde se fortalece el proyecto original de Dios. En este punto, contrastan con las obras de los cronistas: Esdras, Nehemías, y Crónicas 1 y 2). En ellos, los lugares en donde se realiza la acción son el palacio real, la cúpula dirigente y el Templo.



-          En la novela de Rut, el lugar de la acción es el campo de Belén, palabra que significa ‘casa del pan’. Las mujeres intervienen en el momento de la cosecha (1,22), tiempo de promesa y de abundancia de pan. Es el lugar y el momento de forjar un nuevo futuro.

-          En la novela de Judit, el lugar de la acción se llama Betulia, que quiere decir ‘casa de Dios’, lugar periférico situado en las colinas de Judá (4,6). Este era el lugar donde el Pueblo inició su proyecto original, lejos de las ciudades-estado.

        En la Biblia, la casa fue siempre el lugar desde donde arrancó la renovación de la historia como historia de salvación, como por ejemplo, la casa de Abraham, las casas de los distintos Jueces, las casas de los Profetas. En estas novelas, la presencia liberadora de Dios recreó la esperanza y la misión del Pueblo. Y todo sucede en las casas del Pueblo y no en el Templo, como insistía la reforma religiosa. Para estas novelas, las casas del Pueblo son la ‘Casa de Dios’.



  1. Oraciones en abundancia

        Llaman también la atención las largas y numerosas oraciones personales que se dan en las novelas. Se refieren siempre a situaciones concretas que vive el Pueblo. Dichas oraciones expresan la fe en la presencia inmediata de Dios porque ‘escucha el clamor de los afligidos’ en cualquier lugar, y también fuera del Templo. En el libro de Rut encontramos bendiciones típicas de la época patriarcal.



  1. Uso litúrgico

        En sus cultos y liturgias, el Pueblo quería identificarse con el proyecto de Dios y la renovación de la alianza. Varios de los escritos de ‘resistencia’ sirven hasta hoy a los Judíos en sus grandes fiestas litúrgicas: Rut en la fiesta de Pentecostés, Ester en la fiesta de la purificación del Templo, el Cantar de los Cantares en la fiesta de la Pascua.



B. CLAVE DE LECTURA: COMENZAR A CONSTRUIR

                La mayoría de estas novelas, al expresar la vida del Pueblo, van más allá del simple lamento por la situación deplorable. Son una llamada apremiante a la reconstrucción del proyecto original de Dios. Los libros de Rut y Tobías reflejan esta intención y hacen alusión a nombre de personas y de lugares de los tiempos antiguos: el tiempo de los Patriarcas y Matriarcas. Esta reconstrucción del Pueblo y de su proyecto original comienza en las casas y en las Comunidades, porque ahí se manifiesta preferentemente la presencia de Dios.





TEMA 21: SALVADOS POR UNA MUJER, JUDITH

La fuerza de dios en las manos de una viuda.



La fuerza de Dios en las manos de una viuda pobre y extranjera: ‘Tú eres el Dios de los humildes’

(Judith 9.11).



Mensaje: Judith es un mujer profetiza por el protagonismo político que supo demostrar. Ella enfrentó y derrotó el enemigo de su Pueblo, en nombre de su fe. Hoy también muchas mujeres tienen un rol político relevante: Sepamos reconocerlo y valorarlas.



Motivación: Muchas de nuestras Comunidades y grupos cristianos están conformados por una mayoría de mujeres, y coordinados por mujeres. Estas mujeres ayudan a mantener viva la fe, a construir la Iglesia desde los pobres, a defender la vida por donde está atropellada, a superar el machismo y a construir una sociedad donde todos quepemos.

                Judit, tal como nos la presenta el libro que lleva su nombre, es una mujer-símbolo. Su nombre lo dice: significa ‘judía’, una mujer de Judá. Era una viuda muy apreciada en su aldea de Betulia. El libro nos ofrece una confrontación: por una parte, el mayor ejército de aquel momento al mando de un general victorioso; por otra, enfrente, una pequeña ladea de Judá, al mando de una viuda. ¿Quién podría salir victorioso? Por esta razón, muchos de Betulia querían entregarse al invasor. Judit captaba las angustias de su Pueblo amenazado de ser destruido por el enemigo. En un primer tiempo, Judit dijo que era demasiado precipitado rendirse así no más. Por otra consiguió, en ese difícil momento, dibujar uno de los más hermosos retratos de Dios. Veamos.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Diálogo inicial: El protagonismo actual de las mujeres.

  1. ¿Qué mayores dificultades encuentran las mujeres en una sociedad como la nuestra?
  2. Frente a estas dificultades, ¿qué papel están asumiendo las mujeres en la familia, el barrio, la iglesia y la sociedad?

Palabra de Dios. Judit 9,1-14: La hazaña de una mujer de fe

  1. Según esta lectura, ¿cuáles eran las amenazas que temía el Pueblo donde vivía Judit?
  2. Ante esta situación, ¿cuál fue la propuesta de Judit y el contenido de su oración?
  3. ¿Qué rostro de Dios dibuja la oración de Judit?
  4. ¿Qué rostro de mujer se dibuja en esta oración?

Hoy nosotros: El nuevo rostro de Dios en el rostro valiente de las mujeres.

  1. ¿Qué semejanza encontramos entre esta lectura y el protagonismo actual de las mujeres?
  2. Cuando las mujeres se comprometen por los demás, ¿qué rostro de Dios nos descubren?
  3. ¿Qué conclusiones sacamos de esta reflexión, por una parte, los varones y, por otra, las mujeres?

Oraciones comunitarias. Recemos la oración de María en Lucas 1,46-55. Bendición final. Canto.



Preparación del próximo encuentro: En nuestro próximo encuentro veremos un nuevo texto de Rut: 1,1-22.



Comentario 21: EL ROSTRO FAMILIAR DE DIOS QUE VIVE EN MEDIO DE SU PUEBLO



  1. Una Comunidad de base

        La base de la sociedad israelita es ‘la casa’. En esa época, la casa es algo más que una grande construcción material. Para el israelita, la casa era su ámbito vital. Englobaba todo el conjunto de viviendas, el terreno, las plantaciones, los árboles frutales, los rebaños. En la casa se tenía todo lo necesario para la supervivencia de la familia.

        La familia grande era muy numerosa porque incluía el clan, en realidad varias familias, los agregados y los huéspedes, o sea todos y  todas los que vivían y trabajaban en la propiedad. Estas personas formaban un grupo compacto, fuerte y solidario. La solidaridad era fundamenta en la convivencia diaria y el trabajo común. Cada ‘casa’, familia o clan – no importa tanto el nombre que se le da – formaba la base del Pueblo de Dios: era la Comunidad de base, y eso desde Moisés hasta el tiempo de Jesús.

        En este ambiente familiar se transmitían las tradiciones, las creencias, la memoria histórica y la fe. De generación en generación, de padres a hijos, la casa era el espacio de identidad de un israelita. La casa era también el lugar de las celebraciones religiosas. La Fiesta de la Pascua, fiesta mayor del Pueblo de Dios, nos retrata bien el ambiente de celebración familiar en torno a Yahvé, el Dios liberador (Éxodo 12,1-14). La memoria de la liberación de Egipto, realizada por Yahvé mediante Moisés, partía de un acontecimiento que siempre se recordaba: ‘Yahvé pasó de largo ante las casas de los israelitas en Egipto, castigó a los egipcios y perdonó a nuestras familias’ (12,27). La historia nos relata que la resistencia al Faraón comenzó en las casas con la acción de las parteras hebreas que se resistieron a matar a los varones recién nacidos. Esta resistencia continuó con la madre de Moisés que buscó la manera de salva a su hijo (1,15-2,3).

        La mística en torno a la casa, con su ambiente comunitario, se remonta al origen del Pueblo de Dios, a las historias de los patriarcas y Matriarcas. Es una pareja, la de Abraham y Sara, la que sale de la tierra de sus antepasados y comienza la peregrinación en busca de la Tierra Prometida por Dios (Génesis 12,1-4). Esta experiencia primordial del Pueblo que nació de Abraham y Sara, echó raíces para siempre en las casas de los campesinos de los siglos siguientes. Siempre que el Pueblo tiene que emprender algo nuevo, recordaba el ejemplo de Abraham y Sara (Isaías 51,2), la ‘pareja primordial’.

        Durante el período tribal en tiempos de los Jueces, las asambleas celebrativas eran un momento propicio para que las casas, o sea cada familia, renovaran su compromiso de continuar en la federación tribal. El Pueblo reafirmaba su fe y su voluntad de continuar el proyecto de Yahvé. En la Asamblea de Siquem, Josué es muy claro: ‘Yo y los míos serviremos a Yahvé’ (Josué 24,15).

En ese mismo período de la historia del Pueblo, siempre que un enemigo invadía las tierras israelitas, la resistencia comenzaba desde las casas. Yael, mujer intrépida, venció a Sísara dentro de su casa (Jueces 4,17-22). Gedeón, a pesar de ser el más insignificante del clan de Manasés y el más pequeño de su casa (Jueces 6,15), recibió la misión de ponerse al frente de Israel para enfrentar la amenaza de los madianitas. La fe y valentía de las pequeñas ‘comunidades de base’ abrían los espacios necesarios para que pueda liberarse todo el Pueblo de Dios.



  1. Las dificultades para realizar el proyecto comunitario

        Los mayores problemas surgieron en tiempo de los reyes. El país era considerado una gran casa donde el rey era el padre de todos. Pero el rey, por querer tener un poder cada vez mayor, dejó de afianzarse en las aldeas y su organización. Más bien formó un ejército que era una réplica del modelo egipcio. Entonces para que el poder centralizador del rey prosperara, era necesario destruir el proyecto comunitario de las casas de los campesinos.

        Los reyes organizaron su política insistiendo que la casa real, el palacio real, el Templo de Jerusalén debían tener la prioridad sobre todas las demás casas. La ‘casa real’ viviría a expensas de las aldeas (1 Reyes 5,7-8). Para justificar esta situación, los reyes fomentaron una teología real y se presentaron como el ‘hijo de Dios’ (Salmo 2,7). Por eso Salomón se apresuró a construir el templo a lado de su palacio real. Por las dimensiones de los 2 edificios, el del rey y el de Dios, el templo era tan sólo una capilla real (1 Reyes 6,2 y 7,2).

        Los reyes encontraron mucha resistencia para imponer el proyecto monárquico. Las casas no se callaron. Los profetas y las profetizas fueron la memoria del proyecto tribal y los depositarios de las esperanzas y deseos de las casas y aldeas. Por fidelidad al Pueblo, con fe y esperanza en la liberación, los profetas se rebelaron contra el palacio real y el templo (Amos 7,10; Miqueas 3,12; Jeremías 22,15).

        Las casas populares fueron para los reyes centro de una peligrosa resistencia. Ahí se cultivaba la memoria subversiva de la fe en Yahvé, el Dios liberador capaz de arruinar los planes monárquicos. Los reyes buscaron acabar con las casas y desataron mucha persecución contra ellas (1 Reyes 21,11-16; 2 Reyes 21,16; Miqueas 2,1-2). Pero las casas resistieron. El episodio de Elías en la casa de una pobre viuda de Sarepta (1 Reyes 17,7-16) nos muestra la fuerza de la solidaridad de los pobres: compartiendo lo poco que tenían mantenían la vida y el pan para todos.

        Durante el tiempo del exilio en Babilonia, esta experiencia sobrevivió en las pequeñas aldeas de Palestina. Las familias que no habían sido deportadas lograron conservar vivas las tradiciones, la memoria, las lucha y la fe. Esta esperanza y resistencia se desarrollaron en los libros de Rut, Jonás, Judit y otras novelas. Transmitieron la memoria de las luchas y las convicciones del Pueblo pobre, en contra de los grandes proyectos centralizadores como el Templo de Jerusalén, con su sacerdocio y sus sacrificios. Sin duda la lucha era desigual: los sacerdotes que regresaban del exilio contaban con el apoyo del rey persa que les había permitido salir de Babilonia. Con las reformas emprendidas por Esdras y Nehemías (445-390) el ‘centro’ se impone sobre las casas. Pero la memoria de los pobres se conservó como la brasa bajo las cenizas.



  1. Jesús continuó el proyecto comunitario de las casas

        Con su práctica y su predicación, Jesús despertó la antigua esperanza tribal y el proyecto de las casas campesinas. Jesús fue un campesino galileo (Lucas 4,16). Vivió en aldeas rural en torno al lago de Genesaret. Residió en una casa de Cafarnaúm (Marcos 2,1-2). Reviviendo el proyecto comunitario de los pobres, se enfrentó a los sacerdotes del Templo, los Escribas y Fariseos. En este sentido, es muy significativa la palabra que dijo Jesús al sanar el paralítico: ‘Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’ (Marcos 2,11). Con esa orden Jesús quería manifestar que la acción de Dios no pasaba necesariamente por el Templo. Con él, Jesús, el poder de Dios volvía a manifestarse en las casas del Pueblo (Juan 1,11.14).

        Los ejemplos que puso Jesús, las parábolas que contó, el tipo de gente a quien dio preferencia, sus historias, su predicación, en fin todo su práctica evangelizadora manifestó que el Pueblo se construía a partir de las Comunidades reunidas en las casas. Son muchos los pasajes de los Evangelios que atestiguan esta práctica de Jesús, en particular los primeros capítulos de Marcos.

        Luego de la resurrección, la Iglesia nació a partir de esta práctica de los discípulos de Jesús. Estos  reciben el Espíritu Santo mientras están reunidos en una casa con María, la madre de Jesús (Hechos 1,14; 2,2). Luego se lanzaron por los caminos a predicar la Buena Nueva del Evangelio, animados por el Espíritu a hacer realidad el Reino de Dios inaugurado por Jesús. Este Reino se realizaba en la vivencia de la fe y del amor en pequeñas Comunidades reunidas en las casas. En el Nuevo Testamento, las casas fueron el lugar natural de la oración, el compartir equitativo y la fracción del pan o eucaristía (Hechos 2,42.47). La iglesia primitiva era la reunión de todas las pequeñas Comunidades cristianas de aquel entonces. En la casas, en torno a la mesa familiar, en el partir juntos el pan, la Comunidad celebraba la presencia de Jesús resucitado y vivo entre ellos (1 Corintios 10,16).

        En la medida en que avanzaba el trabajo apostólico, los cristianos creaban sus comunidades domésticas. Cuando Pablo escribió a los Romanos, recuerda algunas de estas casas (16,5,15,23). Llama la atención que dio Pablo a los matrimonios que abrían sus casas para las reuniones de la Comunidad, como por ejemplo la pareja Aquila y Priscila (16,3-4, 1 Corintios 16,19).

        Estas casas tuvieron que enfrentar y vencer muchas dificultades. Vencieron confiando en la Palabra de Dios: ‘Esta es la tienda de campaña que Dios ha plantado entre los hombres. Habitará con ellos. Ellos serán su Pueblo y él será Dios con ellos’ (Apocalipsis 21,3).

        Hoy las Comunidades Eclesiales de Base retomaron esta tradición del Pueblo de Dios. Se reúnen en las casas para unirse y participar sus dificultades y alegrías, comparten su fe y su experiencia de Dios, buscan fuerza en la Palabra de Dios, celebran la construcción del Reino en su religiosidad popular. Desde las casas, las Comunidades Eclesiales de Base aportan su valiosa contribución para la solidaridad liberadora. Su testimonio renueva la Iglesia y es el germen de la transformación social.





TEMA 22: ‘TU PUEBLO SERÁ MI PUEBLO; TU DIOS SERÁ MI DIOS’

La puerta que el pueblo abre para el pueblo.



Bienvenida. Saludos. Canto. Oración al Espíritu Santo.



Motivación: En la sociedad como en nuestra Iglesia ponemos leyes que son, lastimosamente, más barreras que caminos. Por ejemplo, no damos a la mujer el puesto que le corresponde, la moral sexual está encerrada en normas muy estrictas, la liturgia y los sacramentos tienen condiciones de realización bastantes difíciles de cumplir… Nuestro Pueblo siente de otra manera y el sentido común pide que se ensanchen las puertas de la Iglesia y del Reino.

                Después del exilio, el Pueblo de Dios comenzó un tiempo de exigencias legales muy drásticas. Según Esdras, el sacerdote mayor de Jerusalén, la primera condición para pertenecer al Pueblo de Dios era ser de raza judía. Por eso, mandó que se expulsara a todas las mujeres extranjeras (9,1-2 y 10,1-4). Pocos se opusieron abiertamente a esta medida (10,15), aunque en realidad mucha gente no estaba de acuerdo. El libro de Rut, por ser una expresión de esta resistencia, no presenta la opinión contraria: Mantiene la puerta del Pueblo de Dios abierta para todos. En la historia de Rut, las condiciones de pertenencia son distintas a la del sacerdote Esdras. La puerta que abre el Pueblo es diferente a la oficial.

                El texto que vamos a reflexionar describe la situación de desesperación que sufre el Pueblo (1,1-5) y el primer paso para volver a la tierra (1,6-22). En la historia de Rut aparece claramente la experiencia que los pobres tienen de Yahvé, el Dios liberador. Yahvé es un Dios universal: Esa fue la experiencia en el exilio. Cuida de todos y no sólo de los Judíos. Compararemos la imagen que Noemí, la suegra de Rut, tiene de Dios con la que tenemos nosotros para ampliar nuestra fe y nuestra mirada sobre la vida.



Diálogo inicial:

  1. A veces somos más exigentes que los sacerdotes; otras veces somos más abiertos y liberales. Contemos unos ejemplos.
  2. ¿Cuáles serían las causas de estas contradicciones?

Palabra de Dios. Rut 1,1-22: La experiencia de los pobres.

  1. ¿Cuál es el punto central de este texto, explicando por qué?
  2. ¿Cuál es la situación del Pueblo que se refleja en esta lectura?
  3. ¿Cuál es el rostro de Dios que se aparecen en todo este acontecimiento bíblico?

Hoy nosotros:

  1. ¿De qué manera se relaciona esta lectura con lo que conversamos al principio?
  2. ¿Qué rostros de Dios manifestamos por nuestra manera de vivir?
  3. ¿Qué vamos a cambiar en nuestra vida para ser más abiertos a Dios y a los demás, en particular a los más excluidos?

Oraciones comunitarias. Salmo 23. Padrenuestro y Dios te salve. Canto. Bendición final.



Preparación de la próxima reunión:

-          Con la próxima reunión, terminamos esta larga caminata con los libros sapienciales: Pensemos en sacar unas conclusiones generales.

-          Profundizaremos el Salmo 72 que nos habla de la esperanza mesiánica.



Comentario 22: RECONSTRUIR EL PUEBLO. La solidaridad de los pobres, semilla del pueblo de Dios.



A. MIRAR CON ATENCIÓN EL TEJIDO DEL TEXTO

                Un texto es como un tejido hecho con los hilos de las frases y los colores de las palabras. Contemplando el texto desde lejos se puede ver el conjunto. Observando de cerca se puede ver los detalles y las costuras. Vamos a ver de cerca el libro de Rut, que nos describe el primer paso de la reconstrucción del Pueblo, comenzando por el primer capítulo.

                a). v. 6 y 7: Comienza el regreso a la tierra de Judea en busca de pan.

                               b). v. 8-14: Lamento y diálogo de Noemí con sus 2 nueras.

                                               c). v. 15-18: Rut decide quedarse con Noemí y volver con ella a Judea.

                               b). v. 19-21: Lamento y diálogo de Noemí con las mujeres de Belén.

                a). v. 22: Termina el regreso a la tierra de Judea cuando empieza la cosecha.

                Este gráfico nos revela las costuras del tejido escondidas en la mezcla de las palabras. Nos desvela el hábito que tenía el Pueblo de la Biblia de entrelazar sus textos, que llamamos ‘quiasmo’, o sea ‘paralelismo literario’. Esto nos ayuda a descubrir que el centro, o el meollo del texto, están en la decisión de Rut de quedarse con Noemí (1,15-18).



B. LOS COLORES DEL TEJIDO DEL TEXTO

                En el primer paso predomina una determinada palabra, un determinado color. Esa palabra es ‘volver’. Se repite 2 veces. Es señal que se trata de una palabra clave. Pero no siempre tiene el mismo sentido. La palabra ‘volver’ significa ‘regresar al lugar de donde se partió’.

-          Para Orfá y Rut, significa volver a la casa de sus padres y establecerse en Moab, de donde son oriundas.

-          Para Noemí, que es judía, significa salir de Moab y regresar a su tierra natal en busca de pan.

-          Significa regresar a sus raíces, a las costumbres de sus antepasados, a la situación ideal del tiempo de los Jueces.

-          También significa ‘volver a Dios’ que liberó al Pueblo de las garras del Faraón.

Para Noemí, volver no contiene nostalgia ni miedo de enfrentar el futuro, sino convertirse, cambiar de visión, comenzar a vivir una nueve situación. Ahí está el primer paso de la historia de Rut.



C. EL COMIENZO DEL CAMINO: 1,6-7

                Todo comienza con levantarse, calzar las botas, salir de donde se está, comenzar a andar, para volver a la tierra en busca de pan. Quedar quieto, sin actuar, ya no se puede más. Durante 10 años Noemí se quedó parada, lejos de su tierra. Finalmente se levanté y echó a andar.

̵            ¿Qué es lo que provocó en ella este cambio? Fue la noticia de la visita de Dios. Dios visitó a su Pueblo dándole pan. Su fe en Dios y el deseo se pan se unen. Cuando esto sucede, el Pueblo se levanta y comienza a caminar.

̵            ¿Quién inicia el camino? Son 3 mujeres: Noemí, Orfá y Rut. Una de ella, Noemí, pertenece al Pueblo de Dios; las otras 2, Orfá y Rut, son de otra raza. Eran personas sin voz ni voto en la sociedad de aquella época, porque eran pobres, viudas, extranjeras, mujeres. Se mezcla la raza y la religión. Lo que une a estas mujeres es la pobreza y el deseo de pan, los lazos de amistad y de parentesco, y las ganas de estar allí donde Dios visita a su Pueblo.

Difícilmente se puede imaginar un grupo más débil e insignificante. ¿Quién se animaría a comenzar la construcción de un Pueblo con un grupo de esta naturaleza? ¡Sólo Dios!



D. LA LUZ APARECE DURANTE LA DUREZA DEL CAMINO

                Mucha gente comienza a caminar; pero no todos llegan al final del camino. ¡No todo es tan claro ni tan fácil! El mismo camina es lo que ayuda a definirse.



  1. La dureza del camino

        Noemí no oculta la dureza del camino y avisa a sus nueras: Si siguen con ella nunca se casarán (1,11-13). Al contrario sentirán la amargura y el peso de la ley de Dios (1,13). Si no van con ella, tendrán casa, descanso y marido, y no perderán la bondad de Dios (1,8-9). Ellas 2 deben decidir y optar. Ante esta disyuntiva, Orfá se define, abandona la travesía y ‘vuelve la espalda’ (1,14. Notemos que ‘Orfá’ significa ‘espaldas’). Ahora, de 3 quedan sólo 2: Noemí y Rut.

  1. La luz en el camino

        A pesar de la claridad con que habla Noemí a sus nueras, ella vive en la oscuridad. Se considera una mujer fracasada, incapaz de resolver el problema de sus nueras. Piensa que la mano de Dios ha caído sobre ella y es él quien la hace sufrir (1,13,20-21). A pesar de esa oscuridad interior, Noemí emprende la caminata; no se desanima. ¿De dónde le proviene esta fuerza? La esperanza de Noemí está fundada en una fe que ve en lo oscuro. ¡Oscuridad luminosa, luz sombría! Es que Yahvé es el Dios de Noemí: Es mayor que sus problemas. Y Noemí sabe eso. Por eso, Noemí no desiste delante de las dificultades, no teme la lucha que hay que emprender, no pierde la esperanza.

  1. Noemí tiene la sabiduría de los pobres

        Noemí quiere a Dios no sólo para sí y los de su raza. Lo reconoce como el Dios de todos. Lo suplica para que sea bueno y misericordioso también con sus nueras que son de otra raza y otra religión. Le pide que les dé casa, descanso y marido (1,8-9). Nos encontramos ante una gran lección que nos dan los pobres: No reducen a Dios a la medida de sus intereses. No nacionalizan la fe ni la racionalizan, ni ponen a Dios sólo al servicio de su raza y de sus ideas. Reconocen a Yahvé como el Dios y Señor de todos. Por eso son capaces de ser hermanos y parientes de todos.



E. LA OPCIÓN DE LOS POBRES

                Estudiando los colores y las costuras del texto, descubrimos que el primer paso está en la decisión de Rut de quedar con Noemí para volver con ella (1,15-18. Notemos que ‘Rut’ significa ‘amiga’). ‘Donde tú vayas, yo iré. Tu Pueblo es mi Pueblo. Tu Dios es mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo y allí me enterrarán…’ (1,16-17). Estas palabras tan simples y tan profundas describen las condiciones para pertenecer al Pueblo de Dios y de participar de su camino. ¡Son las condiciones de la opción de los pobres! Describen la puerta nueva para entrar en el Pueblo de Dios. No es la puerta de la pureza legal, de la raza, ni de la observancia de la ley, tal como lo quería el sumo sacerdote Esdras. La puerta es el compromiso concreto con las persona de la comunidad. El compromiso de Rut es radical.

-          Rut no vuelve atrás aunque Noemí se lo pida: ‘No insistes más’.

-          Rut entra con toda su vida y sus convicciones: ‘Tan sólo la muerte me separará de ti’.

-          Quiere participar de todo lo que hará la vida de Noemí: ‘Dónde vayas, yo iré’.

-          El compromiso de Rut es, al mismo tiempo, un compromiso con el Pueblo de Noemí y su Dios: ‘Tu Pueblo será mi Pueblo y tu Dios será mi Dios’.

El amor es el motivo de la opción de Rut por Noemí. No hay otros intereses, ni de lucro ni de ganancias a corto plazo. Optar por un Pueblo entregado a la pobreza fraternal no trae ventajas materiales. Esta opción lleva a Rut a renunciar a lo que para otros es alegría: casa, descanso, marido (1,9-13). El único propósito de Rut es seguir amando a su suegra y serle fiel. Esta decisión de fidelidad amorosa la lleva hasta la entrega total. Un compromiso de esta naturaleza sólo madura en la convivencia diaria, en la que se comparten alegrías y tristezas de la vida, luchas, amarguras y éxitos del camino.

                ¿Qué es más fácil: hacer lo que exigía Esdras o emprender lo que Noemí propone a Rut? Esdras ponía en primer lugar la raza y la ley. Rut pone en primer lugar el bienestar de Noemí. Jesús dirá: ‘El sábado está hecho por el hombre y no el hombre para el sábado’ (Marcos 2,27) y ‘Me gusta la misericordia más que los sacrificios’ (Mateo 9,13). Hoy la tentación es seguir haciendo lo que proponía Esdras…

                Noemí dejó de insistir cuando vio que su nuera estaba decidida a seguirla cueste lo que cueste (1,18). En este caso la luz también aparece en la travesía. Al comienzo, Noemí no quería que la siguieran sus nueras (1,11). Luego cambio de parecer: Se rindió ante lo que veía que estaba pasando en la vida de Rut. La luz vino de los hechos, aceptados e interpretados como mensajes de Dios. Entonces Noemí acogió a Rut y le facilita la entrada en la tierra y el Pueblo de Dios. Reconoce que el dueño de la entrada es Dios.





ENCUENTRO 23: LA ESPERANZA MESIÁNICA. Jesús es la llave de los salmos.



Bienvenida. Saludos. Canto. Oración al Espíritu Santo.



Motivación: Pareciera que, hoy en día, la esperanza estuviera moribunda. Aumenta el suicidio de los jóvenes; las drogas son señales de desesperación; crecen la miseria y la violencia en el mundo; el autoritarismo dentro de las Iglesias y Religiones barren con los esfuerzos de renovación. Como en el camino de Emaús, se escucha: ‘Nosotros esperábamos que…, pero…’ (Lucas 24,21). Pero el Pueblo sigue pensando: ‘La esperanza es lo último que muere’.

                El momento más dramático de la historia del Pueblo de Dios fue el exilio en Babilonia. Ahí perdió todos los apoyos que sostenían su fe: la tierra, el templo, la soberanía. Había vuelto al país en donde, 1300 años antes, Abraham había escuchado la llamado de Dios que lo había puesto en camino. La historia parecía un gran fracaso. Muchos decían: ‘Dios nos ha abandonado’ (Isaías 49,14). Sin futuro, muchos abandonaban la fe y la identidad. Sin embargo, un pequeño grupo se mantuvo en pie, conservando el valor de creer en Yahvé, el Dios liberador, y su alianza. Transformó su esperanza en oración y elaboró salmo como aquel que vamos a meditar.

                El salmo 72 expresa la esperanza de quien, a pesar de todos los signos contrarios, continúa teniendo de en el futuro. El fundamento de su esperanza es la experiencia victoriosa y liberadora de Dios a lo largo de la historia del Pueblo de Dios. Por experiencia sabían que la fidelidad de Dios era más fuerte que el poder exterminador de Babilonia. Acerquémonos a esta fuente de esperanza.



Diálogo inicial:

  1. Contemos algún momento desesperado de nuestra vida por el que tuvimos que pasar.
  2. ¿Por qué hay mucha gente vive sin esperanza?

Palabra de Dios. Salmo 72: La esperanza en el Mesías.

  1. ¿Qué imágenes del pasado saca el autor del salmo para describir el futuro?
  2. ¿Cuál es el punto central de este futuro que anuncia el salmista?

Hoy nosotros:

  1. ¿Qué sentimientos está despertando este salmo en nosotros?
  2. ¿Qué rasgos del rostro de Dios aparecen en este salmo?
  3. ¿De qué manera recrea este salmo la esperanza en nosotros?
  4. ¿Cómo vamos a ayudarnos para mantener viva entre nosotros la esperanza?

Oraciones comunitarias. Salmo 72, actualizado. Padrenuestro y Dios te salve. Canto. Bendición final.



Comentario 23: JESÚS Y LOS SALMOS



A. EL AMBIENTE DE ORACIÓN EN TIEMPOS DE JESÚS

                El salmo 119,167 que dice: ‘Siete veces al día repito tu alabanza’, refleja el ambiente de oración. El ritmo de vida que envolvía al Pueblo de Dios, era marcado por la oración diaria, semanal, anual. El ritmo diario se realizaba en casa, en familia; el ritmo semanal: en la sinagoga, en la comunidad; el ritmo anual: en el templo de Jerusalén, en un ambiente popular de nación. Estos 3 ritmos, entrelazados entre sí, creaban relaciones fuertes en el mismo Pueblo y con Dios. Al rezar los salmos, se transmitía la fe, como el aire que se respira.



  1. El ritmo diario, en casa

        En tiempos de Jesús, el Pueblo rezaba 3 veces al día en los momentos exactos en que, en Jerusalén, se ofrecía el sacrificio en el templo: de mañana, al mediodía y al atardecer. Rezaban 2 oraciones intercaladas con salmos.



a).   La oración de las 18 bendiciones.

b).   Una oración particular compuesta por 3 bendiciones y 3 lecturas:

̵            Las 3 bendiciones eran dirigidas al Dios Creador que crea al Pueblo, al Dios Revelador que elige al Pueblo y al Dios Redentor que libera al Pueblo.

̵            Las 3 lecturas provenían del Deuteronomio: recibir el yugo del Reino (6,4-9), recibir el yugo de los mandamientos (11,13-21) y de los Números: recibir la consagración (15,37-41).



  1. El ritmo semanal, en la comunidad

        Todos los sábados, día en que el Creador había descansado, el Pueblo se reunía en la sinagoga del pueblo para rezar salmos, escuchar lecturas de la ley y de los profetas, y conversar la vida de la comunidad. Existía un esquema fijo para las lecturas de la ley. La lectura de los profetas era libre: Dependía de la elección del momento (Ejemplo: Lucas 4,18). Como todo Judío, Jesús participaba de las reuniones de la comunidad y, según su costumbre, frecuentaba la sinagoga de Nazaret.



  1. El ritmo anual, en el templo de Jerusalén

        Cada año, en las 3 grandes fiestas, el Pueblo peregrinaba hacia Jerusalén y visitaba la casa de Dios (Éxodo 23,14-17). Las romerías eran grandes procesión en las que se rezaban los salmos. Las visitas al templo de Jerusalén eran unidas a acontecimientos de la vida familiar: el rescate de los primogénitos, el ofrecimiento del diezmo, la purificación…

        Toda la vida era impregnada de oración: casa-familia, sinagoga-comunidad y templo-pueblo. El ambiente era popular, festivo y comunitario. He aquí unas características de esta atmósfera de oración que marcó la vida de Jesús.



a).   Memoria e identidad. El ambiente comunitario de oración hacía que el Pueblo aprendiera de memoria los salmos, como hoy aprendemos de memoria los cantos. Los salmos y las bendiciones recordaban los hechos significativos del pasado, despertaban la memoria del Pueblo y, así, preservaban su identidad.

b).   Animación y participación. El ambiente de oración creaba toso un movimiento, desde la expresión corporal más simple hasta las grandes romerías. Estas costumbres contribuían a crear un ambiente abierto a la participación. Hacía que la persona se sintiera en casa. Experimentaba de esta manera la pertenencia a una comunidad.

c).   Mística y creatividad. Las oraciones producían un ambiente para que cada uno pudiera aproximarse a Dios y entrar en comunión con él. Favorecían la mística. Las celebraciones en las sinagogas eran una ocasión no sólo para repetir las oraciones ya establecidas. Los Judíos eran conscientes que saber los salmos de memoria no era suficiente para agradar a Dios. Cada uno se ejercitaba a componer nuevas oraciones a partir de su situación particular.

d).   Pobreza y esperanza. La comunidad orante era el lugar donde los pobres animaban y renovaban su esperanza. El evangelio pelucas nos pinta un retrato de este ambiente (1-2), recordando la oración de unos personajes, pobres entre los pobres: María, José, los pastores, el viejo Simeón, la profetiza Ana…

        En la 2ª carta a Timoteo (1, 5 y 3,14-17), Pablo evoca este ambiente comunitario. Fue en ese ambiente que Jesús se crió, donde:

-          ‘iba creciendo en sabiduría, estatura y aprecio ante Dios y antes los hombres’ (Lucas 2,52),

-          aprendió los salmos que rezó en la cruz (Lucas 23,46: salmo 31,6; Mateo 27,46: salmo 22,2),

-          participaba de las romerías y procuraba estar ‘en la casa de su Padre’ (Lucas 2,41-42,49),

-          ‘desde pequeño aprendía las Sagradas Escrituras ‘ (2 Timoteo 3,15),

-          aprendía a pasar noches enteras en oración (Lucas 5,16)…



B. JESÚS REZÓ Y USÓ LOS SALMOS

                Los Evangelios nos presentan a Jesús usando y rezando los salmos. Si las ocasiones en que Jesús reza los salmos son relativamente pocas, muchas son las ocasiones en que usa los salmos para expresar sus enseñanzas y comunicarse con su Pueblo.



  1. Jesús rezó los salmos en el momento más difícil de su vida

        Esto fue durante su agonía en el huero de Getsemaní y su muerte en la cruz. Con ellos expresaba sus sentimientos y se ponía en contacto con su Padre. Esto nos revela el valor de los salmos en su vida

-      ‘Siento una tristeza mortal’ (Mateo 14,34: salmo 42,5-6).

-      ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mateo 27,46: salmo 22,2).

-      ‘Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu’ (Lucas 23,46: salmo 31,6).

La recitación de los salmo nos le quito a Jesús creatividad. Todo lo contrario. Jesús no sólo rezó los salmos, sino que inventó un nuevo salmo: el Padrenuestro, la oración más grande que nos dejó.



  1. Jesús utilizó los salmos para enseñar y transmitir su mensaje del Reino



a).   He aquí una lista sacada sólo de los 3 capítulos del Sermón del Monte.

-      Los mansos heredarán la tierra (Mateo 5,4: salmo 37,11).

-      Los que lloran serán consolados (Mateo 5,5: salmo 126.5).

        Los de corazón puro verán a Dios (Mateo 5,8: salmo 24,3-4).

-      El Padre ve en lo secreto (Mateo 6,4: salmo 139,2-3).

-      No preocuparse por la comida ni el vestido (Mateo 6,25: salmo 127).

-      Que se alejen los que practican la maldad (Mateo 7,23: salmo 6,9).

-      El camino malo conduce a la perdición (Mateo 7,13: salmo 1,7)…

b).   En sus discusiones con los Judío, la Biblia era el terreno común admitido por ambas partes. Los adversarios de Jesús utilizaban la Biblia para atacarlo. Jesús utilizaba la misma Biblia para destruir los falsos argumentos. En estas disputas, los salmos aparecen con frecuencia, señal de que Jesús los conocía de memoria. Veamos unos ejemplos.

-      ‘Honran con los labios, pero su corazón está lejos de mí’ (Mateo 15,8: salmo 78,36).

-      ‘De la boca de los niños has sacado una alabanza’ (Mateo 21,16: salmo 8,3).

-      ‘El Señor dijo a mi Señor’ (Mateo 22,44: salmo 110,1).

-      ‘La piedra rechazada se vuelve piedra angular’ (Mateo 21,42: salmo 118,22)…



C. LOS PRIMEROS CRISTIANOS REZABAN LOS SALMOS

                El ideal de los primeros cristianos era rezar como Jesús rezó (Lucas 11,1) y así tener sus mismos sentimientos (Filipenses 2,5). Aunque fueron expulsados de la sinagoga, se sentían herederos de la tradición judía. Por medio de los salmos rezados o utilizados por Jesús, se reapropiaban de su pasado, de su tradición y de su misión. He aquí ejemplos.

-          La oración durante la persecución (Hechos 4.24-30) actualiza el salmo 2 y se lo aplica a Jesús resucitado.

-          Pedro, en su discurso a los Judíos, dice que Jesús es la piedra rechazada de la que nos habla el salmo 118, 22 (Hechos 4,11)…

Los primeros cristianos nos lanzan un desafío. La experiencia que tenían de Jesús venía vivo en medio de la comunidad los llevaba a rezar los salmos con ojos nuevos, dentro de la realidad de su vida. El desafío nuestro es este: hacer crecer en nosotros la experiencia de Jesús y de la realidad, de tal forma que seamos capaces de hacer lo mismo, o sea:

-          Releer los salmos a partir de nuestra realidad circundante y nuestra situación en ella,

-          Componer nuevos salmos para fortalecer nuestra identidad de Iglesia de los pobres,

-          Fortalecer nuestro compromiso por el Reino.






A N E X O S.



  1. El sueño imperecible de Dios (Génesis1-8)
  2. Los libros sapienciales (Comentarios)







A n e x o  1 :   E L   S U E Ñ O   I M P E R E C I B L E   D E   D I O S  

D E S D E   L A   C R E A C I Ó N   DE L   M U N D O   (Génesis 1-8)



He aquí unos 6 temas complementarios sobre los primeros capítulos de la Biblia.

Son también el fruto de la gran sabiduría del Pueblo de Dios.



Contenido

  1. ‘Dios habla hoy’, Génesis 28,10-19.
  2. La creación dibujó el mundo que quiere Dios, Génesis 1 al 2,4.
  3. La humanidad que quiere Dios, Génesis 2,5-25.
  4. El pecado destruye la armonía deseada por Dios, Génesis 3,1-24.
  5. Caín y Abel, o el primer crimen, Génesis 4,1-16.
  6. Noé y el arco iris, Génesis 9,1.17.





TEMA 1: ‘DIOS HABLA HOY’



Mensaje: Vamos a descubrir de qué maneras Dios se manifestó y sigue manifestándose en nuestra vida personal y comunitaria.



Motivación: ‘Dios habla hoy’ es el título de una Biblia evangélica. Es cierto que la Biblia es Palabra de Dios para hoy. Pero, la Biblia no es la única manera para Dios de hablarnos. Dios nos sigue hablando de muchas maneras: el corazón, la oración, la naturaleza, los demás, los acontecimientos, y, por qué no, los sueños, como ocurrió a Jacob.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Nuestra realidad: Hemos caminado gracias a los demás.

1.       Contemos algún acontecimiento importante que ha marcado nuestra vida.

2.       Desde entonces, ¿qué cambios se dieron en nosotros?

La Palabra de Dios. Génesis 28, 10-19: Jacob descubre el sueño de Dios.

3.       ¿Qué le comunicó Dios a Jacob?

4.       ¿A través de qué símbolo se expresó Dios con Jacob? Digamos por qué motivos.

Hoy nosotros: La Palabra de Dios sigue viva en medio de nosotros.

5.       ¿En qué momentos hemos sentido que Dios nos hablaba?

6.       En momentos claves de nuestra vida, ¿qué mensaje han quedado para toda nuestra vida?

7.       ¿En dónde tenemos que prestar mayor atención al proyecto de Dios?

Oraciones comunitarias. Canto: Con nosotros está. Padrenuestro. Dios te salve. Bendición final.



Comentario 1: DIOS SIGUE COMUNICÁNDOSE HOY A TODOS NOSOTROS



La Biblia es la historia de las comunicaciones de Dios con la Humanidad. Veamos una de las maneras que Dios utilizó para comunicar y concretar su Reino, su proyecto, su sueño. Hoy, Dios sigue hablándonos tanto desde el íntimo de nuestra conciencia como a través de las personas y los acontecimientos.



  1. Nuestro pasado nos ayuda a entender quiénes somos hoy

Al pasar los años, a veces nos ponemos a recordar cómo fue nuestra vida pasada, qué personas y acontecimientos han ido marcando cambios o pautas de una nueva manera de vivir para nosotros. Nos ponemos a pensar cuáles son los sueños que hemos hecho realidad. Y nos damos cuenta que no nos hemos formado y desarrollando solos, sino gracias a la presencia, palabras y testimonio vivo de muchas personas. A veces fueron gentes muy sencillas que nos hicieron caer en cuenta de cosas muy importantes, por su gran fe y sabiduría. Dios tiene sus caminos, y muchas veces pasan por la vida de los más sencillos.



  1. Dos sueños: él de Jacob y el de Dios

La lectura bíblica nos manifiesta cómo Dios se manifestó a Jacob en un sueño. ¡A lo mejor era un sueño con los ojos abiertos! Además el sueño de Jacob nos permite conocer cuál era el sueño de Dios con su Pueblo y con la Humanidad: una descendencia grande se extenderá por toda la tierra, fiel a Dios en su continua compañía. El mismo Jacob se sintió comprometido en lo que acaba de experimentar con Dios.

El sueño de Dios había comenzado con Abraham: ‘Daré una tierra a tu descendencia’. La promesa de la tierra se concretizó con Jacob: ‘Esta es la tierra que Abraham soñó’. La descendencia se logró con Moisés: ‘Lleva mi Pueblo a la tierra que prometí’. Siempre Dios acompaña a los hombres en sus sueños. Decía el Papa Juan 23: ‘La vida es la realización d un sueño de juventud’. Que, cuando jóvenes, tengamos nuestro sueño, para convertirlo, cuando adultos, en maravillosa realidad.



  1. Dios sigue comunicándonos sus sueños

En la juventud del mundo, Dios ha hecho un sueño: que los seres humanos formemos un Pueblo de hermanos iguales alrededor de Jesús. Y este proyecto tan maravilloso, Dios lo hace soñar a los hombres y mujeres de todas las generaciones. Ayer, hoy y mañana, el sueño de Dios es el mismo. Jacob y muchos como él supieron escuchar a Dios y ponerse en marcha con otros para hacer realidad el sueño de Dios. Hoy Dios sigue soñando y comunicándonos su proyecto: el Reino. ¿Sabremos nosotros escuchar y ponernos en marcha para hacerlo realidad? No dejemos nunca de soñar el sueño de Dios: un mundo hermoso y una Humanidad fraternal. Hagámoslos realidad poco a poco.





TEMA 2: EL RELATO DE LA CREACIÓN DIBUJÓ EL MUNDO QUE QUIERE DIOS



Mensaje: Vamos a descubrir cómo, en el poema de la creación, Dios nos presenta el modelo del mundo que él sueña.



Motivación: Al pensar en los libros del Génesis, en particular cuando se nos habla de la creación, nos imaginamos cómo fue el paraíso. Tenemos razón pero este paraíso está por construirse y construirlo nosotros. Alegrémonos: ya lo tenemos de modelo en el poema de la creación. Así es más fácil su realización, si nos empeñamos bien entre muchos. Veamos.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Nuestra realidad: Somos colaboradores de Dios.

1.       Con los oficios que sabemos realizar, ¿qué beneficios sacamos nosotros?

2.       ¿Cómo contribuyen nuestros trabajos a mejorar algo de la creación de Dios?

La Palabra de Dios. Génesis 1 al 2, 4: Dios quiere un mundo hermoso.

3.       Según este lindo poema, ¿cómo quiere Dios que sea el mundo?

4.       ¿A quiénes encargó Dios la realización de su proyecto?

Hoy nosotros: Somos los guardianes de la creación.

5.       ¿Cómo estamos continuando la creación de Dios?

6.       ¿En qué estamos fallando más y por qué?

7.       ¿Cómo vamos a trabajar y luchar para hacer nuestro mundo más conforme al sueño de Dios?

Oraciones comunitarias. Canto: Hombres nuevos. Padrenuestro. Dios te salve. Bendición final.



Comentario 2: DIOS QUIERE EL MUNDO HERMOSO



Con esta reunión, vamos a ver cómo Dios quiere que sea el mundo: un paraíso para muestro bienestar común. El autor del libro del Génesis nos lo presenta a través de un poema: Dios nos entrega el modelo de su creación para que aportemos nosotros la parte que nos corresponde.



  1. Con nuestro humilde trabajo

En este mundo en que vivimos, hay muchos oficios y maneras de trabajar: Cada uno de nosotros buscamos la mejor manera de arreglarnos la vida. Y podemos decir que todos somos capaces de realizar cosas nuevas, bellas y útiles, ya que Dios nos ha dado a todos un don: ser creadores con él y como él. Somos ricos de las riquezas de Dios.

Vemos también cómo nuestro trabajo, muchas veces, nos brinda satisfacción y alegría. Sentimos cómo vamos creando con nuestras manos e inteligencia cosas muy bellas. Pero vemos también cómo, en esta sociedad en que vivimos, el mismo trabajo nos va destruyendo: cada día nos vamos materializando y destruyendo. Lo que más interesa a veces es sólo ganar dinero y conservar una posición de privilegios. Se destruye así lo sagrado del trabajo y se daña directamente la obra de Dios. Los grandes avances de la familia y de los Pueblos se deben á la misma humanidad, y sobre todo a los obreros, artesanos, artistas, campesinos, mujeres y niños trabajadores. Con sus esfuerzos y sacrificios, han hecho posible lo bueno del mundo que hoy tenemos. Los errores y las injusticias son un reto para que nos vayamos superando juntos.



  1. El pedazo de paraíso que Dios quiere realizar con nosotros

En la lectura del Génesis, encontramos el modelo de mundo que Dios sueña para nuestra felicidad. Además Dios nos da los medios para que podemos realizar este proyecto suyo: un mundo hermoso que nos permita vivir con satisfacción y alegría. Dios ha puesto en nuestras manos toda su creación: árboles, plantas, aves, ríos y todo; de manera que no nos falte nada para vivir e ir creando la armonía en nuestro mundo.

Pero vemos también cómo la equivocación y el pecado del hombre van interrumpiendo y destruyendo el proyecto de Dios que es su Reino. Nos apropiamos la tierra para nuestro bien individual propio, o sólo para sacarle dinero. No se respetan la tierra, ni descansa. Las guerras, la polución, los experimentos abusivos hacen desaparecer el equilibrio vital. Se provoca así los desiertos y el hambre, el agotamiento de los terrenos y la mala repartición de los bienes: nos autodestruimos. Es como un suicidio colectivo, por no respetar el proyecto de Dios.

A pesar de todo, el paraíso sigue posible por nuestras manos: tenemos el compromiso de hacerlo realidad cada día más: Limpiemos el mal, trabajemos solidariamente, aumentamos la fe y nuestro mundo será bello y siempre nuevo para nuestro propio bien y felicidad colectiva.





TEMA 3: LA HUMANIDAD QUE QUIERE DIOS



Mensaje: Vamos a descubrir cómo Dios quiere una Humanidad fraternal mediante un convivir armonioso, cuya base primordial es la familia.



Motivación: En la reunión anterior vimos cómo Dios quiere un mundo hermoso. De igual manera, Dios tiene un sueño con la Humanidad: quiere entre los humanos un convivir fraternal. Es también la tarea que nos sigue entregando, a comenzar desde nuestra familia. Veamos entre todos.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Nuestra realidad: Un convivir de dignidad, respeto y justicia.

1.       ¿En qué grupos y espacios vivimos un convivir armonioso?

2             ¿Cuáles son las bases para un convivir armonioso?

La Palabra de Dios. Génesis 2, 5-25: Un convivir entre iguales.

2.       Según esta lectura, ¿para qué creó Dios a la humanidad?

3.       Según Dios, ¿de dónde proviene la dignidad del varón y de la mujer?

Hoy nosotros: Somos los herederos del proyecto de Dios.

4.       ¿Qué mensajes sacamos de esta lectura para un convivir mejor?

5.       ¿Cómo vamos a hacer para que nuestra familia sea, cada vez más, un modelo de sociedad?

6.       ¿Cómo vamos a trabajar para hacer la Humanidad más fraternal?

Oraciones comunitarias. Canto: Juntos para soñar. Padrenuestro. Dios te salve. Bendición final.



Comentario 3: UNA HUMANIDAD RECONCILIADA



Con esta reunión vamos a dar un paso más para entender mejor el proyecto de Dios sobre la Humanidad, es decir para nosotros los humanos. Para la Humanidad, Dios sueña un convivir fraternal.



  1. Organizamos nuestro convivir humano

Cuando nos unimos y nos organizamos, sin darnos cuenta, hacemos realidad el proyecto de Dios. Desde nuestro nacimiento entramos a hacer parte de muchos grupos: una familia, un barrio, un grupo de amigos, un equipo deportivo, una ciudad, una nación, un continente... Además, cuando adultos, conformamos nuevos grupos para mejorar estas primeras organizaciones naturales. Nos unirnos para compartir lo qué vivimos, descubrir y corregir nuestras fallas fortalecer los puntos que nos parecen básicos, luchar para alcanzar un desarrollo mayor tanto en lo personal como en lo comunitario, en lo material como en lo espiritual. Entonces empezamos a hablar de valores humanos, dignidad personal, respeto mutuo, derechos, solidaridad... Nuestra organización se hace poco a poco más consciente, más exigente y al mismo tiempo más activa. Nos sentimos llamados a alcanzar una armonía no sólo entre algunos, sino un convivir cada vez más amplio. A través de todo esto construimos la gran Humanidad como única familia de todos los seres humanos.



  1. El proyecto de dios parte de la familia

Al conocer mejor el proyecto de Dios, descubrimos que no hay contradicción entre su proyecto y el nuestro, cuando es para el bien: los 2 son complementarios. Dios nos quiere llevar siempre más lejos. Gracias a la Biblia, vemos cómo Dios pone primero al varón y a la mujer como punto de partida de todo. Los hace distintos pero iguales en dignidad y derechos; y complementarios: sólo así pueden ayudarse mutuamente y construir una Humanidad armoniosa.

Dios quiere también que esta igualdad y complementariedad del varón y de la mujer se realicen mediante una unión estable. Eso es el matrimonio, la primera organización social para un desarrollo personal y para una tarea común: dominar la tierra, es decir ponerla al servicio de todos.

Los mismos valores se encuentren en los distintos niveles, en lo personal, lo familiar y lo comunitario. Todos tenemos misma dignidad, mismo respeto, mismos derechos, misma igualdad. ’Los dos serán un solo ser’. Los humanos no tenemos que ser ni miles, ni millones de individuos aislados, sino una sola Humanidad, una común unidad, la gran Comunidad humana. El proyecto de Dios es el mismo entre todos como para cada uno: alcanzar un convivir armonioso.

La familia es la base de este grande proyecto, ‘Multiplíquense’ y dijo Dios, es decir multipliquemos no sólo las personas sino también la armonía, la dignidad, el respeto la igualdad. Tal es la gran tarea a vivir personalmente, en la familia y entre todos. Dios está con nosotros para esto.





TEMA 4: EL PECADO DESTRUYE LA ARMONÍA DESEADA POR DIOS



Mensaje: Vamos a descubrir que por el pecado nos rebelamos contra Dios, porque destruimos su doble proyecto: El de un mundo hermoso y de una humanidad armoniosa.



Motivación: Al crear el mundo y la humanidad Dios tiene un proyecto: que sean y sigan siendo hermoso, armonioso y fraternal, y que el varón y la mujer sean los principales artesanos de este proyecto. El pecado es el ‘no’ del hombre y vienen desobediencia, envidia, desconfianza, desorden, destrucción… Se rompe la armonía querida por Dios y se siembra así la división, el dolor, el mal, la muerte. Hoy sufrimos por un mundo desviado del proyecto de Dios, y al mismo tiempo luchamos por hacerlo volver según su proyecto. Veamos cómo.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Nuestra realidad: Somos cómplices del mal.

1.       ¿Cuáles son los males que más nos afectan?

2.       ¿De qué maneras colaboramos con estos males?

Palabra de Dios. Génesis 3,1-24: La rebeldía del varón y de la mujer.

3.       ¿Cómo actuó cada personaje del relato: la serpiente, Adán, Eva y Dios?

4.       ¿Cuáles son los desordenes que ocasionó el pecado de Adán y Eva en el mismo paraíso?

Hoy Nosotros: El proyecto de Dios es un proyecto de vida.

5.       ¿Cómo estamos interrumpiendo el proyecto dé Dios?

6.       ¿Qué estamos haciendo para superar esta situación de pecado?

7.       ¿Dónde tenemos que luchar más para hacer realidad el proyecto de Dios?

Oraciones comunitarias. Canto: Señor, ten piedad de tu pueblo. Padrenuestro. Dios te salve. Bendición final.



Comentario 4: COMO PECADORES, ALZAMOS NUESTRA VOLUNTAD CONTRA LA DE DIOS



El pecado de Adán y Eva es el símbolo del primer pecado y de todos los pecados, desde los orígenes de la Humanidad, por eso lo llamamos ‘pecado original’. Además es el modelo, la raíz da todo pecado.



  1. Pecamos al desobedecer a Dios de 3 maneras



a).   Desobedecemos las leyes de la naturaleza. Dios hizo las cosas buenas y bellas. Y nosotros no respetamos la hermosura de la creación, destruyéndola o dañándola. Así opacamos el rostro de Dios en ella y nos enfermamos por haber perdido la armonía con ella. Desobedecemos a la naturaleza. La creación es de Dios, le pertenece para el beneficio de todos. En el planeta; hay suficientes recursos para que todos comamos según nuestras necesidades y vivamos sanos. En la realidad, 2 personas sobre tres pasan hambre y se multiplican graves enfermedades, porque unos amontonan para ellos o guardan sin hacer producir ni compartir: Dios quiere que detengamos esta injusticia, haciendo un mundo justo y feliz. Desobedecemos.

b).   Desobedecemos las normas del convivir social. Dios hizo el hombre y la mujer iguales en dignidad significándonos que todos merecemos igual respeto y trato porque tenemos los mismos derechos. Y nosotros hemos creado clases sociales opuestas, valoramos unas razas más que otras, discriminamos a la mujer… Desobedecemos al proyecto de Dios. Él hizo al ser humano para que trabajara, cuidara y dominara la creación con su trabajo y su compartir. Y nosotros nos aprovechamos del trabajo de otros, despreciamos al trabajador manual sea del varón y peor de la mujer. El trabajo, según Dios es para nuestro bien mutuo. Sí, desobedecemos.

c).   Desobedecemos la voz de nuestra conciencia. Dios ha sembrado su proyecto en nuestra conciencia, porque somos imagen de él. Él nos sigue hablando por medio de ella: nos enseña lo que es el bien y lo que es el mal. Al no hacerle caso, nos rebelamos y creamos el desorden en la naturaleza y en la Humanidad. Esta ruptura con Dios, esta maldad nace de dentro de nosotros, por orgullo, por dinero o por tener poder sobre otros. Acallamos la voz de Dios y caemos en las tentaciones que rechazó Jesús. Pecamos por desobediencia grave.



  1. Pecamos al justificar nuestra voluntad perversa

No sólo desobedecemos a Dios de varias maneras, sino también justificamos nuestros malos procederes. Hacemos pasar por bien lo que es mal: así pecamos ‘contra el Espíritu’. Nos engañamos y engañamos a los demás induciéndolos a seguirnos. Ponemos en marcha un proyecto personal, familiar, social que no está conforme con el proyecto de Dios. Y en esta caminar descarriado, no hacemos caso ni a nuestra conciencia, ni a los demás, ni a la Palabra de Dios. Al tomar el puesto de Dios, inventamos el desorden: las cosas encima de Dios, el dinero encima de los demás, el egoísmo encima del compartir. Es la creación al revés. A veces justificamos este desorden, nos hacemos jueces. Decidimos sin Dios o contra él: decretamos erróneamente lo que está bien y lo que está mal. Hemos invertido el orden divino. El proyecto de Dios está frenado, interrumpido, destruido. Hacemos crecer la fuerza del pecado en nosotros y entre nosotros. ‘Conviértanse y cambien su manera de vivir’, nos dice Juan Bautista para volver al camino recto.





TEMA 5: CAÍN CONTRA ABEL ABRIÓ PASO AL PRIMER CRIMEN



Mensaje: Con Abel, el pecado de Adán y Eva cobra su primera víctima. El desorden entre los humanos se manifestó por la muerte provocada, por Caín. Hoy sigue igual. Pero, como ayer, Dios nos ayuda a volver a su proyecto de vida y amor.



Motivación: La envidia, el rencor, la oposición, la dominación de los unos sobre los otros causan muchas muertes entre nosotros. Caín no aceptó que Dios prefiriera el sacrificio de su hermano Abel porque era el hijo menor. Y se abrió la lista del primer asesinato. Pero Dios no se venga por la muerte de Caín: le deja su chance. Conversemos la fuerza del mal y la fuerza mayor de Dios y del amor.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Nuestra realidad: las muestres provocadas.

1.       ¿De qué maneras no se respeta la vida humana entre nosotros?

2.       ¿De qué maneras podemos sentirnos responsables o cómplices de muchas muertes?

Palabra de Dios. Génesis 4,1-16: Caín dio muerte a su hermano Abel.

3.       ¿Por qué dio muerte Caín a Abel?

4.       Después del crimen, ¿qué le reprochó Dios a Caín?

5.       ¿Cuál es el límite del castigo que Dios puso para Caín?

Hoy entre nosotros: Caín encarna hoy un proyecto de muerte.

6.       ¿Quiénes hoy representan a Caín y quienes a Abel?

7.       ¿Qué responsabilidad nos confía Dios para promover la vida?

8.       ¿Por la vida de quienes vamos a velar más?

Oraciones comunitarias. Canto: A veces me pregunto yo. Padrenuestro. Dios te salve. Bendición final.



Comentario 5: HOY SE REPITE EL CRIMEN DE CAÍN EN CONTRA DE ABEL



Dice San Pablo: ‘Por el pecado, la muerte entró en el mundo’ (Romanos 5,12-14). El primer ejemplo es el crimen de Caín sobre Abel. Habiéndose rota la armonía con Dios por hacer obedecido al mal, la naturaleza se vuelve rebelde; el hombre violento y su corazón malo. Así somos todos: autores, cómplices o encubridores del mal. Caín y Abel son nuestros símbolos.



  1. A veces actuamos como Caín

Somos culpables de muertes, muertes lentas o muertes provocadas. La muerte lenta ocurre en el niño desnutrido o enfermo, en los jóvenes que se drogan por olvidar su miseria, en la madre abandonada que se mata por sus hijos, en el desempleado que cree encontrar fuerza en el alcohol, en él anciano que nadie visita… porque dejamos que las cosas y el sistema que nos envuelve, sigan como son.

Hay también las muertes provocadas como las del aborto, los asaltos, los accidentes de carro, las peleas entre familiares, vecinos, bandas… Ahí también nuestra pasividad nos lleva a cierta complicidad.



  1. Nuestra sociedad fabrica nuevos 'Caines' que matan a nuevos 'Abeles'

Nuestro sistema social está orientado hacia el poder opresor, la acumulación de dinero, el individualismo y el materialismo. El resultado es una mayor oposición entre clases sociales. Todo esto está contrario al plan de Dios. Los que tienen mucho dinero y poder se vuelven como Caín: insensibles, violentos, asesinos. Mientras tanto el inmenso pueblo de los pobres viene a ser cómo Abel, que sufre la muerte lenta de la miseria y exclusión, como también la muerte provocada en las protestas y las luchas sociales que sólo piden los justo y lo legal.

-      Como Abel, nuestro Pueblo muere lentamente por la ausencia entretenida del desempleo, por la educación que no capacita para la vida, por la televisión que confunde, destruye el hogar, nos vuelve agresivos, por la insalubridad de los barrios marginados, los salarios injustamente bajos…

-      Como Abel, sufrimos también muerte violenta por medio de la policía que, dispara en las calles, las torturas que se practican en las cárceles, las represiones de las huelgas…

Todo eso forma el terrible pecado social que denunciaron nuestros obispos en Puebla.



  1. Además, Caín y Abel tienen ahora una dimensión internacional

Las naciones industrializadas del hemisferio norte se portan como Caín dando muerte o dejando morir a las naciones empobrecidas del hemisferio sur. Nos quitan los alimentos, saquean nuestras materias primas, se llevan nuestros compatriotas mejor preparados, nos despojan mediante la deuda externa.

Más todavía: provocan nuestras guerras, invaden nuestros países con sus bases militares y nos venden sus armamentos para reprimirnos cuando manifestamos por nuestros derechos. Nos tienen dominados por las injerencias del FMI (Fondo Monetario Internacional) y la OMC (organización Mundial del Comercio). Y matan o desaparecen a los que quieren un mundo nuevo y una Iglesia renovada…

Eso es el gran imperio del mal y de la muerte. ¿Qué hacemos como hombres y mujeres para recrear un mundo más fraternal, por la igualdad y el respeto? ¿Qué hacemos como cristianos para que todos volvamos al proyecto de Dios: pacíficamente y organizadamente? Empecemos de a poquito: ‘No harás amarga la vida de tu hermano’, dice la Biblia. Luchemos con amor para un proyecto de vida, haciendo realidad el Reino de Dios.





TEMA 6: NOÉ Y EL ARCO IRIS



Mensaje: El proyecto de Dios sigue adelante a pesar de nuestros pecados. El mal es creación humana y no podrá con el poder de Dios. El arco iris será siempre símbolo de esperanza y vida nueva.



Motivación: La fuerzas del mal parecen a veces incontenibles, tanto de parte de la naturaleza como parte de los hombres ávidos de poder, riquezas y dominación. Ayer el diluvio, consecuencia del desorden causado en la naturaleza por el pecado, pareciera arrastrar con toda la creación. Pero Noé es elegido por Dios para encaminado nuevamente la creación según el plan de Dios. Hoy Dios hace brillar debajo del arco iris nuevos hombres y nueva mujeres que reorientan el camino de la historia hacia más vida y fraternidad.



Bienvenida. Saludos. Breve oración al Espíritu Santo. Motivación.

Nuestra realidad: Siempre nuevas oportunidades.

1.       ¿Cuándo ha habido en nuestra vida momentos descarriados?

2.       Después de estos años perdidos, ¿qué oportunidades hemos tenido para mejorar nuestra vida?

Palabra de Dios. Génesis 9,l-17: El primer pacto de Dios con la Humanidad.

3.       Mediante Noé, ¿qué pactó hizo Dios con todos los seres vivientes?

4.       ¿Qué quiso simbolizar Dios con el arco iris?

Hoy nosotros: Un pacto para todos los Pueblos.

5.       En estas primeras páginas de la Biblia, ¿cómo se está manifestando Dios?

6.       Según el ejemplo que nos da Dios, ¿a quiénes tenemos que brindar siempre nuevas oportunidades?

7.       Para ser fieles testigos de Dios, ¿qué pacto y compromiso tenemos con la Naturaleza y la Humanidad?

Oraciones comunitarias. Canto: De qué color es la piel de Dios. Padrenuestro. Dios te salve. Bendición final.



Comentario 6: DIOS ECHA SIEMPRE SU MANO A FAVOR NUESTRO



Por ser nuestro creador, Dios se ha constituido también nuestro protector: somos de su raza. A pesar de nuestros pecados, el pacto de Dios creador con la Humanidad sigue y seguirá siempre de pié. Nunca Dios nos abandona. Cuando caemos, nos levanta; cuando fallamos, nos salva; cuando el pecado nos domina, nos libera, si nos volvemos hacia él. El Dios de la creación es un Dios amigo y liberador. Así nos lo muestran las primeras páginas de la Biblia.



  1. Desde Adán y Eva sabemos que triunfamos del mal: ‘Le pisarás la cabeza’ (Génesis 3,15)

La creación es como la fiesta de la vida: es el sueño de Dios; pues su proyecto es armonía. Dios quiere armonía: en la naturaleza se manifiesta por su belleza; en cada ser humano es su dignidad; entre nosotros es la fraternidad; con Dios es la comunión y la felicidad. Quiere armonía en todas partes: esa es convivencia, dignidad, igualdad, fraternidad y justicia. Quiere armonía con él en una alianza de fe y amor.

Por el pecado, este proyecto y esta armonía están desviados, frenados, dañados, pero no destruidos. Sufrimos en carne propia los estragos del mal y tendremos siempre que enfrentarnos a él; ‘Se abalanzará sobre tu talón’, dice el Génesis. El suelo nos exige un trabajo penoso, pero da sus frutos; el parto es doloroso, pero la mujer pasa a ser madre; la tierra nos da espinas pero siempre florecen las rosas. Hay guerras e injusticias, pero la paz y la fraternidad tendrán la última palabra. Un día, definitivamente, pisaremos la cabeza del Mal



  1. Desde Adán y Eva, igual como lo hizo con Caín y Noé, Dios nos protege siempre



-      Génesis 3,21: ‘Dios hizo para el hombre y la mujer túnicas de piel y los vistió’. Adán y Eva originaron el primer pecado, y nosotros les seguimos el ejemplo: somos rebeldes, desobedientes. Nos hacemos dueños absolutos de las cosas y malos jueces de los demás; llamamos bien lo que es mal y echamos la culpa a los demás de nuestra maldad y pecados. En vez de estar en favor de la vida y felicidad, elegimos el camino del sufrimiento y de la muerte. Pero Dios no nos esconde su rostro ni nos abandona. Más bien, nos busca y nos protege: igual que a Adán y Eva, nos hace túnicas de piel y nos viste, es decir se acerca a nosotros para vestirnos de nueva vida o indestructible esperanza de que la felicidad es siempre posible.

-      Génesis 4,15: ‘Dios puso una señal a Caín para que lo matara nadie’. Es cierto que Dios castigó a Caín, pero no lo condenó a muerte, siendo él dueño de la vida. Más bien, lo protegió, para que nadie le hiciera daño. Así Dios nos invita con el ejemplo a romper el círculo de la violencia, para hacer triunfar la vida, el perdón, la recapacitación. Dios nos enseña que toda vida es sagrada y que nadie tiene justificación alguna para suprimirla: desde la vida del niño en el seno de su madre hasta la del anciano inválido o del prisionero culpable de crímenes. ‘No matarás’ ni con hambre, ni con violencia, ni con balas.

Y todavía si miramos a Jesús resucitado, con mayor razón decimos triunfará el bien. Sólo nos toca entrar en esa lucha personal y colectiva para aportar nuestro granito de arena a la construcción de ese mundo más bello y a esa humanidad más solidaria.




A n e x o   2:   L O S   L I B R O S   S A P I E NC I A L E S.

C o m e n t a r i o s



Contenido

1.       Origen y naturaleza de la Sabiduría

2.       Evolución de la Sabiduría a través de los siglos

3.       Ambivalencia y limitaciones de la Sabiduría

4.       Desafíos actuales de la Sabiduría





  PARTE  :  ORIGEN  Y  NATURALEZA  DE  LA  SABIDURÍA



Mensaje: Los Proverbios del Pueblo son las semillas de la Sabiduría.

                Cuando hablamos de ‘los Proverbios del Pueblo’, no nos estamos refiriendo primero al libro bíblico de los Proverbios, sino a todos los proverbios diseminados a lo largo de toda la Biblia. Es en el proverbio donde aparece el comienzo, el nacimiento de la Sabiduría.



A. CÓMO NACE UN PROVERBIO

                Nuestro Pueblo tiene la costumbre de reunirse para conversar de lo que hace su vida. En una de estas reuniones se conversaba lo siguiente:

-          ‘Esta mañana, al levantarme, sentí el día más pesado. Al salir de la casa, vi el pasto escaso, el ganado más flaco, el sol menos brillante.

-          Yo, al salir de la reunión, me pareció todo lo contrario: veía el sol más brillante, el ganado más gordo, el pasto más verde.

-          Todo depende de nosotros. Al conversar entre nosotros, nos animamos por dentro y esto hace que las cosas externas también se sientan mejores. Si vivimos siempre solos pasamos por altibajos y nos desanimamos y la vida nos pesará más: el pasto nos parecerá menos verde, el ganado más flaco y el sol menos brillante.

-          Claro, para el afligido, todos los días son malos, pero el que tiene alegre el corazón, está siempre de fiesta’ (Proverbio 15,15).

Como este, existen muchos proverbios muy sencillos, nacidos de la observación de la realidad y del comportamiento de las personas. Los proverbios son las unidades menores de los Libros Sapienciales: son los ladrillos con que se fue construyendo la casa de la Sabiduría. Sabio es aquel que consigue formular, mediante un dicho algo poético, las experiencias vividas en su medio.



B. AL ORIGEN DE LA SABIDURÍA

                Formular un proverbio no es crear una frase bonita de por sí. Es el resultado de un descubrimiento y tiene relación con el Pueblo. Es como una victoria después de una lucha, como un relámpago que surge de las nubes oscuras y nos hace ver lo que estaba incierto. Es como descubrir un remedio eficaz e inscribirlo en un cuaderno, afín de no olvidarlo. Pues, un proverbio refleja la experiencia de un grupo: no tiene dueño, es anónimo, o sea, es de todos. ¿No es así la experiencia de los proverbios entre nosotros, los ‘amorfinos’, por ejemplo, los dichos pintados en ‘las chivas’ y los camiones de carga? ¿Cuándo nos pondremos a escribirlos?

                En su origen, la Sabiduría representa el esfuerzo del ser humano para comprender y defender la vida. Muchas veces, en un ambiente violento y agresiva y en medio de una naturaleza dura y hostil, la vida aparece como amenazada y uno tiene que aprender a sobrevivir. Se tiene que luchar para seguir adelante. La sabiduría nace del desafío de los problemas de la vida. En la Biblia, los Libros Sapienciales tratan de abrir un camino frente a los males que nos rodean: enfermedad, muerte, explotación, sufrimiento, injusticia,… Hablan de las ocupaciones y dificultades diarias: familia, trabajo, salud, amor, casamiento, educación, organización, gobierno,… Hoy en toda América Latina, frente a las amenazas que golpean a los pobres, la sabiduría está renaciendo como una manera de resistir y fortalecer la esperanza.

                La sabiduría representa también un esfuerzo para conocer las leyes que rigen la naturaleza y la vida humana. Experimentando y equivocándose, se descubre el orden de las cosas. La repetición de las mismas experiencias ayuda a descubrir los ritmos escondidos de la vida, tanto en sus aspectos favorables como en los desfavorables.

                Ahora bien, la formulación de estos descubrimientos en forma de proverbios es el primer paso en el largo camino de la lucha por una vida mejor. Y los proverbios van iluminando las situaciones, concientizando al Pueblo, y terminan convirtiéndose en el cuadro de referencia del grupo: son los criterios de su patrimonio cultural. Dando forma a las leyes de la creación, la vida se organiza mejor y crece más armoniosamente. Se vuelve más vida. En el fondo, la sabiduría es el acto de obediencia a las leyes de la naturaleza, es el esfuerzo consciente y colectivo para organizar, proteger y favorecer la vida en sociedad. Se entiende que no todo es perfecto y acabado en las sabidurías: existen limitaciones y ambivalencias, ya que la tarea de mejorar la vida no acaba.

                A sus principios, la sabiduría proviene no de una enseñanza externa, sino interna y comunitaria: surge de la práctica y lucha del mismo Pueblo, nace de la propia vida del grupo. Luego crece lentamente a partir de la experiencia. En nuestro continente, la sabiduría existía desde mucho antes de que vinieran los europeos en 1492: era el fruto de las civilizaciones que florecieron a lo largo y ancho de nuestra Madre Tierra, respuesta a las particularidades de la naturaleza del lugar y de los Pueblos que la habitaban. Hoy somos los herederos de estas sabidurías que, a pesar de los atropellos seculares que han sufrido, se mantiene tanto entre los Indígenas y los Negros, como en los mestizos del campo y de la ciudad. Es nuestra espiritualidad, muchas veces inconsciente, que es nuestra identidad y nuestra para construir un futuro que nos pertenezca en propio.



C. LOS ESPACIOS GENERADORES DE SABIDURÍA

Generalmente, la sabiduría surge desde la sencillez de la vida y de las relaciones con la naturaleza entre las personas. En un primer tiempo se trata de facilitar la solución de las necesidades inmediatas: comer, beber, hablar, tratar, vestir, educar, trabajar,… La sabiduría nació de la observación atenta de la vida y del compartir de lo descubierto en los diversos sectores de la actividad humana: son los distintos espacios donde se generó la sabiduría. He aquí estos principales espacios con su temática:

-     La Casa: familia, clan, trabajo, cuerpo, salud, educación, amor…

-     El Campo: trabajo, cultivos, animales, estaciones, tiempo, naturaleza…

-     El Portal: ciudad, plaza, comercio, feria, justicia, reuniones, juicios…

-     El Palacio: gobierno, organización, corte, ejército, conflictos…

-     El Templo: religión, culto, Dios, oración, peregrinación, promesas…

En estos varios sectores de la vida, nacieron, muy pequeñas las gotas de los proverbios que poco a poco se fueron juntando para formar el gran río de la sabiduría, el cual corre por toda la Biblia, se ensancha en ciertos libros y nos llega hasta hoy. Esta memoria escrita nos inquieta para dar nuestro aporte y construir, con las sabidurías de todos los continentes, la civilización del amor que ha de regar todo el planeta.



D. LOS 2 RUMBOS PRINCIPALES DE LA SABIDURÍA

                Los proverbios suelen aparecer en 2 formas básicas que expresan los 2 objetivos principales de la sabiduría. Por una parte se trata de los ‘proverbios de constatación’, y por otra de los ‘proverbios de orden’. Veamos.



  1. Los Proverbios de ‘constatación’

        Los Proverbios de constatación perciben lo que es real y tratan de expresarlo poéticamente. Describen lo que se ve y se palpa, definen lo que existe, formulan lo inusitado, revelan lo curioso, confirman lo evidente.

Su objetivo básico es informarnos, darnos a conocer más claramente. Ejemplos:

‘Vinagre para los dientes, humo en los ojos, así es el flojo para su patrón’ (Proverbios 10,26).

‘Si las ascuas fueran fortificantes, el mundo estaría lleno de gigantes’ (En un camión de carga).



  1. Los Proverbios de ‘orden’

        Los Proverbios de orden procuran dirigir la conducta a través de 3 formas: órdenes positivas, prohibiciones y consejos. Su objetivo básico es formar y educar. Ejemplos:

-          ‘Toma el agua de tu propia cisterna, bebe el agua de tu propia fuente’ (Proverbios 5,15).

-          ‘No tomes gusto al sueño, te empobrecerás; ten los ojos abiertos y tendrás pan’ (20,13).

-          ‘El hijo que no hace caso de los que lo reprenden, se perderá por falta de conocimientos’ (19,27).

-          En camiones: ‘Manténganse atentos, el camino no tiene sesos’. ‘Más vale una mala boda que un buen entierro’. ‘No llores cosas viejas con lágrimas nuevas’.

        El lenguaje de las constataciones, cuando es observador y humorístico, acostumbra provocar la risa, por despertar complicidad en nosotros. El lenguaje exhortativo de las órdenes es más serió y reflexivo. Estos 2 lenguajes nos revelan lo que persigue la sabiduría:

-          Primero informarnos: nos ayuda a percibir mejor, ver más profundo, admirar.

-          Luego formarnos: nos alerta, organiza, arregla, orienta.

Cada uno, a su manera, forma la conciencia del Pueblo, abre a los demás, nos hace comulgar a la vida.



E. LA TRANSMISIÓN DE LA SABIDURÍA

                La sabiduría es ‘conservadora’, en el buen sentido de la palabra: ‘conserva’ los valores descubiertos, los comunica de una manera amena y no los olvida fácilmente. Ayuda a crear las costumbres del buen vivir en la cultura, la alimentación, la salud, la religión, la fiesta,… Es algo bueno que alegra el corazón y da sabor a la convivencia. Los valores que la sabiduría extrae de la vida, en los diversos sectores de la existencia, van siendo transmitidos de 2 modos:



  1. La comunicación oral

Dentro de un grupo, las conversaciones son el modo más común para comunicarse lo que se aprendiendo ‘en las buenas como en las malas’. Es en este nivel de participación y compartimiento que se sitúan los proverbios de información o constatación. Ellos suponen la igualdad de los interlocutores que participan de una misma experiencia de vida. La socialización del saber es una característica propia de la sabiduría popular: es comunitaria y gratuita.

  1. La instrucción más sistemática

      La familia y la escuela son los lugares de una instrucción donde padres y maestros transmiten unas experiencias de vida adaptadas a las edades. En ella no falta la sabia de la sabiduría. Este es el nivel de la instrucción mediante los proverbios de formación o de órdenes. Es el espacio de la educación, que supone un desnivel entre quien habla y quien escucha. Son expresiones de autoridad y valor moral de los ‘padres’ tanto en el sentido familiar como en los guías de la comunidad y del Pueblo.



F. SABIDURÍA, POESÍA Y MÉTODO POPULAR

                Un proverbio es como una ventana: se presta menos atención a su forma que al panorama que permite mirar. Con todo la forma del proverbio tampoco es algo secundario: desde el momento que un descubrimiento apareció en la mente del sabio, éste busca encontrar la manera más armoniosa para expresarlo y comunicarlo. El casamiento mejor logrado entre el pensamiento y la habilidad para formularlo configura el arte literario, cuya mayor expresión es la poesía. No todas las formas de comunicar la sabiduría alcanzan la perfección poética: unas lo logran más y otras menos. Con todo comunican una experiencia sentida, una emoción vivida, un descubrimiento benéfico.

                La sabiduría es como una señal luminosa en el camino de la vida: coloca a sus oyentes rumbo a novedades esperanzadoras. Pone la semilla de lo bueno, de justo, de lo bonito en la tierra de la inteligencia y en humus del corazón. Además tiene la paciencia tenaz de esperar ver brotar flores y frutos. El valor de la sabiduría consiste no tanto a dar a conocer, sino dar a descubrir, suscitar la propia creatividad. El sabio busca que sus discípulos no sólo sepan más que él, sino que logren tener una vida y una fecundidad mayor: ‘He venido para que tengan vida y vida en plenitud’ (Juan 10,10). Los libros sapienciales nos ponen un desafío: no se trata de llenar una mera curiosidad, sino de recrear en nosotros la misma experiencia de sabiduría, o sea, aprender a ser sabios nosotros mismos. Este es el objetivo de los libros de la Sabiduría: beber a la fuente que calma la sed de infinito y alcanzar la luz que irradia la vida toda. ‘Ciertas canciones que oigo, caben tan bien dentro de mí que me pregunto por qué no fui ya el autor’.

                El resultado de la sabiduría no es de quedarse en quién se inspiró y la formuló. El sabio sólo inicia la obra, la comunidad la perfecciona y nosotros, lectores, nos toca completarla y darle más vida todavía. Es una invitación a ir más allá, más adentro, más hacia Dios, para que guste y guste a muchos.



G. CONCLUSIONES

                Estas son unas de las características que, conforme pudimos ver, marcan el origen y la naturaleza de la Sabiduría del Pueblo de Dios. Deben suscitar en nosotros participar de este movimiento sapiencial, a pesar de las limitaciones nuestras y de nuestro entorno. Resumamos lo que hemos querido expresar sobre la Sabiduría:

-          Ayuda a las personas y al Pueblo superarse, a sobrevivir y no dejarse derribar por las dificultades.

-          Permite conocer el orden de la creación y las leyes que la mantienen, para que sirvan la vida para mayor vida.

-          Facilita la convivencia armoniosa: es acto humano que ordena y orienta el caos.

-          Crece de abajo para arriba: comunica lo que se comprueba, desde lo más sencillo e insignificante.

-          Capacita para el buen vivir: no crea dependencia sino que invita a descubrir y crecer.

-          Es realista y eficaz: incitar a ser consciente y activo.

-          Es positivamente crítica: invita a no confiar demasiado y llama a la vigilancia.

-          Es ‘ecuménica’: no es reservada ni exclusiva, sino abierta a todos para todos los tiempos.

-          Es anónima, o sea, de todos y para todos; es del Pueblo con dimensión universal.

-          Es memoria viva: conserva lo que es bueno para que fructifique y se multiplique.





  PARTE :  EVOLUCIÓN  DE  LA  SABIDURÍA  A  TRAVÉS DE  LOS  SIGLOS



                El origen de la sabiduría comienza con el origen del ser humano. Es como la fuente de agua: antigua y siempre nueva; es como el espejo en todos nos miramos y nos reconocemos. Antes de que Abraham fuera llamado, existía la sabiduría, porque estaba en la lucha por la defensa de la vida y el fortalecimiento de la convivencia humana. Acompañaba el crecimiento de la cultura de cada Pueblo y de sus costumbres, en el lento descubrimiento de los valores, en los primeros proverbios…

                En su origen, la sabiduría trataba principalmente de los problemas domésticos y se expresaba en las fórmulas cortas de los proverbios. Luego fue evolucionando poco a poco. En lugar de frases cortas y prácticas, se produjo hasta largos tratados teóricos. En lugar de tratar muchos problemas en una sola página, trató un solo problemas en muchas páginas. Y lo que era al principio una herramienta en la organización de la familia, se volvió un instrumento de gobierno de la nación.

                Al final de esta evolución, las ramas de las sabidurías de varios Pueblos conformaron el gran árbol de ‘la sabiduría’ que creció en los libros sapienciales de la Biblia. Pasó a conformar la identidad y la fe del Pueblo de Dios. Entonces fue usada para organizar al Pueblo, discernir la presencia y voluntad de Dios, conocer las leyes de la naturaleza; se volvió obediencia y fidelidad al Dios Creador. Vamos a ir desarrollando más detenidamente estas distintas etapas.



1ª ETAPA

DEL ÁMBITO DE LA FAMILLA AL ÁMBITO DE LA NACIÓN

                La sabiduría ayudó al Pueblo a descubrir las leyes de la creación, o sea, de la naturaleza, de la vida y de la organización del grupo. Aparecieron el anciano, el consejero, el sabio, el ‘juez’ que orientaban a la familia, al clan, al Pueblo, de acuerdo al patrimonio acumulado a lo largo de los años y siglos.

                Después de Moisés, los ‘Jueces’ fueron estos sabios, sin gobierno, pero con gran poder moral para orientar al Pueblo de Dios. Luego, la aparición de los Reyes, con Saúl (1 Samuel 8,5 y 10,24), David (1 Samuel 18,8; 2 Samuel 2,4) y Salomón (1 Reyes 1,11-40), se logró después de haber querido en varias ocasiones ‘institucionalizar’ a los Jueces como Gedeón (Jueces 8,20-23), Abimelek (Jueces 9,6). La sabiduría, nacida en la familia y el clan, comenzó a ser utilizada por el rey para organizar el Estado y la Nación. Se inició un proceso de identificación entre la sabiduría y el ejercicio del poder.

Con Salomón, gran figura del consejero y del sabio, la sabiduría fue asociada a la figura del rey. El mismo rey Salomón se volvió el mayor símbolo del ‘sabio ideal’. Se recalca cómo el rey Salomón, para poder guiar al Pueblo, no pidió riquezas sino ‘sabiduría’ (1 Reyes 3,9). Recibió de Dios ‘un corazón inteligente y sabio, como nadie lo tuvo ni antes ni después de él’ (1 Reyes 3, 12-14): su sabiduría ‘fue mayor que la de todos los Pueblos del Oriente, y mayor que la sabiduría de Egipto’ (1 Reyes 5,10; Eclesiástico 47,14-17). Así como Moisés es considerado el autor de las leyes del Pueblo de Dios y David es autor de los Salmos, la sabiduría es atribuida a Salomón. Se lo reconoce como el autor del Cantar de los Cantares 1,1,4,12; 3,7,9; del Eclesiastés 1,1,16; 2,7-9; de los Proverbios 10-22 y 25-29; y del mismo libro de la Sabiduría (9,7-8,12), escrito más 800 años después de su muerte.

Cuando la monarquía se introdujo en Israel, la sabiduría estaba todavía concentrada en el Pueblo y no era apta para ayudar al rey en la organización de su corte y la conducción de la nación. Por esto, los reyes importaron la sabiduría de la corte del Faraón. Al igual que en Egipto, se organizó alrededor del rey la formación de personas ‘competentes’ para la conducción de la política y para el desenvolvimiento del comercio nacional e internacional (Eclesiástico 39,4). De este modo creció la influencia del Estado sobre la sabiduría, muchas veces en competencia con la sabiduría acumulada en el Pueblo. Esto explica las críticas de los profetas contra los sabios de la corte real (Isaías 5,21; 29,14 y Jeremías 8,9).

                En Israel siempre existieron 2 fuentes a la sabiduría, que se influenciaron mutuamente. La más antigua era la ‘sabiduría popular’ que venía del Pueblo y de su lucha en defensa de la vida, presente más especialmente en la campaña y las tradiciones familiares. La otra era ‘la sabiduría de la corte’, presente sobre en la ciudad, y defendía principalmente los intereses de la monarquía. Es comparable a lo que pasa entre nosotros: a lado de las instituciones gubernamentales surgen las organizaciones populares que defienden los intereses y los derechos atropellados por los gobiernos.



2º ETAPA

DEL ÁMBITO NACIONAL AL ÁMBITO INTERNACIONAL

                En la época de Exequias, ‘los hombres del rey’ comenzaron a recoger y organizar los proverbios populares (Proverbios 25,1). De esto quedó señal en los capítulos 25 a 29 del libro de los Proverbios; lo mismo sucede con gran parte del Eclesiástico, donde los proverbios están reunidos en torno a determinados asuntos, como en nuestros diccionarios actuales.

                Esta tendencia a coleccionar los proverbios se acentúa durante el tiempo del Exilio y sobre todo después. El Exilio produjo una profunda crisis en el Pueblo que puso en duda los criterios y valores que lo habían guiado hasta aquí. Se sentía la necesidad de comprender el desastre ocurrido, esclarecer los problemas y las fallas que habían conducido a tal fracaso, criticas las fallas y los errores de los reyes y tratar de abrir nuevos caminos en fidelidad a las promesas de Dios. Por esto, el libro de Job, por ejemplo, trató de esclarecer el problema de la retribución y del sufrimiento de los pobres, poniendo en tela de juicio las ideas oficiales sobre estos asuntos. El Eclesiastés criticaba el enriquecimiento debido a la acumulación de bienes y su justificación delante de Dios mediante la observancia literal de la ley. El Cantar de los Cantares abrió una perspectiva nueva para los pobres sobre el verdadero sentido del amor humano y sobre los derechos de la mujer, etc.

                Además no todos ‘los sabios’ pensaban igual sobre los mismos problemas humanos. Por ejemplo, después del Cautiverio, unos eran más cerrados y conservadores y apoyaban las reformas legalistas de Esdras y Nehemías. Sus continuadores serán los escribas y los fariseos. Otros eran más abiertos, creativos y renovadores, y tenían el valor de criticar el pensamiento y las prácticas oficiales. Se expresaron mediante la producción de ‘novelas populares’ como Rut, Ester, Judit, Jonás y Tobías. Encontraron aliados en los autores de los libros de Job y del Eclesiastés. El mismo Jesús retomará esta línea abierta de la sabiduría para el ejercicio de su ministerio de Profeta del Reino.



3ª ETAPA

DEL ÁMBITO DE LA PRÁCTICA A LA PRODUCCIÓN DE TRATADO SOBRE LA SABIDURÍA

                En tiempo de los reyes, surgieron ‘escuelas de sabiduría’, en la capital. Formaban los que eran los ‘asesores’ del rey (Eclesiástico 51,23 y 39,1-3). La sabiduría oficial pasó a ser propiedad de gente ‘estudiada’. Sabios y ‘Escribas’ pasaron a ser sinónimos. Y nació una clase social que proveía los funcionarios primero a los reyes y luego a los sacerdotes que gobernaron después del Exilio, al lado de los ‘sabios rebeldes’, como lo expresa Job: ‘Lo que saben ustedes, lo sé también yo’ (13,2 y 12,3).

                De esta manera surgió la profesión de ‘sabio’, distintas de las profesiones ‘manuales’. En el Eclesiástico, se nota hasta en cierto desprecio para estas últimas con son el carpintero, el herrero, el ollero (39,24-11). En tiempo de Jesús, seguían estas escuelas oficiales de sabiduría con sus ‘maestros o rabí’. A él, lo llamaban, en muchas ocasiones, también Rabí o Rabuní, que significan ‘Maestro’ (Juan 1,38), sin que Jesús haya estudiado en tales escuelas (Lucas 5,5; Marcos 10,51;Mateo 12,38; 26,44; Juan 20,16 y 13,13). Jesús era sabio por su experiencia de la vida, su solidaridad con el Pueblo de los pobres, su conocimiento de la naturaleza y su cercanía con Dios.

                Con el tiempo, los Sabios reflexionaron sobre su propia función, empezaron a organizar sus proverbios y produjeron unas unidades de pensamiento estructurado sobre la sabiduría. Discursaron sobre su origen, su naturaleza, sus valores, la manera de adquirir y transmitirla (Proverbios 1-9) Los sabios pasaron a ser los ‘teóricos de sabiduría y de la política’. Las filosofías actuales no son más que tratados sobre la sabiduría, o sea, sobre la mejor manera de vivir, de convivir y de organizar la convivencia humana, hasta el nivel planetario.

                Al leer la Biblia y mirar los procesos que se dan junto a la sabiduría, se descubre que se llegó a ‘personificar’ la sabiduría. Fue identificada como una presencia amiga junto a Dios a la hora de crear el mundo (Proverbios 8,12-31; Job 28,12-28; Eclesiástico 1,1-10). Se la diseñó como una inspiración divina, presente en todo el universo y en la actividad humana (Sabiduría 722-8,1). También se reflexionó sobre la Sabiduría divina (Sabiduría 6-9).

                Gracias a todas estas reflexiones de los Sabios antes de Jesús, el Nuevo Testamento pudo encontrar los elementos que ayudaron a entender el alcance de la misión de Jesús en relación a la realización del proyecto de Dios. Jesús fue reconocido como ‘la Sabiduría de Dios’ (1 Corintios 1,24), ‘el Verbo o la Palabra de Dios’ (Juan 1,1-14), vivo antes de la creación del mundo y junto a él en esa obra (Colosenses 1,16); Jesús es ‘el resplandor de la Gloria divina, expresión de su ser, que sustenta el universo con el poder de su palabra’ (Hebreos 1,3; Sabiduría 7,25-27).



4ª ETAPA

DEL ÁMBITO DEL PRESENTE A LA REFLEXIÓN SOBRE EL PASADO

                Como vimos, al principio, la sabiduría observaba y analizaba los acontecimientos diarios, lo doméstico, la vida y organización del Pueblo, o sea, el presente. Después del Exilio, bajo la presión de los acontecimientos y por su propia profundización, el horizonte de la sabiduría se desplegó. Al vivir en medio de otros Pueblos, el Pueblo de Dios sintió la necesidad de evaluar las culturas, resistir sus influencias, combatir su invasión. Al profundizar la naturaleza de la sabiduría se llegó a la conclusión de que Dios mismo era el origen de toda sabiduría. Siendo Dios el creador de todo, los sabios investigaron su presencia y acción por todas partes, tanto al interior como fuera del país. De esta manera, clarificaron y fortificaron la identidad del Pueblo de Dios, desde su fe, su historia y su visión del mundo.



  1. Las señales de la Sabiduría divina en la naturaleza

        Existen varias reflexiones sobre la Sabiduría divina presente en la naturaleza (Job 28,30, 38; Proverbios 8; Salmo 104). Los Sabios invitaban a contemplar la presencia de Dios en todo lo creado. Jeremías decía que la estabilidad de las leyes de la naturaleza revelaba la fidelidad de Dios que acompaña y protege a su Pueblo (31,35-37 y 33,19-26). Jesús lo fue retomando: ‘Miren los pájaros del cielo. Aprendan de los lirios del campo’ (Mateo 6,26-28), e invitaba a imitar la acción de Dios: ‘Sean perfectos como el Padre celestial que hace salir el sol sobre los buenos y los malos’ (Mateo 5,45.48).



  1. Las señales de la Sabiduría divina en la Historia

        Después de una larga evolución, los Sabios comenzaron a prestar una mayor atención a la historia. Discernieron en ella señales de la Sabiduría de Dios. El libro del Eclesiástico ofrece un largo elogio de los antepasados (44 y 50). El de la Sabiduría hace una meditación orante sobre el éxodo y las plagas de Egipto (10-19). Varios Salmos rezan el pasado, sacando lecciones de esta historia (105, 106, 107).



  1. Las señales de la Sabiduría divina en la Ley

        Siendo la sabiduría una organización de la vida personal y de la convivencia, social, los Sabios se fijaron en las leyes. Descubrieron que la observancia de la Ley era la manera de seguir fiel a la Alianza con Dios. Mediante la práctica de la Ley, se mantenía la fraternidad como Pueblo y la comunión en relación con Dios. Eso era la marca de la identidad del Pueblo de Dios. El estudio de la Ley y su observancia pasaron a ser fuentes de sabiduría. Dos Salmos retoman esta verdad: 19 y 119. En sus misiones y sus cartas, san Pablo continuó esta tradición: partiendo de las criaturas y de la sabiduría humana se llega al Creador.

        En su discurso a los filósofos griegos, partió de los propios descubrimientos de ellos: ‘Dijeron algunos poetas suyos: ´Somos también del linaje de Dios´’ (Hechos 17,28). A los Romanos les decía que todos podemos conocer a Dios a partir de sus obras: ‘La perfecciones invisibles de Dios pueden ser contempladas por medio de la inteligencia humana en las obras que él realizó’ (1,20).





  PARTE  :  AMBIVALENCIA  Y  LIMITACIONES  DE  LA  SABIDURÍA



                No todo es perfecto en la Sabiduría contenida en los Libros Sapienciales. Las ambigüedades que estaban escondidas dentro de su semilla, aparecen en la planta y en el fruto. A pesar de todo, ni la Sabiduría bíblica tiene menos importancia, ni está menos inspirada por Dios. No se la puede aislar: es una de las expresiones privilegiadas de la Palabra de Dios. Se la debe unir a los demás libros, en particular a los Libros Proféticos. Veamos 3 peligros en que su pude caer si nos limitamos a ella.



A. LA SABIDURÍA TIENE EL PELIGRO DE CERRARSE EN EL PASADO

                En su origen, la Sabiduría es ‘conservadora’: a partir de la experiencia, conserva lo que es bueno para la vida del Pueblo. Por lo mismo, no acepta cualquier novedad. Esta actitud, en sí buena, puede llevarse a encerrarse en sí mismo y perjudicar a la misma Sabiduría, si se queda en lo antiguo por ser antiguo y rechaza lo nuevo por ser nuevo.

                Por ejemplo, en el libro de Job, asistimos en una larga discusión entre varios sabios. Por una parte, los amigos de Job son extremadamente conservadores: en nombre de la sabiduría y de la tradición no aceptan los interrogantes que conlleva el sufrimiento inocente. Por su parte, Job lo cuestiona todo porque no encuentra una respuesta satisfactoria en las enseñanzas del pasado sobre sus padecimientos que encuentra injustificados, y abre nuevas intuiciones.

                Encontramos las mismas tensiones en los enfrentamientos de Jesús con los escribas y maestros de la Ley. Ellos se quedaban en la acumulación de las experiencias pasadas. A lo contrario, Jesús supo sacar cosas nuevas de la sabiduría de las generaciones anteriores y de los interrogantes suscitados por la realidad actual del Pueblo (Mateo 13,52).

                Hasta nuestros días, la Sabiduría nos ofrece personas que se cierran a las nuevas exigencias de la vida, y otras que la cuestionan y la hacen progresar. Esta cerrazón se supera volviendo a la intuición primitiva que hizo surgir la sabiduría, porque la sabiduría es, para su época, iluminación y opción de vida mejor. Al cambiar el ambiente y la época, tiene que progresar y enfrentar los nuevos desafíos. Job, Jesús, y otros sabios son un buen ejemplo para los sabios de hoy.



B. LA SABIDURÍA CORRE EL PELIGRO DE ENCERRARSE EN LO INMEDIATO

Por su naturaleza, la sabiduría se preocupa principalmente de los problemas diarios de la familia, del grupo humano cercano. Se preocupa de las dificultades y situaciones cotidianas que hacen el día a día de las personas. Se queda sobre todo en el presente. Por eso, corre el peligro de no ver el caminar de la historia más amplia ni el conjunto de un sistema social que lo envuelve todo. Existe entonces el riesgo de que la sabiduría pierda su sentido crítico y se vuelva individualista y moralista: repite las lecciones del pasado y las aplica en un espacio limitado como la familia y el espacio inmediato.

Ciertos proverbios parecen legitimar un sistema de explotación: presenta normas válidas para otras épocas sin averiguar suficientemente si ayudan o perjudican la vida de las personas de su entonces. Es la impresión que dan ciertos pasajes del libro del Eclesiástico: no tiene una visión clara respecto al sistema opresor que envolvía su autor, Ben Sira. Este por luchar contra el peligro del helenismo, religión e ideología del invasor griego, se limita a la aplicación estricta y fundamentalista de la Ley. Por una parte, fortalece la identidad de su Pueblo, pero no se da cuenta que, sin discernimiento, refuerza un sistema nacionalista opresor. Le falta una visión más profética de la historia y de los imperios invasores.



C. LA SABIDURÍA CORRE EL PELIGRO DE CONVERTIRSE EN UNA IDEOLOGÍA

Naturalmente la Sabiduría tiene una visión de Dios que proviene de la experiencia de la vida y de los ciclos repetitivo de la naturaleza: se ubica en un espacio que poco cambia. Su tendencia es proporcionar cuadros, elementos estables para encarar las dificultades de la vida según un cierto fatalismo: ‘Dios es el mismo, la vida siempre es así, continuemos las mismas soluciones’. Repite las mismas ideas: se transforma en una ideología, o sea, en un sistema de ideas que tiene solución a todos los problemas. Por eso mismo, se la puede utilizar para manipular a las personas cuando se la coloca al servicio incondicional de la monarquía, por ejemplo, que fue mayoritariamente un fracaso.

Ciertos sabios supieron inspirarse de la amplia visión de los profetas para percibir la iniquidad del sistema de los reyes. La sabiduría popular supo conservar sus escritos. Job no tuvo miedo en criticar las explicaciones limitadas del castigo inmediato; el Qohelet nos abre a nuevas dimensiones de la vida social; las novelas de Rut, Ester, Jonás y Judit cuestionan el orden cerrado impuestos por la aplicación cerrada de la Ley. También la larga reflexión sobre la historia, en el libro del Eclesiástico (44-50) y de la Sabiduría (10-19), muestra cómo la palabra profética influyó positivamente en la sabiduría y amplió sus horizontes.

Algo parecido puede pasar a los cristianos de hoy y en nuestras comunidades: personas tenidas por sabias mantienen una influencia negativa por su tradicionalismo, al no haber sabido descubrir e integrar en su vida y en su mensaje la dimensión política de la fe, desde el profetismo de todo bautizado.



CONCLUSIÓN: El sabio y el profeta se complementan

                A lo largo de la historia, la sabiduría se presentó mediante gente conservadora y gente abierta, gente del sistema y gente subversiva del orden establecido, gente rígida y legalista y gente profética y creadora. Dios llamó a esa gente para comunicarnos su Palabra sin jamás limitarla a una sola expresión.



-       De un lado, Dios se sirvió de personas y escuelas comprometidas con el gobierno de turno para coleccionar, organizar y sistematizar la sabiduría del Pueblo. A pesar de haber caído una clase separada del Pueblo, dando nacimiento a los doctores de la Ley, a los escribas y fariseos, escribieron los libros de Sabiduría para que vayamos discerniendo lo que Dios nos quiere revelar para nuestra época.

-       De otro lado, el Espíritu de Dios hizo surgir desde el mismo Pueblo los elementos que dan nacimiento a la sabiduría siempre en renovación. Esta sabiduría crea siempre nuevas formas de lucha en defensa de la vida y en actualización de la fe. Permite a la misma sabiduría criticarse y superar el envejecimiento. Profundiza los problemas humanos y amplía sin cesar el horizonte. Llega al corazón de los sistemas opresores y los denuncia radicalmente. Revela la presencia de Jesús y los caminos de su Reino donde se unen la sabiduría y la profecía.





  PARTE  :  DESAFÍOS  ACTUALES  DE  LA  SABIDURÍA



  1. En tiempos de Jesús

        En el tiempo de Jesús, la sabiduría se había encerrado en sí misma y había entrado en un túnel sin salida. Se condenaba al Pueblo en nombre de la Ley y de la propia sabiduría (Juan 7,49 y 9,34). Jesús criticó la utilización parcializada de la sabiduría por parte de los escribas y fariseos (Mateo 23,1-32 y Lucas 11,37-52). Su manera de proceder contribuyó a reformar el proceso, la dinámica y el método de la sabiduría. Como realmente Sabio, Jesús partía de la realidad del Pueblo, usaba una pedagogía muy sencilla y profunda: la de las parábolas, y provocaba a la gente para que sea parte activa en discernir el camino de Dios: ‘¡Quien tenga oído, que oiga!’ (Mateo 4,9). Invitaba a sus oyentes a buscar los diversos significados de las parábolas y a sacar conclusiones, a veces, en forma de proverbio para memorizar lo descubierto.



  1. En los tiempos actuales

        Hoy los choques de culturas amenazan la supervivencia de la sabiduría popular. A veces, el poder político busca utilizarla en contra del mismo Pueblo. En muchos campos como la medicina, el arte, la cultura, la educación, la religión, el discurso oficial declara ignorante y sobrepasada el saber popular. Los medios de comunicación imponen criterios ajenos, deformantes e interesados que llevan a muchos a olvidar sus mejores costumbres, sus tradiciones liberadoras y su sabiduría. Se da demasiada importancia a un sinnúmero de modas pasajeras: en el hablar, el vestir, la comida, el cantar, el bailar, el arte, a ciertos personajes fugaces, lo cual termina destruyendo todo sentido crítico y creativo. Todo está invadido por el consumismo y se transforma en simple mercadería. Es grande el desafío para resistir esta ola arrolladora y promover una sabiduría verdaderamente humanizadora.



  1. En el Pueblo de los Pobres

        Tal vez hoy como nunca antes, presenciamos el asalto a la conciencia del Pueblo para robarle su alma y su sabiduría. Hay que estar alertas y atentos para construir una nueva sabiduría a partir de la presencia escondida de mucha riqueza en las diversas culturas que se nos propone. El camino para asumir una actitud positiva es el de descubrir la manera cómo el Pueblo de los pobres se resiste de mil maneras a ser manipulado. Más, sabe inventar cauces propios de independencia, creatividad y personalidad. Muchas corrientes literarias, educativas, artísticas se hacen el eco de esa nueva sabiduría popular que encuentra sus espacios para promover la vida, el respeto, la solidaridad y la armonía. Estamos llamados a obrar colectivamente desde nuestra identidad popular a abrir y fortalecer los caminos que construyen un futuro solidario desde el respeto a la diversidad propia y ajena. Y, como ayer y anteayer, Dios se esconde y se revela en esta sabiduría de nuestros tiempos, manifestándonos su eterna presencia liberadora.


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